disfruta un poco.

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Mariana pankratova

— mami es que Derek no quiere que yo ......— la interrumpí.

— mi amor se que Derek no le gusta que cantes pero no tenías que empujarlo.

Ella resoplo.

— lo sé mami y me disculpo, yo...— comenzó a llorar, me dió cosita no haber estado.

Estaba en mi habitación cuando mi madrina me llamo que estaban en el hospital por qué Sinahi empujó a Derek y si querer se pegó la nariz a la mesa.

— disculpa mami yo no quise hacerle nada malo— quería darle un abrazo, ella nunca le haría nada malo

— esa disculpa tienes que dársela a tu hermano.

— si mami eso haré— hubo un silencio en la línea que pensé que había colgado, después hablo —¿Cuando vendrás mami?.

Sabía que me extrañaba.

— estaré pronto mi amor y te llevaré regalos— se ríe pero no tanto, lo de su hermano le afecto.

— si mami ven pronto— se escucho un forcejeo.

“dame Sinahi yo también quiero hablar con mamá”.

— hola mami— mi segundo bebé.

— hola mi amor— el sonrió lo sabía por qué siempre que le decía así sonreía.

— mami la princesa no se está portando bien— escuché un oye de fondo.

— pronto estaré con ustedes— el suspiro.

— yo también te extraño mama, ellos dos sin ti son un desastre— rei y el me acompaño.

— ya iré mi amor, cuida a esos dos hasta que regrese— me dijo un “bien” y me mandó muchos besos.

Colgaron y comencé a desvestirme por qué iríamos a lanzarnos de parapente. Mi mente estaba con mis hijos, me dolía que Derek tuvo que llevarse un mal susto por qué la doctora dijo que no hubo ninguna lección si no solo fue un golpe, y por mas que pedí hablar con el, no quería y me partía el alma.

Salí de la ducha y escucho unos golpes en la puerta pero sutiles y solo fueron dos, algo en mi se pudo en alerta ay no sabía por qué pero mi piel se erizo, camine con mi toalla enrollada y mire por el chismoso y no ví a nadie, abrí la puerta igualmente aunque las películas de terror no lo recomendaran, mire a todos lados y no había nadie solo una carta en el suelo.

La tome y cerré, comencé a desdoblar la nota, y se me cayó al suelo por qué solo tenía algo y era.

«una estúpida carita sonriente» y mi mente fue a años atrás y lo desesperados que estaban los Corleone con dar con ese sujeto.

Mis manos temblaban y no podía ser, era lo único que repetía mi cerebro.

Otros golpes en mi habitación me asustaron que tuve que taparme la boca para no gritar, mire por el chismoso antes de abrí otra vez. Era Max

«que hacía aquí».

Abrí con calma no sin antes asegurme que llevaba bien mi peluca. Solo abrí un poco la puerta.

— ¿que haces aquí?— sonó más severo de lo que pretendía.

— seré directo —«cuando no lo eras»pense— solo estaré un día aquí y quería disfrutarlo contigo.

— ¿Y eso como por qué?— tenía que alejarme de él no seguir con ese juego.

— no tengo ni la menor idea— sonreímos al mismo tiempo— dime ¿Aceptas?.

aprende a engañarme volumen 2... no me hieras tanto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora