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Sergio salió de aquel lugar con su amigo detrás de él, en ocasiones se sentía mal de siempre arrastrar a Lewis en sus problemas aún así, él siempre estaba ahí, apoyándole cuando más lo necesitaba.
Y lo agradecía enormemente, le tenía un aprecio gigante. Hamilton le platicaba sobre su relación con Mick, un chico de segundo año, se lo había topado un par de veces, era amable y agradable.
Bromeó con tener que conocerlo para ver si lo "aprobaba", tal como hizo con Charles Leclerc.
— Entonces, ya sabes. Si algo sale mal tu me dices y yo me encargo — le dijo el moreno al momento de separarse.
— Si, está bien. — El tapatío sonrió y vió como si amigo se daba la vuelta por otro pasillo, ahora faltaba ver donde encontraba a Verstappen.
Caminó por unos minutos en busca de aquella conocida cabellera rubia, pero no la veía por ningún lugar, suspiró con una rara sensación subiendo por todo su pecho.
Escuchó un par de murmullos y notó un par de miradas extrañas, las ignoró por su propio bien. No se sentía muy bien con todo lo que había pasado ya que tampoco tenía muy buenas calificaciones en las últimas semanas.
Necesitaba ponerse a estudiar y dejar de pensar en esos ojos azules que tanto le gustaban pero como tanto se repitió nunca lo aceptaría en voz alta.
Al doblar en el último pasillo fue cuando sus ojos alcanzaron a apreciar aquella cabellera y esa altura que resalta entre todos los demás, desde el primero segundo notó como la mandíbula del rubio estaba tensada, su expresión dejaba en claro su molestia y por alguna razón su boca se secó dio un par de pasos y se detuvo brusco cuando se percató de una segunda presencia.
No tan querida, chasqueó la lengua cuando vio esos rizos del británico, algo estaba muy mal y no quería averiguarlo, pero tenía que hacerlo, con paso decidido se acercó presintiendo una vibra extraña.
— Max, aquí estas.. llevo-
En un simple segundo, se topó con esos ojos azules que ahora ardían en una furia temible, éste lo miró como si buscase alguna prueba de algún delito que desconocía, Lando evitó elevar las comisuras en una sonrisa de orgullo, sería demasiado sospechoso.
— ¿y tu, que? Te la pasaste bien con el imbecil de Hamilton? — preguntó bruscamente, ignorando la presencia del ojiverde.
— ¿Qué? ¿De que hablas? — Checo se vio bastante confundido.
Verstappen volvió a tensar con más fuerza la mandíbula y los puños tratando de aguantar las ganas de ir a golpear a Lewis.
— Vete Norris, por favor — pidió después de unos segundos en silencio, el británico quiso replicar pero el rubio lo detuvo — Dije que te vallas.
