𝐵𝑢𝑟𝑙𝑎 (parte dos)

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Aquello que denominan calma era algo que Marcela no experimentaba casi un poco más de la mitad del año, aquella se había ido de la noche a la mañana pero de la misma forma en se fue, abandonándola en un vacío penumbroso del cual no encontraba salida, regresó llena de sorpresas, alegrías y la seguridad de que se quedaría eternamente en su alma.

Para la gerente de ventas era divertido recapitular en su mente el cambio tan radical que había tenido su entorno, desde las ganas de Armando en querer dejar atrás el pasado y retomar las riendas de su vida junto a ella, como también la noticia de que Beatriz se encontraba de amores con Daniel, eso fue algo que nadie se esperaba ni siquiera los mismísimos Daniel y Beatriz, pues ninguno de los dos creía que una sola noche pudiese cambiar el destino de ambos. A decir verdad, aquello fue algo que no le tomó por sorpresa a la accionista, pues ya tenía sus sospechas como también había logrado abrirse un poco más con Beatriz, ya que la última mencionada le propuso formar un equipo de trabajo para así juntas poder sacar a flote la empresa, no eran las mejores amigas, pero podían convivir en el mismo espacio y entablar una conversación sin pullas de veneno por parte de la ojiverde. De aquella relación hubieron distintas reacciones por parte de distintas personas, Armando se alegró por ambos y agradeció a Beatriz por quitarle un poco la amargura a su nuevamente cuñado, Mario comentaba a Armando que lo veía venir y Patricia casi parecía tragarse la lengua al saber la noticia por el cuartel de feas.
Los cambios de EcoModa habían sido para bien, el ambiente pesado se había ido y ahora quedaban las buenas energías en los pasillos.

Ahora la cabeza de la pelinegra giraba en torno a su relación con Armando, su Armando.

Luego de aquella noche calurosa entre los pasillos de EcoModa, las cosas habían dado un giro de 360 grados. Los malos entendidos, peleas y sentimientos habían sido aclarados por una larga charla en el apartamento de Armando, ambos se comprometieron a cambiar y darle a su historia un camino repleto de amor y felicidad. Marcela notaba como Armando regresaba a ser aquel hombre que la amaba profundamente, los detalles eran frecuentes, las salidas a cenar y los momentos románticos eran detalles que hacían que su llama se fortaleciera, sin embargo, tanta llama tuvo su consecuencia y aquella bella consecuencia resultó ser una pequeña niña llama Angélica, una preciosa bebé de dos años de edad que había heredado lo mejor. La pequeña de cabellos negros y verdosa mirada contaba con un fuerte carácter y unos excelentes pulmones los cuales más de una noche habían despertado a sus padres en sus primeros meses de vida por sus escandalosos gritos, cosa que fue destacada por Marcela, pues, la niña había heredado eso de su padre. La pequeña Mendoza era la adoración de la casa, de sus abuelos y de sus tíos, ella era esa luz que les hacía falta en sus vidas.

-Mi vida, yo siento que Angie se nos está creciendo demasiado rápido, mira ya dejo su vestidito amarillo...- Delicadamente enseñó a su esposo aquella prendita que amaban ver en su pequeña niña, pues la hacía lucir hermosa.-

-Se nos está creciendo rapidísimo, Marce... Ponte a pensar que en mayo cumple tres años.- Tomó lugar detrás de su esposa y acomodó sus brazos sobre la cintura de ella, abrazándola para así mirar con ella aquel vestidito que en tantas fotografías del álbum fotográfico era acompañante de la niña.-

-Cuando quieras vamos por el el niño, así ya no te pones triste porque Angie se nos está creciendo.

-No es mala idea, pero créeme que si viene un segundo bebé es mejor ir tanteando el tema con la niña, no quiero que piense que va a ser excluida o algo por el estilo, ni mucho menos que diga que no quiere al bebé, debemos hablar con ella, explicarle... Tú sabes que los niños a esa edad se ponen muy celosos cuando hay un bebé nuevo.

-Estás en lo correcto, pero ella es una niña que le gusta mucho estar acompañada, solo ponte a pensar en cómo se lleva con el hijo de Camila, ella comparte y le gusta jugar mucho... Con eso gasta demasiada energía y cae profunda, ahora imagínate teniendo dos.- Sonriente besó la mejilla de su mujer para así proseguir.- Ambos se agotan y así a más tardar las diez de la noche ya están profundos.

-Es un buen punto, pero, pero... ¿Te acuerdas esos cuatro primeros meses donde la niña empezó a estrenar sus pulmones?, ¿recuerdas cuánto dormíamos?... Y yo me quiero preparar mentalmente para repetir ese vaivén de no dormir.

-Por favor, esas noches donde no podía dormir son inolvidables, mejor dicho, Angélica si supo aprovechar sus pulmones... Pero hablando en serio, mi amor, creo que es hora de que tengamos otro bebé... Angie está creciendo y cuando menos lo esperemos va a tener ocho años, yo siento que es mejor que tengamos otro bebé ahora, así son contemporáneos y estaremos casi que al mismo nivel. Mi amor, ya sabemos lo que no espera y es posible que este bebé que tú y yo vamos a crear sea un poco más calmado que nuestra terremoto, yo me muero de ganas por tener un niño y yo sé que tú también quieres uno... Así que... Empecemos este nuevo reto juntos.- Mirándola a los ojos le dedico una sonrisa repleta de amor, sus palabras eran sinceras y su anhelo era terminar de formar su familia junto a la mujer que amaba. Sabía que la había convencido, sus palabras y esa forma de decirlas le habían conmovido el alma a la ojiverde, quien no dudó en lanzarse a los brazos de su esposo para así abrazarlo mientras le susurraba que aceptaba empezar a se nuevo reto juntos.-

Las acciones fueron firmes y la creación de la nueva vida que ahora reposaba en el vientre de la pelinegra había sido en una segunda luna de miel que ambos recordaban con una sonrisa cargada de picardía, pronto cumpliría su quinto mes de gestación y su vientre ya iniciaba a enseñar al pequeño bebé que iba creciendo cada día. Tal como lo habían acordado empezaron a tocar el tema con la pequeña Angélica la cual lo tomó de una buena forma y adoraba besar el vientre de su madre cada que tenía oportunidad.

Marcela podía sentirse dichosa, su vida era un sueño que siempre había tenido y que alguna vez había arrojado a la basura. Una burla había cambiado su vida, había hecho que su paz regresara y que sanara, sin embargo, lo que le traía más felicidad era ver a Armando en una faceta de padre y esposo amoroso, dedicado a su hogar y a su trabajo, era ver a su hija crecer, ser feliz y siempre sorprenderlos con sus ocurrencias, sentir a su nuevo bebé en su interior haciéndose notar con unos suaves movimientos que causaban sonrisas en la familia, finalmente después de la trágica tormenta había llegado la felicidad eterna.-


Esta segunda parte va dedicada a @CamilaVelasquez198 espero y sea de tu agrado :D

𝑰𝒓𝒊𝒔𝒅𝒊𝒔𝒄𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora