Lewis Hamilton

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Agustín

El sol brillaba intensamente sobre el circuito mientras me preparaba para la carrera. Las conversaciones del equipo resonaban en mis oídos mientras me enfocaba en el desafío que tenía por delante. Sabía que sería una carrera difícil, pero estaba decidido a dar lo mejor de mí.

Mientras avanzaba por la parrilla de salida, me encontré con la mirada de Lewis. Nuestros ojos se encontraron brevemente y me regaló una hermosa sonrisa, ese gesto que siempre me hace sentir tan especial. Aunque llevamos más de dos años de novios, debo admitir que al principio no fue fácil. Ninguno de los dos había estado con un hombre antes, lo que hizo que nuestra relación fuera un desafío. Pasamos por momentos difíciles, nos lastimamos sin quererlo, pero al final logramos superar las adversidades y mantener nuestro amor fuerte y privado.

Aunque amo a Lewis con todo mi corazón, en este momento mi mente está enfocada en dar lo mejor de mí para ganar el GP de Gran Bretaña.

En ese momento, comienza la carrera, el rugido de los motores llena el aire mientras nos lanzamos hacia la primera curva. Por un momento, todo parece ir según lo planeado, pero dicen que todo puede cambiar en cuestión de segundos.

Comienzo con un buen rendimiento, pero a medida que pasa el tiempo, noto que algunos aspectos de mi monoplaza comienzan a fallar, tanto la suspensión como la dirección. Advierto lo que está sucediendo, pero mi equipo decide que continúe, ya que el problema no es demasiado grave.

Pero no tengo tanta suerte, de repente el auto se sacude violentamente y pierdo el control mientras lucho por mantenerlo en la pista. El impacto es instantáneo y el mundo a mi alrededor se convierte en un torbellino de ruido y movimiento. Todo se vuelve borroso mientras el coche da vueltas y vueltas, y el sonido ensordecedor de metal retorcido llena mis oídos.

Todo se detiene abruptamente y me encuentro envuelto en un silencio irreal. El dolor se apodera de mi cuerpo mientras lucho por abrir los ojos. Con un esfuerzo monumental, logro apartar los escombros y mirar a mi alrededor, pero no tengo fuerzas para salir.

El caos me rodea mientras los médicos y el personal de seguridad corren hacia el lugar del accidente. Escucho voces que me hablan, pero todo suena lejano y distante. Me esfuerzo por enfocar mi mente, pero todo parece borroso y confuso.

En medio de la confusión, mi mente vaga hacia Lewis. ¿Dónde está? ¿Está bien? Mi corazón se aprieta con preocupación mientras lucho por mantenerme consciente.

Lewis

Una carrera de mierda. Estoy muy enojado porque mi monoplaza presentó muchos problemas que me obligaron a abandonar el GP.

Las cámaras se agrupan a mi alrededor mientras doy una entrevista después de una carrera decepcionante. Las palabras salen de mi boca sin sentido debido a la impotencia de haber perdido en mi hogar. Cada tanto desvío mi vista hacia la pantalla, donde Agustín ha llegado a la primera posición y está teniendo un rendimiento increíble. A quién engaño, me quedé viéndolo como bobo.

Y entonces, lo veo. Veo el momento del accidente, veo el coche de Agustín girando fuera de control, se me hace un nudo en el estómago mientras me quedo sin aliento. Las palabras se atascan en mi garganta mientras lucho por procesar lo que estoy viendo.

El entrevistador me mira con preocupación, pero no puedo articular una sola palabra. Mi mente está llena de preocupación y miedo mientras me imagino lo peor. Sin decir una palabra, me doy la vuelta y corro hacia el área de boxes, dejando atrás la entrevista y a los periodistas desconcertados.

Corro a través del paddock, mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho mientras busco desesperadamente noticias sobre Agustín. Mis pensamientos están llenos de imágenes del accidente y el miedo me aprieta el pecho con una fuerza paralizante.

Todo es caos, mucha gente se moviliza al mismo tiempo, lo que hace lenta mi llegada. Lo han llevado al hospital.

Finalmente, llego donde han llevado a Agustín. Mis pasos son pesados y torpes mientras me acerco a la sala de espera, temiendo lo peor pero esperando lo mejor. Estoy mucho tiempo allí, pero después de unas horas me permiten acceder a la habitación.

Cuando entro, veo su rostro pálido y dolorido entre las sábanas blancas, y un suspiro de alivio escapa de mis labios. Me acerco a su lado, tomando su mano con ternura mientras mi corazón se llena de amor y gratitud.

"Agus", murmuro con voz temblorosa. "¿Cómo estás, amor? ¿Cómo te sientes?"

Agustín abre lentamente los ojos y una débil sonrisa se extiende por su rostro cansado. "Lewis", susurra con voz débil. "Estoy bien, todo está bien ahora que estás aquí."

Nos miramos el uno al otro, nuestros ojos llenos de amor y alivio mientras nos aferramos el uno al otro en la oscuridad de la sala de hospital. Al verlo en ese estado tan vulnerable, me siento terrible por lo que sucedió.

"No estés mal, lindo", me dice mientras limpia con sus manos mis lágrimas. No sé en qué momento se escaparon, pero se sintió tan bien tener el suave tacto de sus manos sobre mí.

"Disculpa, me asusté mucho al ver lo que pasó y me aterró pensar que algo malo te pudo haber pasado. Te amo, mi campeón."

"Yo te amo más, Lewis", dice con esa voz tan relajada dejando un beso sobre mis labios.

En ese momento, supe que no importaba lo que el futuro nos deparara, siempre estaríamos juntos, unidos por el amor que compartíamos y los caminos entrelazados que habíamos recorrido juntos.

F1 One-shots |Male Reader|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora