🌷: Capitulo 11.

481 43 23
                                    

Hades.

—Entonces, ¿le dijiste que te gustaba?

—Así es.

—Y ella no te respondió.

Mire mal al doctor Bayrom.

—Si.

—Vaya.

Rodé los ojos, después de mis... Momentos con Gabriela en el sofá hace dos semanas las cosas habían sido extrañamente tranquilas.

El doctor Bayrom redujo nuestras sesiones a una cada dos semanas ya que según él, había mostrado una mejoría que le satisfacía bastante.

En parte eso me alegra, porque a diferencia de mucho tiempo atrás, mi mente era mi mayor enemiga rememorando los sucesos más traumáticos de mi vida llevándome a cometer acciones impulsivas y las pesadillas.

Pero hace tanto que eso no pasa.

Por fin pude despertarme en la mañana luego años y mi primer pensamiento no fue algo malo, no fue la la muerte de Amara no fue... Ella simplemente.

Ya no pienso en ella, no se si eso me convierte en alguien egoísta, pero seguí con mi vida y me daba cuenta de eso en el momento en que puse mis ojos en otra mujer.

Esa era Gabriela.

—Me has contado que ella está pasando por un momento donde su autoestima es algo deficiente al igual que su amor propio—asentí—. ¿Puedo preguntarte algo sin que te ofendas?

—Claro.

—¿Que tan seguro estás de lo que sientes que se está formando de ti hacia ella?

No puedo decir que me sorprende la pregunta porque lo cierto es que no. Supuse que en algún momento de nuestras terapias llevaríamos a este tema.

—Lo pregunto porque eres un paciente que también está viviendo su proceso, no me gustaría que lo que creyeras sentir afecte tu evolución.

Asentí comprendiendo su punto. La cosa es que ya esto lo había pensando con mucha anticipación.

—La conocí hace muchos años—comencé—realmente fue en la fiesta de cumpleaños de Amara.

Reí ante la ironía, miré hacia el suelo y luego hacia el de nuevo.

—Cruzamos muy pocas palabras y luego de esa noche no la vi hasta que mi hermano y su esposa se establecieran aquí en Filadelfia, cuando vine a visitarlos una vez la vi esa había sido la segunda vez que me la encontré—recordé— si no me equivoco fue a los cuatro años después de esa fiesta.

—Bastante tiempo.

—Si—asentí—. Nunca pensé en ella porque solo la había visto una vez, ni la conocía, no era mi familia.

—No tenías comunicación con nadie más que no fuera tu familia.

—Así es—me relamí los labios—. Luego vino la boda de Helios, que fue hace casi cuatro años ya, donde me tocó ir del brazo con ella.

ENVUELTOS EN LA TORMENTA [+18] | SAGA DIOSES #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora