NUEVE

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A Jimin no le gustaba Eric Voigt. Él lo observaba en silencio mientras Jimin estaba sentado en el sofá, viendo la televisión. Él lo miraba como si fuera un insecto bajo el microscopio. El hombre era el típico surfista rubio y piel bronceada. Era muy guapo, pero le incomodaba. El hombre media un metro ochenta y había llegado minutos después de que Jungkook se hubiera ido de su casa. Jungkook le había llamado para que fuera su niñera.

Giró la cabeza y le miró a los ojos azul claro. —¿Tienes que mirarme? Puedo sentirlo. ¿Quieres el mando a distancia? Estoy seguro de que veras algo más interesante en la televisión.

Él no apartó la mirada de Jimin —Sólo estoy pensando. No era mi intención molestarte.

—No estoy molesto, pero me incomoda que me estés mirando.

—Te pido disculpas. Estoy muy intrigado contigo. Yo no sabía que Namjoon tenía uno sobrino. Por lo que he oído, Namjoon amenazó de muerte a cualquier hombre que te tocara y ahora estoy sentado aquí preguntándome si tu tío matara a Jungkook.

Jimin apartó la vista y miró a la televisión —Tío Nam es consciente de que Jungkook y yo dormimos juntos y no quiero hablar de eso.

Él inclinó la cabeza, sin dejar de mirarle fijamente —Jungkook no se lía con humanos. Él los evita a menos que sean el polvo de una noche. Obviamente eres más que eso. Él te ha marcado.

—Pregúntale tus dudas a Jungkook. —Se levanto. —Estaré en mi habitación durmiendo la siesta. Estás en tu casa. Hay aperitivos en la cocina si te da hambre. Jungkook dijo que no estaría fuera mucho tiempo.

Entró en su habitación y cerró la puerta. El tipo era demasiado entrometido y no quería escuchar otra vez que él no era el tipo de Jungkook. Se recostó en su cama y miró el techo. ¿Cómo se había enamorado tan rápido de este hombre?, pero claro, Jungkook no era como cualquier otro hombre que hubiera conocido antes. Ni siquiera era realmente un hombre. Giró la cabeza y miró el teléfono, quería llamar a Minnie y tener una charla, pero no lo hizo. Minnie se preocuparía por él y no quería eso. Escucho la puerta principal cerrarse de golpe y se sentó. Los hombres se pusieron a hablar, pero no pudo distinguir las palabras. A los diez minutos escucho el portazo de la puerta principal, la puerta de su habitación se abrió y Jungkook se detuvo en el umbral, mirándole. Se veía bien con los vaqueros desgastados y la camiseta azul.

—¿Cómo te sientes?

—Estoy bien. ¿Cómo te sientes? ¿Te ayudo tomar el aire? —Él vaciló y luego asintió.

—Sólo tenía que pensar.

A Jimin no le gusto el tono tenso de su voz, pero no dijo nada.

—No volveré a confiar en mí mismo cuando esté contigo.

—No vas a hacerme daño, Jungkook. Confío en ti, incluso aunque no confíes en ti mismo. —Él tomó una respiración profunda.

—Se me ocurrió una solución.

Tuvo un mal presentimiento. —¿Por qué tengo la sensación de que no voy a estar de acuerdo con lo que vas a decirme? ¿Te vas? ¿Me estás dejando?

—No puedo hacer eso. Yo te deseo y me volvería loco si no pudiera tenerte durante el periodo de apareamiento.

Jimin sabía que era patético por sentirse aliviado, pero no estaba listo para decir adiós a Jungkook. Sabía que su tiempo con él era limitado, pero no estaba preparado para perderlo tan pronto. Se abrazó a su pecho y lo miró en silencio, esperando a que hablara.

—No estamos acoplados — Jimin parpadeó. —Eric es un miembro especial de nuestra manada. Su padre es un hombre lobo, pero su madre es humana. Él no puede cambiar completamente y no sufre el calor de acoplamiento, pero tiene mucha fuerza. Es único.

Mate Set (ADAP) KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora