New Opportunity | Tokyo Revengers [2]

Capítulo 2: ¿Nueva historia?

Fumiko debió ver las señales, o eso creía ella, su mejor amigo se comportaba raro cuando le preguntaba ciertas cosas. Llevaban, ¿Cuánto? ¿Dos meses de amistad? y se ponía nervioso cuando le preguntaba sobre sus planes para los fines de semana, aunque también cuando le cuestionaba si tenía planes ciertos días de la semana.

Algo le estaba ocultando y quería descubrirlo, pero luego le entraba el dilema moral de que él a lo mejor quería pasar tiempo en otras cosas o que tal vez le ocultaba algo que consideraba vergonzoso. Por lo que no le quedaba de otra que aguardar hasta que Chifuyu quisiera contarle.

—¿A dónde vas? — preguntó su mamá al ver a su hija prepararse para salir.

—En Starbucks salió una nueva bebida de temporada, quería ir a probar.

—¿Llevas dinero? — ella asintió. — De acuerdo, si necesito algo te mando un mensaje.

—Oki, te quiero, te veo más tarde~

Se consideraba una niña con suerte, y es que en Japón te enseñaban a ser un poco más independiente, de hecho, tenía unos padres muy permisivos, tal vez porque era hija única.

No mentía cuando dijo que iba al Starbucks a probar una nueva bebida, solo que después se desviará del camino, había visto unos talleres de baile y le llamó la atención el hecho que el anuncio se basaba en salsa o en bachata. No era común ver esas cosas por esa zona, por lo que, si resultaba que no era estafa, se inscribirá.

—¡Ten cuidado!

El grito la sacó de sus pensamientos y giró su cabeza para saber qué pasaba, a unos metros una persona que manejaba bicicleta en la acera iba en su dirección y no supo cómo reaccionar. De repente, una persona la abrazó y la movió del camino evitando así que le arrollara la bicicleta.

—¡Oye imbécil debes ir por la zona de bicicletas! — gritó la persona que le había salvado hacia el ciclista. — ¿Estás bien?

Y de pronto un día de suerte 🎶

Frente a ella pudo ver al chico más guapo que había visto en su vida, o eso pensó ella, con cabello lila y ojos de un color lavanda.

—¡Hermano! —gritaron unas pequeñas voces detrás de ellos.

Bajó su cabeza y pudo ver a dos niñas que estaban preocupadas por el chico que fue corriendo hacia la pelirroja para evitar que saliera herida.

—Ay dios mío, qué adorables. —Fumiko dijo sin pensarlo al ver a las dos pequeñas que iban vestidas, según ella, muy aesthetic. — Lo siento, estoy bien, muchas gracias por salvarme de morir por una bicicleta.

Sería la muerte más pendeja que hubiera tenido 🤡

—No te preocupes, el idiota no debía ir por la acera, es su culpa.