" D!CK "
...
Viajes de negocios. ¿Tan aburridos no? Para la esposa de un hombre que estaba constantemente con ellos, lo era aún más.
"¿Sunoo otra fiesta hoy?" Suspiras y caes sobre la cama mientras tu marido se reía y se ajustaba la corbata en el espejo.
"Lo siento cariño, pero tengo que asistir". Sunoo se arregló el cabello y se peinó con cuidado un mechón. "¿Te gustaría venir también? Sabes que ese vestido azul ha estado inactivo en tu armario durante mucho tiempo".
"Es turquesa, Sun". Refunfuñaste, levantándote y dándole un rápido beso a tu marido, antes de buscar a tientas su corbata, "La usaré, sólo si aceptas darme lo que quiero esta noche".
Sunoo se rió entre dientes y se inclinó más cerca, básicamente inmovilizándote contra la pared, antes de darte un beso profundo. Su lengua chocó con la tuya dolorosamente, dándote el sabor de algo que habías querido devorar durante semanas.
"Ngh-Sun" querías que te comiera allí mismo.
"Tch tch impaciente, ¿no?" Sunoo se rió entre dientes. Podías sentir su erección presionar contra tus pantalones deportivos, frotándote excitación.
"Esta noche sunshine". Sunoo acarició tu mejilla, "Lo prometo. Esta noche después de la fiesta. Ponte bonita para mí, ¿de acuerdo?"
La noche llegaba demasiado lenta para ti. Durante todo el día, no hiciste nada más que holgazanear, molestar al cocinero para que te enseñara a hacer lasaña, fallar en hacer dicha lasaña y luego acelerar el juego de Pokémon.
Pero el verdadero tesoro del día fueron los pocos minutos antes de prepararte.
Palmeando los pliegues de tu vestido perfectamente planchado, te admiraste en el espejo, te hiciste un pequeño giro y observaste cómo la tela giraba perfectamente como en una escena de Disney. También destacaban las perlas de tu cuello, con su brillo resplandeciente y sus relieves dorados.
Al buscar en el cajón de su perfume, vio un tubo de color verde con la etiqueta "Perfume de aceite".
Te reíste de eso. Perfume de aceite, tu trasero. Estabas seguro de que ese era el perfume "especial" que Sunoo te había traído de Italia.
Riendo para ti mismo como un villano, tomaste la sustancia grasosa del tubo y la aplicaste en tu cuello y muñecas, donde sabías que Sunoo te besaría, inhalando los embriagadores perfumes de la feromona, y tal vez te daría tu pastel antes, muy antes.
"Cariño, te ves impresionante". Sunoo te saludó cuando saliste de tu habitación hacia el pasillo.
"Gracias Sun." Te reíste y rápidamente levantaste las muñecas para que Sunoo las besara.
"Buen perfume." Sunoo te besó las muñecas con más fuerza de lo habitual.
"Joder, hueles tan bien".
