꧁𖤐12𖤐꧂

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El licor y la euforia de las drogas me han cegado completamente, despertando mi oscura sed de caos y destrucción.

Junto a Ángel, comenzamos nuestro salvaje ataque, riendo como desquiciados.

Con un chasquido de dedos, haces de fuego y rayos ensartan a docenas de pecadores, quemándolos vivos entre gritos de pánico. Sus almas son absorbidas, acrecentando mi frenético poder.

Mientras, veo a Ángel blandiendo sus múltiples armas a diestra y siniestra, agujereando cuerpos sin piedad. Su risa enloquecida resuena por encima del caos.

Pronto el lugar se incendia, consumiéndose entre llamas voraces. Pecadores huyen despavoridos, apenas sobrevivientes de nuestra masacre.

Embriagada por el frenesí asesino, continúo descargando mi magia sin control, riendo maníacamente. ¡La sangre y el fuego lo inundan todo!

Pero de pronto, entre la densa humareda, advierto una siniestra silueta. Dos puntos rojos se clavan en mí, cortando mi alucinada carcajada.

-Alastor... -musito aterrada, cayendo en la cuenta de mi terrible error.

Mi aturdida mente apenas procesa lo que veo. La figura encapuchada me resulta vagamente familiar, aunque no logro ubicarla en mi estado.

-¿Y tu quien eres, pequeño pecador? -inquiero con una risita tonta-. ¿Acaso vienes a unirte a la fiesta? Todavía queda algo de diversión...

Pero al acercarse bajo la tenue luz de las llamas, reconozco al fin los distintivos ojos carmesí y la sonrisa perpetua de Alastor. Un escalofrío recorre mi espina al captar el brillo siniestro en su mirada.

-Parece que te has excedido un poco esta noche, querida -responde con tono gélido-. Tu comportamiento deja mucho que desear, debo decir. Creí que tendrías algo más de autocontrol.

Intento articular una excusa, presa del pánico, pero mi lengua está entumecida. ¿Qué hará Alastor luego de presenciar semejante masacre? Estoy en graves problemas...

Gracias a mi magia recupero parte de mi cordura, aunque sigo aturdida por el efecto de las drogas.

Mirando con horror a mí alrededor, advierto los estragos de nuestra locura asesina: cuerpos carbonizados y almas consumiéndose entre las llamas.

Ángel continúa disparando histérico contra las pocas víctimas aún con vida, ajeno a la realidad. Pero para mi desgracia, está Alastor, observándome impasible con sus maléficos ojos.

-Alastor, por favor saca a Ángel de aquí -imploro desesperada, presa del pánico-. Esto...esto fue un terrible error. Yo...yo...

Las palabras mueren en mi garganta. ¿Cómo justificar semejante masacre? Alastor está en todo su derecho de castigarme severamente.

Lo miro suplicante, rogando que tenga clemencia con Ángel al menos. A fin de cuentas, fui yo quien lo metió en este embrollo con mi mala influencia.

-Por favor...llévatelo lejos -insisto al borde del llanto-. Haré lo que sea para remediar esto, pero sácalo a salvo

Contengo el aliento, esperando la reacción de Alastor. Para mi sorpresa, asiente lacónicamente y en un pestañeo desaparece junto a Ángel, sacándolo del incendio.

Ahora me encuentro sola entre las ruinas humeantes del club, contemplando horrorizada los estragos de nuestra masacre. Cuerpos mutilados y almas fragmentadas yacen inertes por doquier.

Mis ojos se humedecen, presa del pesar. Un nudo se forma en mi garganta al comprender lo que he hecho bajo la mala influencia de las drogas.

Desesperada, concentro mi magia para remediar el desastre. Con un movimiento de manos, las llamas menguan y los restos se disuelven, dejando el lugar intacto como antes.

[𝐔𝐍 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐎 𝐏𝐎𝐃𝐄𝐑]-𝖧𝖠𝖹𝖡𝖨𝖭 𝖧𝖮𝖳𝖤𝖫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora