El bar de Jungkook no estaba muy lleno durante el día. La camarera era de unos treinta años, tenía el pelo corto y negro, unos ojos verdes asombrosos y cuatro piercings faciales, en la nariz, en los labios y en las cejas. Ella miró con curiosidad a Jimin cuando Jungkook los presentó.
—Échale un ojo, Tina. Él es el sobrino humano de Namjoon y es consciente de lo que somos.
Tina frunció la nariz y arqueó una ceja a Jungkook. —Lo has marcado. Pensé que te estabas viendo-
—Eso es todo— Jungkook la cortó. —Voy a mi oficina unos minutos y vuelvo—Jungkook miró a Jimin. —Tu culo no se levanta de ese asiento. No quiero que se repita lo de la otra noche. Si quieres bailar, espera a que vuelva y bailare contigo. Tengo que encargarme de algunas cosas mientras estamos en la ciudad.
Se alejó y dejó a Jimin con la camarera que seguía observándolo. La mujer se acercó más a Jimin.
—Él no lo hace con humanos. Debes ser muy bueno en la cama para que te marcara. —Jimin ignoró el comentario.
—¿Puedes servirme un ron con Coca-Cola?
La mujer se alejó y un minuto más tarde, colocó la copa frente a Jimin.
—No puedes tenerlo—Tina le dio una fría mirada. —No lo conservaras por mucho tiempo. Él se cansará de ti humano, porque eres frágil. A él le gusta duro. Le gusta cambiar parcialmente porque no tiene que controlarse— Tina le sonrió. —Él te rompería los huesos o te desgarraría por dentro si no se controla.
Jimin tomó un sorbo de su bebida y se estudió a la barman, trato de ocultar su ira y el daño que le habían hecho esas palabras.
—Estoy pensando que tus ojos no son verdes de nacimiento. Sé que es la época de apareamiento. ¿Tenías la esperanza de que te follara? Apuesto a que te jode que él este en mi cama en vez de en la tuya.
Tina soltó un gruñido y le mostró los dientes afilados. Jimin se echó hacia atrás.
—Tranquila Tina. Soy el sobrino de Namjoon. A él realmente le molestaría mucho que me pusieras una pata encima. Él es muy protector conmigo y los dos sabemos que tú eres mucho más fuerte que yo, por lo que no sería una pelea justa.
Gruñendo, la mujer se dio la vuelta y se marchó al otro extremo de la barra. Jimin sabía que se había portado con la mujer como una perra, pero ya le molestaba mucho saber que él no era lo que Jungkook quería, como para que se lo restregara en la cara la puta esa. Jimin se sentó, se dio la vuelta y echó un vistazo alrededor de la barra. Vio a unos quince hombres en el bar, pero aparte de Tina, no había otras mujeres. Uno de los hombres se puso de pie, agarro su cerveza y comenzó a caminar hacia él. Cuando estaba a unos cinco metros de distancia le vio inhalar, oliéndolo. Se detuvo. Olió de nuevo y luego frunció el ceño. Su mirada confundida se cruzó con la de Jimin.
—Estás oliendo bien, Joey—dijo Tina. —Él lo marcó y sabe lo que somos. —La mirada aturdida de Joey saltó a Tina.
—Pero... él es ¿qué diablos?
Jimin suspiró y se volvió hacia la barra para tomar un sorbo de su bebida. El hombre estaba sorprendido porque Jungkook le había marcado. Esto era sólo un recordatorio más de porque Jungkook nunca lo aceptaría como pareja. Tina soltó un bufido.
—Quién sabe, pero lo hizo.
A Jimin le sorprendió que la manada no se hubiera enterado de que Jungkook se había visto obligado a marcarlo, quizás el tío Nam había hecho callar a ese rumor, ya que, si alguien podía hacerlo, era él. Conociendo a su tío, seguramente no quería que la gente hablara de él y en este momento, estaba realmente agradecido. Sabía que, si Tina supiera porque Jungkook lo había hecho, le habría dicho cosas más hirientes.

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Mate Set (ADAP) KOOKMIN
Kurt AdamEs la temporada de apareamiento para el hombre lobo. Todos los machos están en celo y la lujuria sexual de los animales es casi incontrolable. Jimin es un humano que de repente se encuentra en un callejón, rodeado por cuatro hombres-lobo que están e...