Miranda
- ¿Y bien? – le pregunto mientras nos vemos
- ¿Qué? – me dice como si nada
- Va a querer venir diario- respondo
- Pues que venga- saca su media sonrisa descarada- sirve que Isa la acompaña, tu feliz, ellas felices y yo feliz- sí, mi hermana no tiene ni pisca de vergüenza
- Pero se fue llorando- le reprocho y se le llenan los ojos de lágrimas, argh, olvidé que ella también estuvo a nada de llorar
- ¡No me la dejaste aquí! – me reclama con la voz cortada
- El hospital no deja que los niños se queden- le recuerdo en lo que me siento en el sillón enfurruñada, ¿Acaso ella cree que yo soy feliz de no ir con ellas?
- Pretextos- bufa y se cruza los brazos- bien puedes firmar mi salida y así todas nos vamos a la casa- aprieto los dientes
- Claro, para que te pongas mal y entonces si te tenga que internar sin que ella te pueda ver otra vez- respondo enojada ¡ay! ¡olvido que mi hermana sabe sacarme de mis casillas!
- ¡Es mi bebé! – se enoja
- No me había dado cuenta ¿Quién sabe porque la estuve cuidando entonces? – le suelto sarcástica y tenemos duelo de miradas
- ¡No me quiero ir! – me grita
- Corazón, solo es para dormir, no nos dejan que estemos aquí mucho tiempo- trato de explicarle
- ¡que no, que no, que no! – repela y las lágrimas comienzan a acumularse en sus ojos, me ve tan enojada
- Linda, solo vamos a dormir en casa de tía Susy y mañana temprano venimos otra vez con mamá- le explica Isa abrazándola por la espalda
- Pero Isa, mi tía no me dejará verla diario todo el día- suelta entre lágrimas
- ¿Quién dijo que no? Mañana vendremos- respondo alterada y me ve peor
- ¿Por qué tu si te quedas y yo no? – y lo peor de todo es que mi hermana pone la misma cara de indignada
- Porque un adulto tiene que cuidarla, si mamá le echa ganas y – aprieto la boca- se recupera rápido- veo duramente a mi hermana- pronto podremos todas ir a casa- le guiño el ojo a mi sobrina, pero me ve dudosa
- Yo mañana te traigo, duermo hoy contigo y mañana no la pasamos juntas aquí y el siguiente día igual ¿te parece? – Isa tan bella que trata de ayudarme, mi sobrina y mi hermana suspiran derrotadas ¡¿Por qué con ella sí?!
- Bueno- responde no muy convencida
- Perfecto- Isa la carga- ahora despídete de mamá y dile que mañana venimos a verla
- ¡Pero no me quiero ir! – llora y entre llanto se despide de mi hermana y se van
- Mira Diana- paso la mano por mi cara
- Te vas a borrar la cara- se burla entre risillas, quito la mano de la cara y la veo, ahí tiene una de esas sonrisas que hacía de niña cuando se burlaba de mí
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La razón por la que encontré la felicidad
RomanceDespués de haber tenido la perfecta escusa para huir de casa (una investigación de campo), el tiempo marca que su regreso ya tiene que ser y a pesar de eso, ella lo pospone lo más que puede, sin embargo, las cirscuntancias la obligan a volver con un...