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Se saltó la cena porque no estaba preparado para enfrentarse al mayor. No sin morir de la vergüenza antes.

Con la cabeza fría pensó un poco más, y luego de darle vueltas al asunto, se decidió. Parándose en la puerta del captor, tocando poco después.

Nicho la abrió. Mostrando una expresión seria que después cambio a una sonrisa malintencionada, cuando sus ojos se posaron en la carita sonrojada del menor.

── ¿Hay algo que necesites? ──le preguntó, haciéndose a un lado, para dejarle pasar.

Ej no se movió de su sitio, y simplemente alternó la vista en varios puntos.

── Pensé en lo que me dijiste... ──

Wang levantó una ceja y se cruzó de brazos.

── ¿Cuál de todas las cosas? ──

── Sobre... ──bajó su cabeza avergonzado, y el mayor trató de buscar su mirada.── Sobre recompensarme, con algo que me gustara ──le recordó y el pelinegro lo miró interrogativo.── En realidad, hay algo que quiero ──

── ¿Y qué es? ──

── Quiero ver a mi madre ──murmuró.── Dijiste que estaba bajo la custodia de un compañero tuyo ──

Sus ojos nerviosos se fijaron finalmente en el sociópata frente a él.

── Por favor... ──añadió, con la intención de lograr convencerlo.

El silencio fue extenso. Hasta que el taiwanes descruzó los brazos.

── Está bien. Es lo justo, la verdad te has comportado mejor de lo que esperaba ──eso último lo dijo mirando de arriba a bajo al menor.

Este se sintió algo expuesto, a pesar de tener un pijama. Sentía como si esos ojos filosos oscurecidos pudiesen ver debajo de la tela.

── Uhm, gracias... Eso... Es todo lo que quería decirte ──balbuceó antes de agitar su mano y correr por el pasillo de vuelta a su habitación.

Nicholas lo miró desaparecer tras la puerta y luego de negar divertido, se encerró de nuevo en su habitación.










── "Puedes estar tranquilo. Ya han negociado con tu padre. Pagará nuestro rescate y estaremos a salvo en casa" ──

Las palabras de su madre resonaron en su cabeza por el resto del día. Día en que se la pasó ignorando al mayor, porque no sabía cómo sentirse. Y Yixiang le dejó ignorarlo.

Esa noche tampoco comió. Sólo se acostó en la cama, sosteniendo la almohada contra su cabeza, mientras miraba a un punto fijo de la pared, en la habitación a oscuras.

Estaba temblando, pero no por frío, ni por miedo. Era una sensación que no conocía. Y unas ganas extrañas de vomitar se arremolinaban en su garganta.

Estaba ansioso... Dios. Estaba sudando frío debajo de las sábanas. Con el cuerpo tenso y el corazón al ritmo de una taquicardia.

Esa sería su última noche en aquella casa... Así que convenciéndose de que estaría bien, se obligó a cerrar los ojos y dormirse.

Sólo unas horas más y estaría en casa. Con su familia. Con su mamá... Y con el patán de su padre. No tendría que volver a ver a Nicholas. Ya no estaría capturado, ni tendría que escuchar esos comentarios mordaces, ni ver otra vez esa escalofriante sonrisa en su rostro guapo.









Al día siguiente todo fue mecánico. Luego de que estuviese listo el mayor lo llevó al punto dónde habían acordado hacer el cambio. Él y su madre, a cambio del dinero.

Nicholas no le dirigió la palabra, más que para decir pequeñas cosas como "párate aquí" o "mantente en silencio". Euijoo no le habló. Sólo asintió, y continuó haciéndole la ley del hielo.

Todo era mejor así. Si no hablaban más de lo necesario. Total, no eran más que víctima y captor.









El llegar a casa fue volver a su monótona vida. Salvo que... Se ganó un regaño de parte de su padre, que en lugar de preguntar si estaba bien, o si le habían hecho daño, le acorraló y le culpó de perder una cantidad jugosa de dinero.

── Se puede meter su dinero por el mismísimo centro de; la Tierra ──masculló y se fue dando pisotones a su habitación.

Una vez dentro de las cuatro paredes que conocía desde pequeño, se sintió extraño. Su cerebro estaba reconociendo como su habitación en la que estuvo durmiendo mientras estuvo secuestrado, no esta.

Se palmeó la cabeza y cansado se tiró en el colchón. Tratando de dormir...

Se encogió cuando un montón de pensamientos le invadieron. Pensamientos relacionados con él...

Con ese hombre de mirada fría, piel pálida y malas intenciones. Todo en Nicholas gritaba peligro.

Sin embargo, ahora su mente se rehusaba a expulsarlo.

Negó golpeándose a sí mismo y se escondió bajo el edredón. Cómo si la tela le fuese a salvar de su corazón agitado en el pecho.








Tres días habían pasado y seguía en las mismas o peor.

Quizás el sociópata había usado psicología inversa o algun otro truco que le era imposible sacárselo de la cabeza. Euijoo no quería creer que inevitablemente estaba sintiendo algo por él.

Se dio cuenta de que se había vuelto completamente loco cuando se encontró a sí mismo merodeando cerca de la propiedad de Wang. Como si fuese un perro guardián.

¿Qué pretendía? ¿Encontrárselo de casualidad y decirle "Hey, qué coincidencia verte por aquí"? Dios. Esta era una pésima idea.

Sabía dónde se estaba metiendo, pero no conocía en absoluto con quién.

── ¿Se te perdió algo? ──aquella voz le hizo voltearse inmediatamente.

Nicholas estaba allí parado. Vestido de negro en su totalidad y llevaba unos audífonos de casco colgados en el cuello.

Byun sintió su labio inferior temblar.

Y sin poder detener sus propios movimientos avanzó apresurado hacia el más pálido. Lo abrazó posesivamente del cuello, y por ende el mayor quedó sorprendido.

── Te extraño ──murmuró bajito.

Estaba ciertamente avergonzado.

── Extraño tu sonrisa inquietante. Tu mirada filosa y esa manera tan fácil que tienes para hablar acerca de cosas espeluznantes ──se fregó contra su mejilla y luego lo miró con ojitos sinceros.

El taiwanes sonrió y le acarició la mejilla.

── No me digas que te has enamorado de mí ──pidió burlón.

Ej negó angustiado.

── Lo siento. Ni siquiera quería pensar en ti ──

── Lo sé pero; yo no soy bueno, Juju ──confesó, sin eliminar la sonrisa de su rostro.

── Si siento algo por ti, entonces significa que yo tampoco lo soy... ──siguió aferrado al cuello ajeno.── Además... Es imposible permanecer junto a un demonio, sin correr el peligro de convertirte en uno ──

Wang sonrió de lado, antes de atraerlo por la cintura y besar sus labios.





























sorprendente, ¿no es así?






Doble Filo [Nicholas x Ej] Nichojoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora