2 ¡Mi hermana seguro solo despierta para matarme...!

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Camino a donde Susy me dijo que era mi recámara y me desvío a ver a mi sobrina

- ¿En dónde está? – todas mis alarmas se encienden

Entro a la recámara y nada, voy a mi cuarto y nada

- El baño, seguro está ahí- camino a gran velocidad y nada- Dios, apenas fueron unas horas y ya se me perdió, no puede estar en la cocina porque vengo de ahí, pasé por la sala apagando todas las luces, cielos- ¡mi hermana seguro solo despierta para matarme por perder a su hija! - la preocupación va aumentando en mi- ¿Eliana? – camino, su papá de seguro se levanta de entre los muertos y me da la catedra del mundo y después me lleva con él.

Veo la puerta del fondo del lado de los cuartos entreabierta, creo que esta es la de mi hermana, creo que es mejor mantenerla cerrada por ahora, tomo el picaporte y escucho unos suspiros llorosos, así que me asomo, si es el fantasma de mi hermana ahorita lo regreso a su cuerpo para que se pare y me ayude a buscar a su hija, pero lo que encuentro...

- Preciosa ¿Qué haces aquí? – le pregunto acercándome a ella, está acostada en la cama

- Huele a mamá- responde entre llanto

- ¿Quieres dormir aquí? – asiente, la entiendo- bien, entra en las cobijas- destiendo la cama para que ella entre y beso su frente- solo por hoy ¿ok? - giro mi cuerpo para salir e ir a mi habitación

- ¿No dormirás conmigo? – su pregunta que suena a más un ruego que me pone mal, mañana mismo busco lo del psicólogo, sirve que me guía con si debemos dormir aquí, visitar a su mamá o que

- Si- se hace bolita, no sé si aguante el olor de mi hermana toda la noche, pero su carita y... ¡ahhh! -Bien, solo iré a ponerme una pijama- me pregunto si las que tengo me servirán

- Mamá te dejó ropa en tu cuarto para cuando regresaras, decía que conociéndote regresarías con lo que te llevaste que no te serviría aquí- asiento, ¿Cómo carajos soy tan predecible para mi hermana?


Que sonido más irritante para un teléfono ¿Quién diablos pone una cosa tan molesta? Abro los ojos buscando de donde viene ese infernal sonido y veo el celular que me dio ayer Susy

- Sin duda tenías que ser tu- tomo la cosa del diablo y la apago, 8 de la mañana, veo a todos lados sin reconocer nada, regreso mi cuerpo a donde estaba y tengo en mi brazo a Eliana- cielos, no fue una pesadilla- suspiro- 8am, tengo que arreglarme para ir a la universidad- beso la frente de mi sobrina y trato de zafarme

- ¿Ya nos vamos? – pregunta modorra

- Tenemos que despertar, bañarnos- ¿Cómo carajos se baña alguien con yeso? – desayunar, vestirnos- la niña se ríe

- Creo que debemos vestirnos antes de desayunar- me corrige entre risas

- Si, eso debemos hacer- la abrazo y le doy muchos besos, lo increíble es que se deja

- Hoy conoceré tu lugar de trabajo- dice con emoción

- Yo también- me río- deja llamo a Susy para ver cómo es que te debo de bañar- se me queda viendo

- Yo me ser bañar- si se baña como mi hermana a esa edad no es de fiar y dudo que si se parece a su papá haya buenos resultados

- Llamaré a Susy- prefiero todo seguro

¿Quién iba a decir que para bañarse con yeso solo pones plástico ahí para que no se moje? Pues yo no, no tengo recuerdo de mi hermana o yo con alguno de ellos. Lo malo de preguntar es que la tonta de Susy no dejaba de reírse, tenía ganas de ir a su casa a golpearla a más no poner, pero... la cosa aquí es que tengo que ser un ejemplo; también sirvió hacerle la llamada para que me recordara de darle las medicinas a mi sobrina, ahora tengo alarmas de eso en el celular y por supuesto ya le cambié los sonidos.

La razón por la que encontré la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora