Hipnotizado

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Maximiliano Corleone.

-¡¡Ten más cuidado!!- Angelo estaba ganándose unos puños a base de bien.

-Nunca he manejado esto, así que mucho hago.

Massimo que era el que recibió el impacto no estaba como yo, en cambio estaba tomando de un brazo con la pelirroja.

-Ahora después que se odiaban ahora se aman- susurré solo para Angelo.

-Que te digo, siento que esa es la base del amor.

Bufé. me ayudó a poder subir al Tesla mientras Massimo se iba en el otro por órdenes mías, ya que no quería estar con nadie.

Solo pensaba en Mariana y en el plan que llevaría acabo apenas pisará la mansión, lo primero que haria seria hablar con la bruja madre de mi cuñada.,
Me encendí un cigarrillo mientras íbamos en camino.

-Ayúdenme a bajar- ordene a uno de mis hombres.

Baje del coche para volver a la silla de rueda pero la patee ya que no quería parecer un maldito inválido, subí mis escalones aparentando que no me dolía nada, llegué a la puerta de la entrada y ví un vestido rosa moverse entre las personas que tenia al frente que ni me importaban quienes eran.

-¡¡Llegó mi papi!!.

Si cabello rubio era lo que más llamaba en ella, y su dulce mirada.
La tome sin importarme la herida, y junte nuestras frentes mientras le daba besos por toda su cara, tenía algunas lágrimas y eso no me gustaba.

-¿Por qué llora mi princesa?.

-Es que... Estoy feliz por qué regreso Derek...pero...pero ¿mamá?- no podía hablar de los hipos que tenía por llorar.

Le quite las lágrimas mientras pasaba por encima de las personas que me miraban embelesadas, incluyendo a felicia. Subí las escaleras con mi niña para que nadie la viera llorar.

-Tu mami vendrá pronto, solo que se quedó para poder rescatar más rápido a Derek.

Ella asintió y me miró expectante como si quisiera preguntarme algo.

«y no me equivoqué».

- ¿Nosotros tenemos abuela?.

No me imaginé que ella me hiciera esa pregunta, imaginé por las fotos que se veian en la casa.

-Claro que tienes abuela.

Entre al despacho con ella aún en brazos, me senté en la silla atrás del escritorio. La dejé en mis piernas y le di una foto que tenía ahí.

-Ella es tu abuela- ella tomó el retrato y paso su dedito por el rostro de mi madre.

-¿Y dónde está?.

Sus ojos volvieron a mi, si verde y el mío se mezclaron y dejé de ser el hombre que sonreía y ocultaba todo, por ser el que solo con mis hijos y mis ojitos del cielo podían ver.

-Ella está aquí- le toque el lado izquierdo del pecho donde estaba su corazón- Y en el cielo.

Ella miró de nuevo el retrato y sentía como si ese vacío que una vez sentí, volvería.

-Tambien está en ti papi- eso me hizo sonreírle, ella se trepó encima de mi y me dió un beso en la mejilla- Siempre quise un papi como tu, Te amo.

Me dió risa y rabia por qué ella se lo imaginaba por qué Mariana me quitó ese derecho, pero bueno para que seguir recordandolo si igual amaba a Mariana.

-Yo también te amo, y eres mi princesita.

Ella se quedo en mi pecho mientras le contaba mi infancia y las travesuras que le hice a mis hermanos, a lo cual ella también me contó que a Derek le había hecho unas cuantas.

aprende a engañarme volumen 2... no me hieras tanto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora