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LA GRACIA DEL OLVIDO

Capítulo 8



¿Qué es olvidar?

El poder de perder aquel preciado recuerdo en la soledad compleja del lamento. Ser capaz de crecer la mente en la ignorancia del nulo conocimiento del pasado.

Olvidar es tener la mente tan blanca y vacía como el techo que se levanta y cubre el aire fresco que corre por el azul eterno del cielo. Como si ese techo en blanco se volviera lo único que la mente puede grabar antes de siquiera conocer lo que detrás de él existe. Su simpleza así como su complejidad. Lo sereno así como lo caótico que el cielo oculto puede volverse. Perdido. Sofocado en el frío del blanco simple, limpio para llenarse de una nueva experiencia.

Olvidar es borrar de la mente esa noche donde el lívido devoró por alguna razón la conciencia. Olvidar el vocifero de los gemidos respondidos ante cada desnuda caricia que enciende la piel y la enrojece suavemente. Cada beso y cada exquisito segundo de placer que satisface al cuerpo tanto como a la mente hasta dejar en el pasado la agonía y la tristeza.

Es olvidar un sentimiento placentero que trata de ser negado por el orgullo propio. La manera en la que las mejillas arden junto a las de otra persona. La manera en la que el corazón palpita con una calidez asemejada al encanto. Por querer más cercanía. Por desear más besos.

Olvidar es algo que Alhaitham no puede hacer.

Porque ni siquiera en sus sueños puede dejar de pensar en la manera en la que perdió la estabilidad de sus actos la noche anterior.

Está recostado en su cama. Solo por completo. Está desnudo, pero las cobijas lo arropan con una gentileza de la que él jamás sería capaz de arroparse por sí mismo.

El sol se filtra entre las cortinas y besa su rostro con calor, pero a su cuerpo no le agrada ese calor. Extraña el calor de un alfa sobre su anatomía y extraña la fuerza de su aroma a vino y naranjas. Como si ese exquisito calor estuviera tan impregnado en él que lo vuelve incapaz de aceptar alguna otra fuente de calor.

Su aroma conecta con el de ese alfa. Es como un festín de mezclas de olores que están hechos para el otro. Lo siente por todo su cuerpo. Lo siente en las sábanas. Lo siente por la habitación. Incluso lo siente dentro de él.

Puede sentir a su alfa marcarlo por todo cu cuerpo.

Su alfa.

Está despierto desde muy temprano pero no quiere levantarse de su cama. Sus ojos no dejan de mirar hacia el blanco techo que se levanta sobre él.

Su cabeza da vueltas, pero sus pensamientos no se enfocan lo suficiente. Al parpadear, sus ojos solo pueden sentir la presencia de su esposo en su mente. La desnudez que compartieron y todos esos extraños sentimientos que no escapan de su mente.

Los sentimientos que no puede olvidar.

Sus manos descansan sobre su pecho, luego bajan hacia su vientre.

Ni siquiera puede parpadear, la inquietud persigue el caos de sus pensamientos asi como Kaveh no para de hacerlo. Su piel no para de cosquillear, como si aún estuviese atrapado bajo el calor de los brazos de Kaveh.

viraha ━ kavethamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora