Doble Filo [Nicholas x Ej] Nichojoo

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Si le preguntaran a Nicholas cuántas veces en su vida había logrado dormir en total tranquilidad respondería que sólo pocas veces. En realidad, sólo había conocido el sueño profundo cuando Euijoo llegó a su vida.

Es cierto que a veces solía tener pesadillas referentes a su castigador pasado, pero sólo bastaba con abrazar al chico a su lado para que todos esos pensamientos intrusivos se alejaran de su mente por un tiempo.

Fue por ello que estaba tan profundamente dormido, y las primeras sacudidas de Ej no las sintió.

── Nicholas ──

...

── ¡Nicholas! ──abrió sus ojos cuando escuchó en un grito la voz temblorosa de Euijoo.

── ¿Qué pasa? ──se sentó en la cama junto al chico, y miró vagamente hacia el reloj digital sobre la mesita de noche.

Eran las 2:03 am.

── Creo que están intentando entrar en la casa ──susurró.

── ¿Qué? ──

── Afuera... Escuché unas voces, parecían rodear la casa y... Creo que estoy enloqueciendo pero sentí pisadas en la escalera ──

Nicholas se puso de pie frunciendo el ceño y se asomó a la gran ventana de cristal en la habitación, cubierta por una gruesa cortina roja. Corrió un poco esta y vio a un tipo que parecía dar indicaciones mediante parlantes. A quien reconoció como el conductor misterioso del auto negro que siempre estaba aparcado cerca de dónde pasaba por Euijoo.

Maldijo en voz baja y se alejó de la ventana para abrir la caja fuerte que tenía detrás de un cuadro raro en la habitación. Puso la combinación y una vez la abrió sacó de allí dos pistolas con silenciador y una navaja afilada.

Lanzó una de estas a Ej y este nervioso la atrapó.

── Escúchame bien. No salgas, y si por alguna casualidad yo fallo y ellos entran pégales un tiro en la cabeza, ¿está bien? ──

── P-Pero, Nicho ──

── Promételo, Euijoo ──

── Yixiang ──

── Euijoo, necesito que lo prometas ──

── Es-Está bien ──tragó duro, y se sorprendió cuando las varoniles manos del mayor le sostuvieron el rostro y recibió un beso de pico algo duradero.

Luego Nicholas se alejó y salió de la habitación sigiloso. Sosteniendo la navaja en posición de ataque, y la pistola entre la piel de la cintura y la banda elástica del pantalón de chandal que usaba para dormir.

Bajó las escaleras con sigilo y cuando llegó al primer piso se recostó al costado de la pared que conducía a la sala. Aunque el sonido de una pistola siendo cargada junto a su sien fue suficiente para que girara la cara y en un rápido movimiento clavara la navaja en medio del pecho del otro tipo que disparó, pero la bala pasó a un lado de la oreja de Nicholas.

Luego recibió un codazo en la mandíbula que debía admitir que le mareó, pero no lo suficiente como para patear con todas sus fuerzas el mango de la navaja y clavarla aún más en el pecho ajeno hasta que desapareció de la vista y sólo se veía el flujo de sangre.

El tipo comenzó a respirar al borde de la agonía. Tiempo suficiente para que Nicholas lo sujetara y lo estrellara contra uno de los ventanales de cristal que rodeaban la casa.

Se cortó su propio brazo pero la adrenalina le hacía inmune al dolor. Un disparo se escuchó en la planta alta y eso fue suficiente para que soltara el cuerpo del tipo y tratara de subir.