24 El doctor entrometido

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Isabella

- Hola- me dice al volver de dejar a su hermana

- Hola- le doy un besito

- ¿Te quedarás? – se cohíbe un poco, me causa ternura

- ¿Puedo quedarme? – se ríe

- Tú puedes hacer todo lo que desees- me besa

- No me tientes- suspiro

- Pero en silencio- reímos y bostezo

- Me quedo, pero después del desayuno tengo que ir a casa de mis padres- asiente, me toma de la mano y me lleva a su cuarto para dormir, porque capaz que Eli nos visita y nosotros a mitad de.


- ¿Sabes? – le cuchicheo a mi hermana

- ¿Qué tienes un chupetón medio escondido aquí? – señala un poco más debajo de mi clavícula, no debí ponerme esta blusa hoy

- No idiota- respondo poniéndome roja, viéndola con reproche y acomodándome la blusa- ¿cómo te diste cuenta si no se ve? – pregunto después de acomodarme la blusa

- Vi- arruga la nariz- de reojo- se ríe

- Eres bien grosera- mis papás que están ocupados con las plantas se nos quedan viendo y los saludamos

- Cuenta- me dice emocionada y carraspeo

- No era lo que te iba a contar, pero- sonrío, contesta la sonrisa y asiente- fuimos a cenar tacos- se ríe

- Ya te tiene- la codeo

- A un lugar en donde los dueños la conocen de hace tiempo y como no la habían visto la recibieron muy bonito- le cuento emocionada

- Miranda se hace querer, diferente de su hermana y sobrina, pero si- asiento, no lo puedo negar

- Caminamos, bromeamos, es muy coqueta y cariñosa conmigo- la sonsa baja la mirada al chupetón que no se ve

- Me doy cuenta- se burla

- No de eso- digo entre diente- está al pendiente de mí, me da besitos, con sus manos soba mis manos y brazos- le digo soñada- y aún enfrente de los demás no cesa de estar al pendiente y tener detalles

- Mmmmm- hace la onomatopeya- pero siento que te estas saltando y omitiendo pasos- hace media sonrisa

- Ah, después fuimos a mi casa a ver una película, reímos un poco, hablamos, unos besitos y bueno, tu sabes, una cosa llevó a la otra- ¡y que cosas!

- ¿Te complementó bien? – me pregunta burlona; la veo, me ve- oh- se ríe- eso explica eso que tienes aquí- apunta sobre la ropa que tapa el chupetón

- Digamos que este realmente fue un accidente- carraspeo

- Un delicioso accidente- dice mi hermana entre risas

- Pues no tanto como los tuyos- reímos, aquella vez tuve que maquillarle muy bien el cuello- y donde que tú le decías "muérdeme" – seguimos entre risas de recordad

- Fue mi tiempo de experimentar, no estuvo mal- agrega rememorando- pero no me complementaba del todo, ahora con mi esposo si- sonríe juguetona

- ¿Y cómo está tu esposo? Tiene rato que no lo veo- bastante diría bien, mi hermana se ríe y ve de reojo a papá

- Nada más porque papá anda de posesivo y no nos dejó traer a las parejas- reímos y vemos como mamá se ríe, bueno, mi hermana no fue nada discreta al decirlo

La razón por la que encontré la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora