Gaby.
Hades se fue hace horas y yo me quedé prácticamente en mi lugar por segundos interminables sin saber que rayos había ocurrido.
Mi corazón estaba acelerado y amenazaba con salirse de mi pecho una vez que se alejó de mi cuerpo, ¿qué fue todo eso? ¿Qué fue toda esa sensación de calor que se instaló por todo mi pecho cuando se acercó a mi?
Eso no podía ser, no podía ser verdad, yo no podía sentirme... Así y mucho menos por el.
¿Por qué?
Ja, ¿enserio? ¿Porque? Fácil, el fue novio de alguien importante para Ariadna, alguien a quien querían como familia, yo no pinto nada ahí. Amo a Ari y no me puedo ver traicionando su confianza de esa forma.
Hades es terreno prohibido para mi.
Respiro hondo y sacudo la cabeza, debo borrar el rumbo que están tomando mis pensamientos, lo único difícil, era quitar de mi cuerpo la sensibilidad que su tacto dejó en mi.
El beso en mi frente aún lo sentía ahí, en el mismo lugar, sus ojos grises eran una nube tormentosa que me ponía completamente nerviosa y él lo noto en ese momento y por dios, aún más luego de que me confirmara que me vio bailar.
Me sentía expuesta pero a la vez... Cómoda, es un poco difícil de explicar, pero no sabía si se debía a la confianza que habíamos creado todo este tiempo o si se debía algo más, lo que sea que fuera, no me hizo sentir incómoda que él me viera.
Muy bien, esto no me está funcionando y lo noto porque aunque se fue hace como seis horas, me encuentro preparando inconscientemente las hamburguesas que comemos cada viernes.
—Es que no lo entiendo ¿sabes? ¿Por simplemente llego y se fue así? ¿Acaso hice algo mal? ¿Dije algo que no debía?
Horus ladró en respuesta a mi lado y le di un pedazo de carne que atrapó, yo asentí dándole la razón.
—Claro, que puedo esperar, es hombre.—me encogí de hombros y coloque papas fritas en el plato de Hades.
Horus sacó la lengua.
—Tu me entiendes, a pesar de ser macho, sabes escuchar—lo miré y ladro. Sonreí y le acaricie la cabeza.
Me lave las manos y destape una botella de vino.
—Ojalá pudieras tomar conmigo, hermoso—le dije al perro y él se acostó sobre el suelo en respuesta.
Me serví una copa y me la bebí completa.
Luego en la serví de nuevo.
—Que dices Horus, ¿cenamos viendo videos de Dross?—le pregunté y ladró.
—No creo que él entienda tanto los videos de Dross como yo.
Asustada me di la vuelta y vi a Hades viéndome desde el salón.
Llevaba la misma ropa de hace horas, lo único diferente era la pequeña sonrisa que había en sus labios.
Arrugué las cejas un poco.
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ENVUELTOS EN LA TORMENTA [+18] | SAGA DIOSES #3
Roman d'amourSAGA DIOSES #3 «Me ahogo, necesito ayuda, necesito... No sé qué necesito, no sé vivir, no sé apreciar la vida, no sé... No sé cómo seguir» Obra protegida©️.