viraha ━ kavetham

naw

LA GRACIA DEL RECUERDO

Capítulo 9

¿Qué es lo que vuelve al recuerdo algo agraciado?

La mente de Kaveh está perdida en ello. En el recuerdo.

Ese recuerdo está grabado en su cabeza. Esta grabado en su oído. En su aroma. En su cuerpo.

Está tan grabado en su consciencia, así como lo está en su alfa y las sensaciones que percibe ajenas a ellos.

Cierra sus ojos y la mirada de Alhaitham brinca en la corta oscuridad de sus párpados. Sobrepone su concentración en el silencio y la melodía del lívido resuena tal cual eco en su cabeza. Aspira el aire del ambiente y la dulzura de feromonas mezclada con la intensidad de otras feromonas propias se impregna tan profundamente hasta llegar a su cerebro.

Es imposible ignorar ese recuerdo. Es imposible olvidarlo.

Su lengua juguetea sobre sus colmillos. Aún no se han reprimido por completo. Y Kaveh se pregunta si Alhaitham sentirá la confusión que él siente en ese momento.

Él percibe la desesperación de Alhaitham. Sabe a la perfección que ya ha despertado y ni siquiera ha tenido que ser notificado de ello. Siente tu presencia, sabe que está en el palacio, cerca de él.

Se pregunta si Alhaitham sentirá que Kaveh ha pasado la noche en vela, excusando sus preocupaciones en el acumulado trabajo que ha dejado pendiente.

La mano de Kaveh no puede alborotar más el caos de su cabello. Su mano está acalambrada y sus ojos se sienten cansados. Por el reojo observa las grandes ventanas. El sol ya se ha alzado por completo y sus rayos traspasan los cristales hasta resplandecer sobre las más cercanas superficies.

Su mente diferencia en la paz del entorno con el caos de sus pensamientos. Incluso el silencio que carcome cada rincón del gran despacho se siente envidiable para el ruido que reside en su cabeza.

Respira y percibe la dulzura de las feromonas de Alhaitham sobre él. Y por un momento se siente entusiasmado pues realmente la noche anterior fue encantadora. La ha disfrutado de una manera que nunca antes ha experimentado.

Su alfa está enloquecido, incluso su propio cuerpo se siente inquieto con el rastro de erotismo que persigue su noche.

Sin embargo, su mente tampoco lo favorece, así como la paranoia lo hace querer vomitar.

En esos mismos recuerdos que alborotan la calma en su cuerpo, el arrepentimiento se aferra fuertemente junto con la incertidumbre del futuro.

Precisamente su futuro con Alhaitham.

Kaveh es totalmente consciente de la relación y situación que lo tiene a él y a Alhaitham viviendo bajo el mismo techo, unidos por un par de argollas a juego. Su matrimonio no es deseado y en consecuencia su relación no es la mejor.

Desgraciadamente son solo un par de desconocidos usados por la misma conveniencia de la corona y la familia real.

E igualmente, Kaveh no puede dejar de aferrarse a la sólida idea de tratar de mejorar aunque sea un poco con Alhaitham.

Sin embargo la noche compartida es difícil de describir para el progreso o descenso de su relación con Alhaitham. Ciertamente todo aquel arrastre de lujuria ha sido conservado, pero también es cierto que el ambiente al que se indujeron fue causado por el mismo desarrollo de la noche en el comedor.

Percibe los nervios de Alhaitham y eso lo inquieta. No duda que seguramente Alhaitham también piensa con constancia la noche anterior. Incluso le inquieta asegurar que ya ha notado la marca que impulsivamente Kaveh dejó en su cuello, lo cual lo preocupa aún más.