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♫Fate and destiny 00:40


Hoy era el gran día, el día donde su clan lo vería como adulto y como parte del pueblo. Ya era un metkayina, pero ahora, hacía falta su ceremonia de mayoría de edad.

El pueblo estaba muy activo desde muy temprano, los na'vi artesanos habían preparado decoraciones para el ritual, así como el vestuario que usaría Ko'a. Los pescadores buscaban atrapar peces grandes, pues la celebración sería larga y la alimentación era primordial. Los guerreros ayudaban a la decoración de la aldea y algunos arreglos. Y los niños simplemente jugaban, uno que otro haciendo un detalle para su próximo Olo'eyktan.

Pero a pesar de todo eso, Ko'a se encontraba demasiado nervioso. Después de esta ceremonia, muchas libertades se le serían arrebatadas; tendría que tomar un papel más rígido y menos libre, tenía que asegurarle a su pueblo que sería un líder digno para ellos. Pero ese pensamiento siempre le dejaba un mal sabor de boca, algo no le cuadraba. Asumía que se debía a la exigencia que le llegaría a sus hombros, mucho más estricta que la anterior.

Él era un asombroso guerrero, muy joven para llevar ese título, pensó que eso era suficiente para satisfacer a su pueblo pero no era así. Su mente ingenua ignoró todo lo que conlleva ser el próximo Olo'eyktan, demostrar madurez y resiliencia, ser capaz de controlarte para guiar al pueblo. Carecía mucho de autocontrol, y eso no sólo decepcionaba a sus padres, también a su pueblo.

Pero estaba dispuesto a cambiar, amaba a su pueblo más que a sí mismo. El clan Metkayina es su hogar, y haría hasta lo imposible por protegerlos, mantenerlos fuera del peligro y poder guiarlos correctamente. Buscaría ser mejor Olo'eyktan que su progenitor.

El ritual se llevaría a cabo empezando el eclipse, por lo que aún le daba tiempo para sí mismo y prepararse como es debido. Con paz mental y física. Salió de su marui, sin peinarse y con un atuendo simple, se dirigió hasta donde solía reunirse con Neteyam.

Se sentó cruzando sus piernas y cerró sus ojos, conectando directamente con su alrededor. Sentía a la naturaleza a su alrededor como parte de él mismo, una extensión de sí.

—Pensé que nunca regresarías— Neteyam apareció, sonriendo en grande al ver a su amigo bonito de vuelta en ese lugar que se volvió de ambos.

—Teyam— Ko'a le sonrió, saliendo de su trance. Lo invitó a sentarse a un lado de él.

Pero a través de esa sonrisa, Neteyam distinguió los nervios que estaban en el metkayina.

—Puedes decirme cómo te sientes, sabes que no seré estricto— le recordó con amabilidad, sentándose a su altura y mirándolo.

Ko'a suspiró y miró al suelo, dudando si hacerlo o no. Pero Neteyam ya había experimentado esa carga, así que un consejo del experto no vendría mal.

—Cuando terminaste tu ritual de mayoría de edad y tú puesto de Olo'eyktan estaba asegurado... ¿Cómo te sentías?— se animó a preguntar, dejando pensativo a Neteyam por unos segundos.

—Muy nervioso, pero estaba tranquilo. Toda mi vida me preparé para ese momento, y ser capaz de llegar así de lejos me llenó de orgullo— comenzó a explicar —Pero temía no ser suficiente para mí pueblo, supongo que es normal esa inseguridad al tener como modelo a seguir a un Olo'eyktan fuerte y amado ...—

Ko'a lo escuchaba con atención, notando una simple diferencia.

Neteyam siempre se sintió preparado para ese momento, pero él no se sentía así.

—Yo me sentía listo para tomar ese cargo en cualquier momento, pero a veces Eywa tiene otros planes para nosotros— mencionó, haciendo referencia sobre cómo tuvo que dejar a su pueblo atrás para sobrevivir, y por el bien del pueblo.

S O L D I E R | Neteyam x masc!ocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora