pedwar

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LÁGRIMAS DE DESOLACIÓN

Capítulo 4


Si hay algo que Alhaitham disfruta, es el despertar por las mañanas.

Le gusta despertar por su cuenta y sentir que su cuerpo ha descansado. Cuando los días son también agobiantes, le agrada sentir que su mente también ha podido tener un buen descanso de los problemas.

Suele encontrar satisfactorio desprender su cuerpo de la calidez de las cobijas y estirar su cuerpo mientras bosteza. Le gusta revolver su cabello y frotar su rostro, y entrar a la bañera también es algo que le agrada mucho.

Pero ese día, despertar ha sido el peor golpe de realidad que ha recibido en toda su vida.

El sol es demasiado fuerte. Se filtra por las grandes ventanas que no han sido cubiertas por las cortinas la noche anterior, por lo que su resplandor golpeando contra las superficies más expuestas encandila demasiado sus ojos que apenas pueden acostumbrarse a los alrededores.

La habitación en la que ha despertado es desconocida para él, así como lo es el gran camisón desaliñado que cubre la total desnudez de su cuerpo. El piso es lustroso, los blancos son predominantes junto a dorados y castaños. Es una habitación enorme, pero también muy elegante. Los muebles son llamativos, definitivamente son demasiado costosos y los cuadros parecen tener tantos años como valor.

Como noble, está acostumbrado a los lujos diarios. Las mejores comidas, los modistas más prestigiados, los trajes más lujosos y costosos, servidumbre a su disposición las veinticuatro horas del día. Pero aún así, los lujos de ese lugar son tan excesivos como desconocidos para él. Se siente desubicado, ajeno a aquel lugar, y solo por unos segundos, desconocido a la razón por la que está ahí.

Frunce su ceño. Se siente un poco confundido. Quiere buscar algún indicio que pueda darle una pista de porqué está ahí, y por eso, gira sus ojos a todos lados.

Cree no encontrar nada, en realidad así parece ser. Pero luego encuentra desordenados y pequeños bultos de ropa esparcirse cerca de un sofá por la chimenea. Alcanza a divisar una prenda negra que parece una especie de saco, y lo hace ladear su cabeza. También observa un pantalón blanco, y trata de levantarse a analizarlo. Cree tener una idea de lo que esa ropa es, pero al removerse un poco, puede sentir golpear el aroma de dulces feromonas contra su olfato de una manera demasiado agresiva.

Apenas se mueve cuando su cuerpo vuelve a congelarse. Sus ojos se mantienen fijos en el negro abrigo tirado en el piso y aspira con fuerza. Percibe nueces y miel, son sus feromonas que a pesar de no ser recientes, mantienen una intensidad constante, bailando de una manera demasiado desordenada por toda la enorme habitación.

Su aroma golpea de una manera agresiva contra su mente. Viaja hacia la noche anterior y es sorprendido por la imagen de unos brillantes ojos rojos.

Su ceño se frunce un poco más. En solo segundos puede recordar a la perfección el fuerte aroma de Kaveh nublando sus sentidos de una manera peligrosa. Su cuello también ha vuelto a cosquillear cuando recuerda los labios de Kaveh rozar contra su piel, y eso es lo que termina por hacerlo levantar de golpe de su cama sintiéndose inquietado.

Nota un espejo no muy lejos de su cama y corre a él. Su aspecto se ve demasiado desaliñado, pero de momento no le interesa tanto. Sus ojos corren hacia su cuello. Sus manos palpan su piel y buscan alguna marca en ellos. Siente el corazón en su garganta. Los recuerdos de su noche anterior son borrosos para su mente, y por eso siente un alivio al notar su cuello totalmente liso.

viraha ━ kavethamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora