Doble Filo [Nicholas x Ej] Nichojoo

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Nicholas empezó un beso hambriento y sus manos exploraron la piel cubierta con aquel pijama de tela afelpada, perfecta para el invierno que se estaba acercando con el paso de los días fríos.

El cuerpo del castaño estaba caliente bajo el toque de sus manos gélidas, por eso le vio estremecerse. Aunque eso no impidió que el menor se relajara sobre él, cuando Nicho se recostó por completo en el colchón, con el cuerpo ajeno encima.

Los besos se volvieron húmedos y sonaban en la habitación, en la que apenas se escuchaba el sonido de la lluvia que caía a cántaros afuera.

Un pequeño gemido tembloroso escapó de los labios sensuales de Ej cuando las grandes manos ajenas -dentro de su boxer- se aferraron a sus nalgas y lo mecieron sobre la dura entrepierna del pelinegro.

Lo siguiente fue sacarle la parte superior del pijama. El menor se abrazó a sí mismo, para evitar el frío, sin embargo las manos de Nicho subieron y le reconfortaron en la espalda desnuda.

── Bebé ──gimió ronco en medio del beso, con unos dedos aferrados al fajín del pantalón, para tirar de él hacia abajo y dejar a la vista la magnífica figura del coreano.

Euijoo se dejó desnudar, y ayudó al mayor con su pantalón de chandal. En el fondo estaba un poco asustado de perder la virginidad, pero joder lo quería.

Mierda, lo necesitaba.

Sus elegantes manitas acariciando la piel pálida y gimoteó cuando sintió la perfecta elevación de los pectorales y abdominales ajenos.

Le ponía que Wang estuviese tan bueno.

Este gimió frustrado y eliminó ambos bóxers, atrayendo a Euijoo más cerca.  Sus labios se cerraron alrededor de uno de los pezones ajenos, y acarició su polla perforada contra las nalgas del menor.

Este jadeó y se movió inconsciente, haciendo que aquella bonita monstruosidad que había tenido en la boca -ya un par de veces-, se deslizara en medio de sus glúteos, sintiendo el frío del metal del piercing que poseía el mayor en la punta.

Este embarró la entrada del castañito con el presemen y escupió en su mano, para usar la saliva para estirarlo -haciéndose la nota mental de que necesitarían una botellita de lubricante-.

El menor se lanzó a sus labios y gimoteó en estos cuando el primer dedo violó su esfinter.

── O-Ohh, Nicho, Nicho ──se quejó cuando este estuvo dentro hasta el límite que los nudillos permitían.

El mayor dejó chupetones en la piel inmaculada y empezó a joderlo con el dedo, escuchando los pequeños gemiditos cada que rozaba su próstata.

── ¿Puedes tomar otro, bebé? ──

── O-Otro, sí ──

El segundo dedo puso un poco de resistencia pero también se abrió paso. La quemadura hizo al menor estremecerse.

Joder... Estaba perdiendo la virginidad con el tipo que lo tenía tan mal. Mierda, le encantaba tanto la idea, como el hecho.

Nicholas continuó dedeándole, hasta que estuvo lo suficientemente estirado como para dejar pasar la cabeza de su polla.

Agarró esta por el falo, mientras su otra mano descansaba sobre la espalda baja del menor.

── Te la voy a meter ──esas simples palabras provocaron un calor infernal en el vientre bajo del menor que asintió desesperado.

Cuando la punta perforada presionó contra la entrada un gemidito lastimero salió de los labios del menor que le miró con ojitos lindos.

── ¿Nicho puedes tomarme la mano? Tengo miedo ──murmuró.