Extra: Poemas.

671 79 31
                                    

Ya había pasado una semana aproximadamente desde que aquél suceso desafortunado ocurrió, Lucifer había comenzado a ir a un tipo de psicólogo, y aunque aún no veía mejoría, tampoco quería terminar en la mierda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ya había pasado una semana aproximadamente desde que aquél suceso desafortunado ocurrió, Lucifer había comenzado a ir a un tipo de psicólogo, y aunque aún no veía mejoría, tampoco quería terminar en la mierda.

Papeles volaban por el aire ante la fuerte brisa, la noche haciéndose presente una vez más, Lucifer fruncía el ceño, ya era de madrugada y aún no se había podido dar el lujo de poder dormir como alguien normal, y es que tampoco era que él quisiera dormir, tenía sus pastillas las cuáles muy bien podía tomar, pero le gustaba pensar en Alastor en las noches, pensar que aunque sus primeras pláticas no fueron las más favorables, ahora mismo se había vuelto en algo más que una relación cualquiera, un amor puro y sincero que no había sentido hace años.

Entre todos sus pensamientos, de vez en cuando se preguntaba, ¿Lo amaba por ser él o por la falta de amor que se hacía presente en su vida? Le causaba un fuerte disgusto cuestionarse eso, su psicólogo se lo había preguntado un par de veces y aunque siempre respondía con un "Lo amo por ser él", llegaba a sentir cierta duda.

Aunque muy bien sabía que Alastor llegó justo a tiempo a él cuando él más necesitaba amor, si hubiese sido el mismo caso pero con otra persona, ¿Hubiese transcurrido de igual forma? Él sentía fielmente que no, lo habrían tratado de enamorar de tantas formas que probablemente a él no le gustarían.

Entre sus pensamientos de melancolía, finalmente pudo aclarar de mejor forma sus sentimientos, lo amaba por ser Alastor, por ser él quien llegó a su vida, por ser él quién torpemente comenzó a tratar de conseguir su corazón.

Le gustó por los detalles, pero lo que en realidad le encantó más, fue ver como lo intentaba, ver lo nervioso que se ponía, ver los libros de amor en la mesita de noche, suponiendo que se tomaba el tiempo de leerlos y saber que hacer, después de todo, él, siendo un fanático del amor, varias cosas dichas por aquél lindo demonio alguna vez la vió en algún que otro libro, película, aunque a su forma.

Cuando menos se lo esperó, su mirada de melancolía había cambiado a una de cierta felicidad, un toque triste en sus ojos pero manteniendo una sonrisa, su psicólogo siempre le decía esto:

«No te arrepientas por las cosas que no lograste hacer. Agradece por los momentos que lograron pasar juntos, no pienses en el "que pudieron ser" y piensa en el "que fuimos", si te la pasas deseando el futuro, perderás los mínimos detalles del pasado»

Y, aunque, tal vez era algo lógico, por más lógico que sea y que alguien lo sepa, siempre se necesita que alguien más les diga o fomente ese consejo para darse cuenta de la verdad.

Un poco complejo el ser humano, ¿No? Pero era divertido de cierta forma, o eso trataba de ver Lucifer.

Suspiró y se levantó entre acojeos, aún no terminaba de recuperarse después de lo del pre-aborto, comenzó a caminar por el pasillo, su alrededor era oscuro pero gracias a la luz de la luna podía visualizar el camino que llevaba, finalmente llegó al otro lado del hotel, suspiró y puso su mano sobre la manija.

𝘲𝘶𝘰𝘪 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘦 𝘴𝘰𝘪𝘵.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora