Otro año más desde la mudanza de Alexandra a la casa de los Pevensie. ¿Quién diría que estos en poco tiempo entraron en el corazón de Alexandra?
Para ella todo es perfecto, pero siempre hay cosas negativas, o más bien personas negativas.
La fama de...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Susan Pov's:
En estos dos últimos días vi que tanto Alexandra como Edmund no se hablaban, algo había pasado.
Aparte lo pude notar cuando mi amiga decía:
—Odio a los hombres, extínganse de una vez por favor
Con Peter y Lucy llegamos a suponer que la causa era Lizzie, y yo no soporto más que estén así.
Así que tuvimos una idea, encerrarlos en la habitación de Peter.
Se que odiarán la idea, pero aparte de quererlos juntar a la fuerza, queremos molestarlos. Es nuestra especialidad.
Le dijimos a Edmund que Peter lo estaba buscando, pero antes de decirle le dijimos a Alexandra que Peter quería hablar con ella.
Alexandra cuando vio que no estaba Peter nos preguntó en donde estaba, Lucy y yo le dijimos que espere, entonces escondidos los tres detrás de la puerta del cuarto de Lucy, vimos como Edmund entró, rápidamente hechamos llave a la puerta para que no salieran.
Reímos en voz baja, teníamos ganas de que se pelearan, pero no, tienen que juntarse para mejorar la raza.
Escuchamos como se quejaban, pero después no volvimos a escuchar nada.
Alexandra Pov's
¿Tenía que ser en el cuarto de Peter?
—Abran la puerta!—grite
—¡No sean inmaduros y abran de una maldita vez! —gritó Edmund
Y así fue por unos minutos, gritamos pero sin respuesta.
—Parece que nos quedaremos aquí —dije yo y no obtuve respuesta de su parte.
Hombre tenía que ser
Edmund se sentó en la cama de Peter, mientras yo estaba parada mirándolo en la puerta.
—¿Quieres dejar de verme? —dijo el
—Lo siento..—murmuré avergonzada
Sabía que tenía la culpa en parte, así que no me quedaba de otra que pedir perdón.
Así que decidí hablar—¿Podemos hablar? —cuestioné y no hubo respuesta de su parte.
Sabía que era algo terco, así que decidí acercarme y tirar de su brazo tratando de llamar su atención, el solo se quitó bruscamente de mi agarre.
—No molestes —soltó el.
Y ahí me di cuenta que la había cagado.
Y también que es un maldito rencoroso y enojó de quinta.
