꧁𖤐16𖤐꧂

42 2 0
                                    

-No quiero descanso necesito demostrarle a Lucifer que puedo tener autocontrol de mi misma, y que el puede confiar en mi...-

—Entiendo tu entusiasmo por mostrar tus logros a Lucifer, querida— ronronea Alastor acariciando mis cabellos—Pero debes escuchar a tu cuerpo también. Si sigues forzándolo, no lograrás nada.

Suspiro resignada ante la sabiduría de su consejo. Aun exhausta, no deseo abandonar el entrenamiento por hoy.

—Al menos dame otro ejercicio que pueda dominar rápido—suplico con determinación—Algo que me permita recuperar fuerzas al mismo tiempo.

Alastor lo considera pensativo, hasta que sus ojos se iluminan con una idea.

—Muy bien, practiquemos meditación entonces—propone con aprobación—Te ayudará a centrar tu mente y fortalecer el control. Ven, siéntate junto a mi

Obedezco ansiosa, acomodándome a su lado. Alastor toma mis manos entre las suyas, cálidas y reconfortantes.

—Ahora respira profundo y escucha mi voz. Vacía tu mente de todo pensamiento...

Me abandono al relajante ritmo de su respiración y palabras. Pronto logro un estado de calma absoluta, sintiendo mi magia renovarse. Con Alastor a mi lado, nada parece imposible de alcanzar

Gracias a la constante guía de Alastor, pronto alcanzo un estado de profunda quietud interna. Mi mente queda en blanco, solo concentrada en la calidez de sus manos entrelazadas a las mías.

Su presencia resulta extrañamente apacible. Como si su oscura esencia proyectara una esfera protectora a mi alrededor

De pronto, una lejana melodía comienza a saturar mis sentidos. Abro los ojos sorprendida, percatándome que dicho canto sale de los labios de Alastor, quien tararea suave cerca de mí.

Sus ojos carmesí se mantienen cerrados, sin percatarse aún de mi despertar. Su sola voz posee un poder benéfico, calmando hasta la última fibra de mi ser.

Incapaz de resistir, dejo escapar un suspiro de paz. Alastor abre sus párpados al instante, sobresaltado de haber sido descubierto en tal acto tan... vulnerable.

Mas algo en mi mirada debe calmar su vergüenza, pues su sonrisa se suaviza regalándome una mirada cargada de afecto casi paternal.

—¿Te sientes mejor ahora, pequeña? —ronronea con pregunta retórica, delineando mi mejilla con ternura.

Solo asiento en silencio, mil veces agradecida por su compañía. Junto a él, por alguna extraña razón, puedo permitirme mostrar mi lado más débil sin temor

-Me siento mucho mejor- dije soltando una risita avergonzada

—Me alegra escucharlo, querida —canturrea Alastor complacido, sin apartar su mano de mi mejilla—. Ver tu progreso es la parte más gratificante de mi labor de mentoría.

Sus ojos carmesí me escanean con orgullosa aprobación. Casi podría sonreír ante su devota atención, de no ser porque contener una sonrisa es inútil para él.

—Ahora, comienza por contarme qué percibiste durante tu meditación—ruega con gentil expectación—Cualquier visión, sensación o revelación podría ser valiosa para optimizar tus habilidades.

Asiento conmovida por su continuo esfuerzo en mi formación. Cierro los ojos rememorando mis experiencias internas mientras hablaba.

—Sentí un mar cálido de paz rodeándome —relato solemne—Y una melodía celestial que logró guiarme más allá de la quietud... Creo que eras tú cantando, aunque no estoy segura.

[𝐔𝐍 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐎 𝐏𝐎𝐃𝐄𝐑]-𝖧𝖠𝖹𝖡𝖨𝖭 𝖧𝖮𝖳𝖤𝖫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora