viraha ━ kavetham

saith

UN SENTIMIENTO EXTRAÑO

Capítulo 7

—Kaveh...

Hay un sentimiento extraño.

La postura de Alhaitham se endereza por completo. Sus ojos se elevan de su platillo para centrar su atención absoluta en el alfa que titubea en impulsar sus pasos hacia el interior del comedor.

Su mirada es insistente. No parece demasiado entusiasmado. En realidad se puede percibir su molestia, así como se percibe sorpresa, quizá también un poco de entusiasmo.

En general son un conjunto de emociones difíciles de leer bajo la pesada mirada turquesa de los ojos de Alhaitham.

Su expresión tampoco es sencilla de leer. A ese punto Kaveh piensa que debería estar ya acostumbrado, pero en ese momento la expresión de Alhaitham no se siente como la usual inexpresión de esta misma.

Los ojos de Kaveh están inquietos. Corren por todas partes hasta regresar a Alhaitham. No sabe qué es lo más prudente. ¿Está bien que esté ahí? ¿Sería mejor regresar a su estudio?

Las respuestas cuestan en llegar. La poca reacción de Alhaitham tampoco ayuda demasiado.

Aunque en realidad Alhaitham tampoco sabe siquiera como debería de sentirse.

Es algo extraño, no tiene una mejor palabra con la cual lo pueda describir mejor.

Sus emociones no se expresan correctamente. Está nervioso, pero al mismo tiempo su pulso se acelera. Sus ojos no pueden soltar los de Kaveh, y a pesar de la lejanía, su aroma a vino y naranjas es insistente en llegar al olfato de Alhaitham que incluso su omega permanece atento.

Ni siquiera tiene claro si está dispuesto a hablar con él, o si solo debería seguir ignorándolo. Desde su discusión no lo han hecho, y a pesar de llamar el nombre de Kaveh, ninguno de los dos ha vuelto a hablar.

¿Quiere verlo? ¿No quiere verlo? Mediante más lo piensa, más siente que sus ideas se separan.

Quiere que camine hasta sentarse junto a él y pueda sentir su aroma tan fascinante de cerca. Pero cuando mira sus pies avanzar hacia él y percibir un aroma a vino ajeno al de sus feromonas, quiere que se aleja, aunque en ningún momento quiera decirlo.

Llega hasta una silla contigua a Alhaitham y sus ojos lo miran fijo por algunos segundos. Sus facciones están tensas en un ceño fruncido. Tampoco parece demasiado dispuesto a decir algo luego de sentarse y agradecer por el platillo que uno de los sirvientes coloca frente a él.

Jamás dirige alguna otra palabra a Alhaitham. Él también lo observa en completo silencio y cuando el aroma a alcohol se pronuncia, resopla pesado.

—Apestas, vete de aquí.

Kaveh escucha y su ceño fruncido se pronuncia. De solo escucharlo hablar con ese cortante y grosero tono se siente irritado, pero irónicamente prefiere seguir escuchándolo a estar en un silencio externo e incómodo.

— ¿Te crees con el derecho de echarme de mi propio hogar?

Cyno y Tighnari escuchan. Comparten una discreta mirada desilusionada. Tratan de comunicarse que debieron esperar cualquier cosa cuando los escucharan volver a hablar.

—Jamás utilicé esas palabras, aprende a escuchar.

—Tú fuiste quien dijo que me fuera, ¿ni siquiera eres capaz de entender lo que tú mismo dices? —Sus ojos bajan a su platillo. Quisiera no perder tan rápido su paciencia, pero el simple escuchar a Alhaitham lo arruina todo—. Será por eso por lo que eres tan jodidamente odioso.