Vivir

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POV Carl

En las siguientes horas, el grupo se limitó a cabar tumbas para los muertos, reconstruir los muros y reunir a los habitantes para saber quienes quedábamos.

Un niño llamado Henry aun no aparecía.

Enid, aunque seguía afectada por la muerte de Mai, ayudó en la búsqueda y nos informó, que en medio del ataque, Henry ingresó en la celda de los prisioneros y desapareció.

—Debemos encontrar a ese niño— dijo mi novio caminando a mi lado. Entendía a la perfección su preocupación, Henry le recordaba a su hermano.

Tomamos asiento en el porche de la gran casa—Tal vez siguió a los fugitivos en busca del asesino de su hermano.

—Es lo más probable. Está enojado.

—Tiene su derecho de estarlo.

—¿Qué pasaría si está muerto?

—Mejor no pensemos en eso. No soportaría ver que Carol pierde a otro niño que ella quiere.

Tara se acercó a nosotros y nos sonrió.

—¿Cómo está tu herida?— preguntó a Ron.

—Sanando— respondí— ¿La tuya? Escuché que te hirieron en el ataque.

—Estoy bien. Dwight me hirió con una flecha pero al parecer estaba limpia, no tengo fiebre y no me he muerto aún.

—Tienes suerte— dije.

—No creo tanto en la suerte. Quizás Dwight sabía que no estaba infectada— se alzó de hombros— Me alegra no haberlo asesinado...

—Tal vez si lo hacías, hubieras muerto— intervino Ron.

—Tal vez...— suspiró— Debería seguir ayudando. Rick salió para encontrar comida, Maggie, Rosita y Daryl están buscando alguna alternativa de como proseguir, Morgan y Carol buscan a Henry.

—¿Qué podemos hacer nosotros?— pregunté.

—Descansen. Sufrieron mucho estos días, además, Ron sigue herido y debe reposar cada cierto tiempo.

Mi novio rodó los ojos— Ya me lo ha dicho Siddiq, no necesito mas sermones.— Se levantó e ingresó en la casa.

—Está un poco sensible— dije— Lo dejaré descansar solo unas horas.

—Es comprensible.

La noche cayó en Hilltop y las puertas se abrieron dejando ver como Carol volvía junto al niño.

—Carol es imparable— murmuré— Puede hacer todo lo que se proponga.

—Es una increíble mujer— estuvo de acuerdo Tara— Ve a avisarle a Ron, estará feliz.

—Lo intentaré, pero si me grita, volveré contigo. Eres buena compañía.

Soltó una risa.

***

POV Ron

Pasé mucho tiempo dando vueltas por la habitación, con la intención de no pensar demasiado en todo lo que había sucedido. Las imágenes de la muerte de Mai seguían asaltando mi mente una y otra vez.

—¡Basta!— exclamé, tratando de borrarlas de mi cabeza.

No quería revivir ese momento. Necesitaba encontrar una forma de seguir adelante, dejar atrás el dolor y aprender a vivir con su ausencia.

Me dejé caer en la cama, agotado por la lucha interna que mantenía con mis propios recuerdos. Cerré los ojos con fuerza, buscando desesperadamente encontrar algún resquicio de paz en mi mente atormentada.

Afuera, el sol comenzaba a ocultarse, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados que contrastaban con mi estado de ánimo sombrío. Me sentí atrapado en un bucle de dolor y desesperación, incapaz de encontrar una salida. Mi pecho se contrajo por la angustia e intenté dejar salir las lágrimas que pesaban en mis ojos.

¿Por qué todo tuvo que terminar de esta forma?

Un suave golpeteo en la puerta me hizo volver a la realidad; tal vez era Siddiq molestando para revisar mi herida. No contesté, quería estar solo.

Sin embargo, los golpes no cesaron y una voz me hizo reconocer a la persona detrás.

—Vamos, Ron, ábreme— era Carl— Solo quiero asegurarme de que estás bien.

—Lo estoy— respondí sin acercarme a la puerta— ¿Contento?

—Quiero verte.

—Por mucho que te ame, no quiero verte.

—Estuviste solo por mucho tiempo— tomó el pestillo pero no logró abrir— Carol regresó...— mi corazón se detuvo por un momento—...trajo consigo a Henry.

Suspiré aliviado. Podía no conocer a fondo al niño, pero me recordaba tanto a Sam que dolía. El mismo cabello rubio, la misma estatura, ojos soñadores carcaterísticos de un niño y una increíble capacidad para meterse en líos.

Caminé hacia la puerta y la abrí. Mi novio me observó por unos segundos antes de inclinarse y envolverme en u abrazo. Me escondí en sus brazos y me aferré a su cuerpo. No quería llorar más, pero su acción me complicada no hacerlo.

Me separé lentamente y nuestros ojos conectaron— Gracias...— murmuré.

—¿Por qué me agradeces?

—Por todo— sonreí— Por cuidarme y saber que hacer.

—¿Me matarías si te dijera que nunca se que hacer cuando estás mal? Solo pienso en lo que podría ayudarte y lo hago— acarició mi cabello— Me aterra hacer algo mal y lastimarte.

—Nunca me lastimarías.

—Ya lo hice una vez y no me perdono— unas lágrimas se arremolinaron en sus ojos— No quiero verte nunca más en ese estado. Me mataría verte herido, llorar o desmoronarte.

—Así es la vida ahora, Carl.

—Lo sé— murmuró con la voz quebradiza— Quiero que vivamos, no que solo sobrevivamos.

—Vivir...— susurré esas palabras con esperanza— Es lo que más quiero hacer.

—¿Conmigo?

Contigo.

Sobrevivir no es lo mismo que vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora