ocho

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—Lo intento, madre. En verdad lo intento y demasiado, es cansado cuando tú cuerpo es el que reacciona y tu mente se nubla— Ko'a miró a su madre, pidiendo que le creyera.

—No intentas lo suficiente— siseó su madre, mirando con ojos decepcionados a su primogénito.

Ko'a agachó la mirada, sus orejas caídas por la frustración que empezaba a sentir. Sus padres podrán no decirlo explícitamente, pero las miradas lo decían todo, y la verdad era que estaban decepcionados de él.

Su respiración se agitaba, así como su cuerpo se ponía cada vez más tenso con cada inhalación que hacía. No podía relajarse, no podía controlarse como debía.

Sus hermanos menores quisieron acercarse a él, pero les gruñó en respuesta para que se alejaran, no quería lastimarlos así que asustarlos era la mejor opción. No estaba del todo cuerdo como para controlarse, pero sus hermanos lo eran todo para él.

—Un Olo'eyktan no debe responder así, Ko'a. Y menos a sus hermanos menores— Tonowari lo regañó con una expresión seria —Aprende a controlarte—

—¡Eso intento! Hoy no pude y perdón ¿Sí?— le gruñó a su padre.

—Parece que no haces nada, Ko'a. Nunca haces lo que te pedimos— Ronal le señaló.

Ko'a quiso hablar, pero la voz grave de su padre lo interrumpió con palabras que se clavaron como cuchillo en su corazón.

—Eres una decepción como próximo Olo'eyktan—

El marui se quedó en silencio, Ko'a miraba a un punto fijo mientras esas palabras se repetían como tortura en su mente una y otra vez. Cuando Ronal quiso acercarse a su hijo este miró a Tonowari con ojos de depredador, se lanzó a él para empezar a atacarlo.

—¡Ko'a!— Ronal gritaba, alejando a sus hijos menores asustados de la escena. Pero Ko'a no reaccionaba, se había vuelto completamente sentimental.

Tonowari intentaba alejarlo de él, recibía algunos mordiscos profundos en sus brazos que lo hacían sangrar levemente. En una vuelta intentando calmar a Ko'a, la cola del menor empujó una antorcha encendida haciendo que se cayera y empezara a extenderse por la pasarela hasta un marui.

Al ver eso, Tonowari lanzó a su hijo al suelo aterrado, y corrió hasta el marui de aquella familia, donde el fuego se extendía demasiado rápido. Ko'a al ver el fuego y escuchar los gritos, reaccionó y salió de su trance. Buscó incorporarse pero su madre lo jaló agresivamente del brazo.

—¡¿Ves lo que causas?!— le gritó furiosa a su hijo mayor, después siguió a su compañero de vida para alertar a los demás y que ayudaran en apagar el incendio.

Ko'a respiraba asustado, ¿Eso lo había hecho él? ¿Habrá matado a alguien? ¿Habrá dañado a alguien? Sus padres tenían razón, debía controlarse más. Debía ser más fuerte y dejar de dejarse llevar. Aterrado miró el fuego, la destrucción que él mismo causó. Ahí fue donde tuvo una decisión:

Tenía que cerrar su corazón.

Y despertó, lo primero que hizo fue buscar aliento y mirar a su alrededor aterrado. Sus hermanos lo detuvieron al verlo tan alterado, su visión era aún algo borrosa pero mientras recuperaba la claridad notó a su hermana y hermano junto a él, mirándolo preocupado. Miró hacia su izquierda y notó a su madre recargandose en su padre, se notaba muy exhausta.

Estaba confundido, su último recuerdo fue en el agua y luego cuando sucedió la tragedia. Ahora estaba con su familia, desconcertado de todos sus sentidos.

Y sin darse cuenta, un llanto salió de su boca, uno temeroso que exigía consuelo. Sus hermanos no dudaron en abrazarlo e intentar relajarlo.

Pero un Omatikaya veía la escena desde afuera, incapaz de entrar al querer dejar ese espacio sólo para Ko'a y su familia.


Al día siguiente, Ko'a estaba en su marui con sus padres que no sabían cómo decirle lo que querían externar. Los hermanos menores habían ido con los Sully para notificarles la situación y también para escuchar lo que vivió Lo'ak estando ahí solo y sobrevivir.

—Hijo... Tu madre y yo hablamos sobre algo, y ese algo necesitas saberlo— Tonowari rompió el silencio incómodo, se agachó para estar a la altura de su primogénito.

—Debido a lo ocurrido, tendrás vigilancia todas las horas, incluso en las noches. No podemos permitir que te dejes llevar por el mar, ayer casi te perdemos—

Ko'a suspiró y miró a su padre, estaba harto de discusiones, y ese recuerdo seguía atormentandolo desde que despertó.

—Entiendo, padre—

Tonowari y Ronal estaban extrañados, pero agradecidos de que su hijo comprendiera la situación. Tal vez, su hijo finalmente estaba entendiendo que debía ser más responsable.

Finalmente lo intentó.

—Tarkxo se hará cargo de ti—

Y dicho eso, la pareja salió del marui dejando a su hijo sólo. En unos minutos, Tarkxo llegaría para cuidarlo.

Ko'a miró a su alrededor, después a su  muñequera que mostraba su posición como próximo Olo'eyktan, su abuela le habló de un destino, pero ahora mismo no podía ir a consultarlo, no tenía ni las fuerzas para nadar.

Tarkxo llegó al marui, sorprendido al ver a su amigo tan apagado y deprimido. Se acercó a él para darle una caricia en el hombro.

—Ko'a, soy yo, Tarkxo—

—Ya sé quién eres, serás mi niñero todas las horas del día— la seriedad en el rostro de Ko'a era extraña, no había enojo, su expresión era neutra, sin emoción alguna.

Ni siquiera sonreía al verlo, o una mirada suave como siempre. No se sentía como Ko'a, Tarkxo asumió que se debía a la experiencia difícil que tuvo, así que lo dejó pasar un poco.

Ahora pasaría todo el rato con él, pues el Olo'eyktan indicó que sus actividades serían de ahora en adelante totalmente enfocadas en su entrenamiento para el iknimaya, pues pronto los tulkun regresarían y debía estar preparado para lo que sigue del ritual. Meditaciones y ensayos del baile de bienvenida a su etapa adulta.

Sabía que Ko'a la tendría difícil, porque al parecer era el único en notar la conexión que tenía con el chico Omatikaya. Pensaba que Ko'a se pondría triste sobre eso, pero en Ko'a no había no una sola expresión, todo era plano.


















Ya sé que actualicé muy rápido, pero ya tenía las ansias de que supieran lo que pasó en esa tragedia. Así como finalmente el cambio de nuestro querido Ko'a, un cambio para nada positivo ni favorable para él.

En el siguiente capítulo habrá un salto en el tiempo de unas pocas semanas.

S O L D I E R | Neteyam x masc!ocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora