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"cómeme, cómeme con amor y pasión, corta y abre mi estómago con emoción, quiero que mis entrañas devores y tus manos con mi sangre decores, que mi piel desgarres y mis ojos arranques.
Despedazame, aplastame, saboreame, disfrutame, ¿Qué te pasa?, ¿Estás sediento? bebete mi sangre y sacia tu sed y si no se te antoja mi carne entonces guárdame para después.
Quiero que anheles saborear cada trozo de mi, como yo anhelo por toda la eternidad ser parte de ti"
»»————- ★ ————-«« [ TEMA SENSIBLE TRATADO (poco) ]
Después de lo de ayer, Lucifer no tuvo mucho que hacer más que quedar procesando lo que había ocurrido y dormir, o al menos tratar de hacerlo.
Abrió los ojos por el calor que comenzó a inundar su cuerpo que estaba tapado, estaba sudando, después de todo, su pijama de patitos era un pantalón y manga larga, que ni siquiera el aire acondicionado servía, abrió lentamente sus ojos y abostezó, empujando la sábana para destaparse y estirarse, los rayos de luz comenzó a traspasar la cortina y esos rayos llegaron a la vista de Luci, que solo se limitó a mantener sus ojos entrecerrados, sin muchas ganas se levantó y fue al baño, lavó su cara y al alzar el rostro ...
—¡Papá!, ¿Pasa algo?—
Preguntaba una Charlie asustada fuera del baño, debido al grito que escuchó, dentro había un Lucifer horrorizado al ver aquéllos chupetones y mordidas, y es que había olvidado por completo lo que pasó con Alastor
—No te preocupes cariño, no es nada—
Habló desde dentro del baño, quería meterse bajo la sábana y no salir nunca, pero tenía que fingir demencia, aunque Charlie notaba raro al más bajo desde ayer, decidió no indagar más y salió de la habitación, Lucifer salió del baño y se cambió de ropa, poniéndose una camisa con cuello largo, ¡Con este calor de mierda no iba nada bien! Pero era lo único que le quedaba.
Como si fuese un infiltrado de una película de acción, se pasó por los pasillos tratando de estar oculto, hasta llegar al otro lado del hotel que es dónde estaba el cuarto de aquél demonio de mierda que le hizo esos chupetones, necesitaba una increíble respuestas, tocó la puerta y no había respuesta, un toque, dos toques, tres toques, y un
—¡Abre mierda!—
El cual tampoco fue respondido, estaba harto de la vida y abrió la puerta, pero no encontró a nadie
