𝐃𝐀𝐌𝐎𝐍 𝐒𝐀𝐋𝐕𝐀𝐓𝐎𝐑𝐄

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Las personas se encontraban muy felices en cada calle que recorrían Bonnie, Elena y Artemisa repartiendo volantes.
La última no los repartía con todas las ganas del mundo pero se empeñaba en darle confianza a la gente para que vayan a ver el festejo de la noche.

— Hoy es la noche del Cometa — les habló Bonnie, pero la única que le prestaba atención era Elena ya que la pelirroja se encontraba fuera de la tierra en esos momentos — ¿Quieren un volante?

Les pregunto a un grupo de personas que se encontraban allí, ellos lo tomaron.

—¿No te llamó o sí? — le preguntó Bonnie a Elena.

— Ni mensajeo, luego me di cuenta que nunca le dí mi número… como que no llegamos a tanto.

— En una relación eso es muy importante.

— Ya lo sé, pero no era el momento creo — le respondió.

— Jamás es el momento.

— No estoy lista, Bonnie. — le dijo — al menos estoy dispuesta a salir.

Artie seguía caminando delante de ellas sin darle mucha importancia a la conversación, solo escuchando por arriba, se sentía un poco rara desde ayer por la noche, hasta comenzó a creer que  tal vez eran los efectos del Cometa que decía una tarotista en la tele, se había comenzado a distraer muy fácilmente , dolor de cabeza y muchas cosas más.
Aunque ahora que lo pensaba mejor todo eso provenía de una sola palabra: Cansancio.
La verdad que no había dormido como la bella durmiente en estos días atrás, y solo se empeñaba en mostrarles una sonrisa a sus seres queridos, pero en realidad detrás de esa sonrisa venía horas de insomnio, llantos, pesadilla y miles de cosas más que vinieron luego de la muerte de sus padres.
Pero ella era una genia en ocultar su dolor.
Siguió escuchando hablar a su amiga y hermana, pero al mirar adelante vio a un hombre todo de negro, hasta el pelo lo tenía negro, el se encontraba parado con sus manos cruzadas, parecía que no era real.

— Artie, ¿Qué te pasa? Te noto muy distraída hoy — las palabras de Elena hizo que ella volviera en sí y las miré.

— Dime Elena, ¿Quién quiere repartir volantes con este sol? — le preguntó ninguna respondió — Solo nosotras.

— Tanner nos mandó — habló Bonnie — La pregunta es, ¿Por qué a nosotras?

— Nos odia — le contestaron las Gilbert, Bonnie negó divertida y definitivamente esa era la respuesta.

Ellas siguieron caminando y Artemisa no pudo evitar girarse para ver si el hombre seguía ahí, y definitivamente no estaba, eso que solo se distrajo un segundo.





















[•••]

La noche cayó y con ella la hora del Cometa llegó, todos se encontraban con una vela en mano mientras compartían sus llamas entre ella.
Artemisa comenzó a caminar hasta que se chocó con alguien… Matt.

— Hola — la saludó entendiendo su brazo con la vela para que la de Artie se encienda. — Lo siento, por lo de ayer.

Artemisa suspiró — Primero gracias, y segundo es una noche de celebración Matta, no hablemos de eso, ¿Sí — él así asintió — Disfruta tú noche.

Ella siguió caminando para ver el cometa, y se detuvo un poco más alejada de las personas que se encontraban allí, se había acostumbrado a estar sola sin mucho ruido, aunque a veces el sonido del silencio le daba miedo.

𝐃𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐓𝐀𝐑☆ ℒ𝒶𝓏𝑜𝓈 𝒹𝑒 𝒮𝒶𝓃𝑔𝓇𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora