ONCE

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—Tenemos que hablar.

Jimin ignoró a Jungkook y echó un vistazo a su reloj —Tuvimos sexo hace una hora. No tenemos nada de lo que hablar hasta dentro de una hora más.
Pasó alrededor de su cuerpo grande y se dirigió a la cocina. Durante dos días se había negado a hablar con él, excepto en las cosas inevitables. Había dejado de luchar para mantenerse frío en el dormitorio. Jungkook era más fuerte y más grande. Fácilmente lo inmovilizaba y lo tocaba para excitarlo. Le gustaba enterrar la cara entre sus muslos, pero él no quería hablar con Jungkook y justo después del sexo, se duchaba y se negaba a que él permaneciera en la habitación.

—Maldita sea, Jimin. No podemos seguir así.

Jimin se encogió de hombros y abrió la nevera. —Ya te he dicho que no quiero hablar contigo.

—Estás siendo infantil, maldita sea.
Apretó los dientes y luego sacó un envase de pollo preparado y una ensalada César de la nevera. Ignoró su insultante observación, porque no quería pelear con él.
Se acercó a la mesa y se sentó con su almuerzo. Se levantó, se dirigió de nuevo a la nevera y cogió una lata de refresco, un tenedor y luego se sentó y comenzó a comer.

—Jimin, maldita sea, no podemos vivir de esta manera.

Se tragó su bocado—¿Estás en el calor del apareamiento de nuevo?

—Todavía no.

—Entonces esto es lo que es, ya me dejaste bastante claro que estamos atrapados juntos.

Se sentó a la mesa frente a él y lo miró.—¿Alguna vez me vas a perdonar por haberte sugerido que Eric estuviera con nosotros en el dormitorio?

Tomó un sorbo de su refresco. —Dijiste de hacer un trío. Hay un mundo de diferencia entre un trío y el voyerismo. Ibas a dejar que ese idiota me jodiera. No, no te voy a perdonar.

—Yo nunca pensé que fueras un mojigato.

Jimin lo miró entonces.—Nunca pensé que fueras un completo idiota con la inteligencia de un nabo o que fueras demasiado denso para entender porque estoy tan malditamente molesto y enojado contigo.

—Entonces explicámelo más despacio ya que soy tan malditamente estúpido —gruñó.

—Pensé que ya lo habías entendido.

—No lo entiendo.

—¿Hay alguna persona en tu vida que te importe lo suficiente como para sentirte protector con esa persona? ¿Tal vez una hermana o una madre?

Él parpadeó Sí. Una de las familias que me cuido de pequeño tiene cuatro hijas. Son como hermanas para mí.

Jimin asintió con la cabeza.—Bien. Ahora imagina que a una de ellas un desgraciado le dice que quiere que su amigo la joda también. Piensa largo y tendido sobre ello. ¿Te sentirías feliz? ¿Es eso lo que quieres para tu hermana?

Jimin vio como sus ojos se oscurecían.—Eso es totalmente diferente.

—¿En serio? ¿Por qué?

—Mataría a cualquier idiota que la tocara y no se acoplara a ella. Un compañero nunca dejaría que otro macho toque a su mujer.—Él le frunció el ceño.—Nosotros no estamos acoplados.

Jimin suspiró. —Nunca lo entenderás por mucho que trate de explicártelo.
Jimin siguió comiendo, sentía que él lo estaba observando, pero no levantó la vista. Cuando terminó de comer tiró los envases vacíos a la basura y se giró para salir de la cocina.

—Echo de menos verte sonreír y escucharte reír —dijo en voz baja. —Echo de menos como era entre nosotros antes.

Jimin se detuvo en el arco de la sala de estar. Jungkook sabía cómo llegar a él. Jimin respiró hondo y se volvió para mirarlo a los ojos.

Mate Set (ADAP) KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora