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3ª Persona

La música ha sido una herramienta con la que un corazón ha manifestado sus sentimientos. Por mucho que avance la tecnología, nunca podrá crear un artilugio para desatascar las sensaciones que muchas veces se quedan atoradas para no salir.

A Juanjo le seguía dando mucho miedo sentir, pero cada día que pasaba iba arreglándose y curándose para dejar de tener ese pavor a las emociones. Lleva mucho camino recorrido, pero todavía había mucho dolor.

La culpabilidad le comía por haberle hablado así al niño de sus ojos. Por primera vez se había dado cuenta de la importancia de la frase "piensa antes de hablar" que tantas veces su madre le había dicho. Las palabras se las lleva el viento, pero los sentimientos que producen no.

—Por Dios Juanjo, no me jodas, ¿le has dicho eso? —Javi estaba muy enfadado con su amigo. En ese momento, si hubiera sido legal, lo hubiera matado a collejas.

El maño estaba muy agobiado. En ese momento sentía un odio hacia su persona que no era para nada sano. ¿Por qué tenía que ser tan impulsivo? ¿Cómo había podido soltar esas barbaridades por su boca? Nubes negras estaban apareciendo en el cielo de su mente.

—Va Juanjo, ahora no te puedes hundir. Ahora es cuando tienes que arreglarlo.

—Pero... Me debe odiar más de lo que lo hacía.

—Me tienes que estar vacilando —Javi rio. —Ese chaval sigue pillado hasta las trancas de ti y es que me parece hasta una broma que no te hayas dado cuenta.

Una lágrima tras otra caían por las mejillas de Juanjo.

—No me vas a llorar más —el manager cogió con sus manos la cabeza del cantante y le hizo mirarle a los ojos. —Ahora mismo vas a ir a comprar comida y vas a ir a su casa. Le vas a cocinar la cena de su vida y le vas a pedir perdón. ¿Queda claro?

El maño asintió y su amigo sonrió. Había evitado un final trágico. El brillo que le caracterizaba hacía vuelto a los ojos de Juanjo y eso era algo bueno.

—Venga, hay que conseguir una buena disculpa. Te acompaño.

Los dos chicos cogieron sus abrigos y se dirigieron hacia un supermercado para comprar todo lo necesario para una buena cena. En ese momento es cuando debía sacar sus dotes de chef aprendidas cuando estuvo en Master Chef.

Juanjo le pedía ayuda a lo más alto para que Chiara fuese una buena cómplice y no le chafara los planes. Le había escrito un mensaje a la mallorquina para que procurase que Martin no llegase al piso hasta que él le avisase, pero también le había encomendado la tarea de convencer al vasco de volver a su ahora hogar.

—¿Has hablado con la chica?

—Está arreglado. Kiki siempre ha sido un ser de luz. No sé cómo después de todas las cosas sigue pillada por los huesos de Rus.

Javi negó con la cabeza y rio.

—Podría decir lo mismo de Martin. No entiendo como sigue enamorado de un patán como tú.

—Gracias Javier, eres un muy buen amigo.

Mientras los amigos reían entre los pasillos del supermercado, el dúo Marki estaba preparándose para salir un rato. Por petición del propio Martin, quería salir a despejarse para no caer en un pozo sin fondo. Quería tomar el aire. Estar encerrado en cuatro paredes le estaba agobiando.

Se atrevería a decir que quería ahogar sus penas en el alcohol en ese momento.

Chiara sabía que le hacía falta a su amigo, y no, no eran unas cuantas copas de ginebra. Le hacía falta un poco de esa naturaleza que tanto le gustaba. Harían una paradita por lo más natural que podía haber en Madrid, pero tampoco mucho tiempo. Tenía que estar pendiente del móvil.

God only knows... - Juantin ot2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora