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"En la penumbra de un amor sombrío, se enredan corazones, triste desvarío. Enfermizo lazo, fatal conjuro, cadenas que aprisionan, sin seguro.
Besos envenenados, dulce amargura, susurran promesas, pero sin ternura. En cada suspiro, la fiebre persiste, un amor que duele, y el alma insiste.
Entre sombras de un amor malsano, susurra el viento un triste desengano. En el enfermo latir de dos almas, se esconde un amor, que solo embalsama."
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[ TEMA SENSIBLE TRATADO 🔞]
Finalmente, llegaron a aquél hotel, pidieron un cuarto y ambos entraron, aunque Lucifer vió que Alastor pidió solo uno, no le dió importancia solo se quería aventar a la cama y no salir de ahí, incluso sabía que no era seguro pero trató de tomar la oportunidad incluso si implicaba tener que pelear.
Ambos llegaron y Lucifer se quitó los zapatos, para después aventarse a la cama
-Veo que la estás pasando mal-
Aquél voz era burlona, lo que a Lucifer le fastidiaba, se dió la vuelta para quedar boca arriba en la cama mientras abrazaba la sábana, Alastor se acercó a él, a paso lento para no alarmarlo, una vez que estuvo considerablemente cerca, dijo en una voz suave
—Te ayudaré un poco, ¿sí?—
Sonrió amablemente y comenzó a subirse arriba de Lucifer, para esto el soberano trató de empujarlo, pero no estaba pensando con claridad, era el segundo día y pegaba más fuerte
—Q-Quítate...—
—Oh, vamos, no te resistas, no hagas esto más difícil—
Aunque su tono fue cariñoso y amable, el más bajo no estaba completamente de acuerdo en dejarlo, era bastante humillación para su ego. Ciertamente, una parte de él, rogaba ser follado como nunca antes había sido, pero su otra parte de cordura se negaba por su ego, no sabía a cuál hacer caso, era una balanza que poco a poco, uno de los lados comenzaba a dominar.
Alastor tomó al más bajo de las muñecas, manteniéndolo nuevamente inmovilizado, por primera vez, juntaron sus labios en un suave beso, era el primer beso de Alastor y a decir verdad, era un sentimiento nuevo, cerró los ojos dejándose llevar, su corazón latía rápidamente que juraba se podía oír desde afuera, sus extremidades se volvieron más suaves, su respiración se coordinó con el del soberano, sentía una explosión de emociones, como si fueran fuegos artificiales explotando, era una sensación nueva y rara, aunque no era mala, su cuerpo pedía más y más contacto.
