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Martin

Ya había pasado una semana desde que estaba aquí en Madrid. No me llegaba a acostumbrar al bullicio de la gente. Era una ciudad muy estresante, muchísimo más que Bilbao. Gracias que donde yo vivía era más o menos tranquilo, porque si viviese en todo el centro... No sé si aguantaría el ruido.

Juanjo había venido a por mí todos los días. Ya no era igual de incómodo que antes, pero la tensión todavía era palpable. Sobre todo después de saber que seguía teniendo sus episodios. Me preocupaba, pero no quería sacar el tema de esa manera tan violenta. 

Sabía que era algo delicado y nunca había funcionado el presionarle. Recordaba muy bien todas las veces que llegamos a discutir por eso. 

Hugo estaba bastante distante. No sabía qué le pasaba y me perturbaba un poco que ya se hubiese olvidado de mí. Seguía siendo mi novio y mi compañero de vida aunque estuviese lejos. Realmente me sentía muy solo, pero tampoco me daba tiempo a pensarlo demasiado.

Había recibido algunos mensajes de mis amigos. Me apoyaban desde allí arriba y eso era suficiente para seguir adelante. Lo que no les había contado era los gestos cuestionables de Juanjo. No quería preocuparlos con mis movidas amorosas.

Acababa de salir del ensayo. Era lunes, pero no me apetecía ir a casa. De repente se me ocurrió una magnífica idea.

Martin
¡¡Kiki!! Se me había olvidado decirte.
¡Estoy en Madrid!

Chiara
¿¿¡¡KHEEEE!!??
¿Y no me avisas? Qué fuerte.
Hoy mismo nos vemos

Martin
¿Quieres ir a comer?

Chiara
Obviously bby.
But, where?
Te puedo mandar ubicación de un sitio que me gusta too much.

Martin
Me parece genial.
En un rato nos vemos.

Un mensaje con una ubicación que desconocía no se hizo de rogar. El problema era como podía ir. Me parecía feo que Juanjo me llevase como hacía todos los días si hoy no iba a casa.

Y pensando del rey de Roma, por la puerta se asoma.

—¿Nos vamos? —dijo Juanjo dirigiéndose a su coche.

—Juanjo, hoy no hace falta que me lleves. He quedado con Kiki.

Me miró con una ceja alzada.

—¿Sabe que estás aquí? —asentí. —Bueno, pues te llevo donde hayáis quedado.

—No hace falta, no quiero molestarte.

—Tú nunca molestas, Martin.

Mis mejillas se sonrojaron y aparté la mirada de él para que no me viera.

—Está bien.

Nos montamos en el coche. Le indiqué la dirección que me había mandado Chiara y nos pusimos en marcha.

Íbamos en silencio, pero tampoco era incómodo. Me gustaban estos momentos de paz.

—¿Qué tal van los ensayos? —preguntó de repente.

Era gracioso que pensase que no me daba cuenta de que le veía observarnos desde la ventana del estudio. No pude evitar sonreír.

—Bastante bien. Patricia es muy maja, no pensaba que iba a hacer tanta amistad con ella.

—Sé que puede parecer muy dura al principio, pero es muy buena persona. Nunca me ha decepcionado. Igual que Javi, son mis dos mayores pilares en este momento.

God only knows... - Juantin ot2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora