F1 One-shots |Male Reader|

Carlos Sainz Jr

**Pov de Carlos**

Tomar la decisión de dejar McLaren y unirme a Ferrari marcó un gran cambio en mi carrera profesional. Fue una oportunidad que no esperaba, pero cuando se pusieron en contacto conmigo y me ofrecieron un asiento en su equipo, me sentí tan feliz, porque como bien dijo Sebastian 'Todos somos fanáticos de Ferrari'.

Ya llevo cierto tiempo en el equipo y me encuentro bastante a gusto con mi compañero Charles; hemos forjado una relación muy amigable. Sin embargo, mi vida dio un giro inesperado cuando tuve la oportunidad de conocer a los hermanos de Leclerc.

Estaba caminado por el paddock cuando escuché la caracteristica voz de mi teammate
"Hey calos" dijo el monegasco saludando a su compañero de equipo.
"Hola Charles, que cuentas?" Dije mientras el venia hacia mi dirección y nos saludabamos.
"Nada especial, me estoy preparado para la práctica. Espero que no tengamos problemas en box durante esta carrera".
"Ojalá no se repita lo que sucedió en Países Bajos".
"Ya lo creo" dijo riendo hasta que tres personas se nos acercaron.
"Charles, aquí estas, pensamos que te habíamos perdido" dijo Arthur abrazando a su hermano.
"Aquí lo tienes exagerado, no te vió por un minuto y ya se había puesto como loco" dijo el mayor de los Leclerc.
"Tranquilo Arthur, no me fuí a ninguna parte. Chicos les quiero presentar a Carlos, mi compañero de equipo. Carlos ellos son mis hermanos; el que está abrazándome es Arthur, el pequeñín de la familia".

"Ya no tengo 6 años charles" dijo separándose de su hermano.

"Si claro, el es Lorenzo, nuestro hermano mayor".
'Un gusto Carlos' dijo el mayor estrechando su mano con la de mía
"Y por último, el que está callado es Agustín, es mi hermano mayor por solo un año'".

Fué en ese momento en donde mi cerebro se desconectó, con solos intercambiar miradas sentí como mi corazón latía tan velozmente que podría darme un infarto. Cuando nos dimos la mano en forma de saludo, sentí como estas encajaban a la perfección y me hacia sentir mariposa en el estómago.

"Encantado de conocerte Carlos, mi hermano nos ha hablado mucho sobre tí" dijo con esa suave voz.

"Espero que hayan sido cosas buenas" digo mientras lo miro con una sonrisa. Nuestras manos se mantuvieron juntas por un gran tiempo hasta que Lorenzo habló y nos separamos.
El frío al sentir como se alejaba fué horrible, no puedo creer que apenas lo conozco y ya causa esos efectos en mí.

'Bueno, nosotros nos tenemos que ir. Suerte a los dos con la práctica" dijo el mayor y se retiró seguido de su hermano menor.

"Tranquilo Charles, todo va a salir bien" dijo Agustín dándole una palmada en la espalda a su hermano.

"Obvio que va a salir bien, soy el mejor piloto" dijo el monegasco riendo mientras se iba.

"En tus sueños" le grité

"Bueno, yo creo que me tengo que ir" dijo con cierto nerviosismo.

"A mí no me deseas buena suerte?" Dije acercándome un poco a el sin miedo al éxito.

"Aquí entre nosotros, no la necesitas" avanzando un poco para quedar muy cerca mío. "Nos vemos pronto carlos" susurró en mi oido y se fué a donde su familia lo esperaba, este chico me va a volver loco.

**Pov de Agustín**

No se como mierda hice para hacer lo que acabo de hacer. ¿En qué momento gané tanta confianza para acercarme así a un chico, y no a cualquier chico, al mismísimo CARLOS SAINZ?!. Creo que estoy perdiendo la cabeza.

En fin, la práctica salió muy bien, tanto mi hermano como Carlos hicieron buenos tiempos dejando una gran expectativa para la carrera.

Estaba junto con con Arthur y Lorenzo en el box de Ferrari en donde discutían quien tenía más chance de ganar el gran premio de esta semana, necesitaba salir de ahí, los amo pero pueden estar durante horas discutiendo de lo mismo sin dar el brazo a torcer. Cuando salí del box, encontraba caminando tranquilamente por la zona de motorhomes hasta que siento como alguien toma mi mano y me tira hacia un lugar más resguardado. Mi espalda choca contra una pared y hago contacto visual con el causante de mi interrupción.

**Pov de Carlos**

No pude evitar seguir a Agustín cuando lo vi alejarse del box. Mi mente estaba llena de pensamientos sobre. No podía quitármelo de la cabeza, y cuando lo vi solo, algo dentro de mí me impulsó a seguirlo.

Cuando lo alcancé y lo tomé de la mano para detenerlo, su reacción fue una mezcla de sorpresa y nerviosismo. Pero no me importó, necesitaba hablar con él a solas, lejos de la presión del equipo y de mi propia confusión.

Nos encontramos en un lugar más privado, y nuestros ojos se encontraron. Podía sentir la electricidad en el aire, la misma que había sentido cuando nuestras manos se tocaron por primera vez.

"Lo siento si fui demasiado directo antes", comencé, buscando las palabras adecuadas para expresar lo que sentía. "Es solo que desde que nos conocimos, no he podido sacarte de mi cabeza".

Agustín me miró, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y nerviosismo. "No tienes que disculparte", respondió suavemente. "Yo... también he estado pensando mucho en ti desde que nos conocimos. Es solo que nunca esperé que alguien como tú..."

Su voz se desvaneció, pero entendí lo que quería decir. Éramos dos personas de mundos diferentes, unidos por un equipo. Pero eso no significaba que no pudiéramos explorar lo que sentíamos el uno por el otro.

"Somos diferentes, eso es cierto", admití, acercándome un poco más a él. "Pero a veces las diferencias son lo que hace que las cosas sean interesantes".

Agustín asintió lentamente, y pude ver la sonrisa nerviosa que se formaba en sus labios. "Supongo que tienes razón", dijo, y luego agregó con valentía: "Me gustaría conocerte mejor, Carlos. Si tú también quieres, claro".

Una oleada de alivio y felicidad me invadió. No estaba solo en esto. Había encontrado a alguien que me entendía, que compartía mis intereses y que, quizás, podría convertirse en algo más que un simple 'hermano de mi compañero de equipo'.

"Me encantaría", respondí sinceramente, con una sonrisa que no pude contener. "¿Qué te parece si después de la carrera salimos a tomar algo juntos y conversamos un poco más?"

Los ojos de Agustín se iluminaron con entusiasmo. "Me parece perfecto", dijo, y su mano encontró la mía una vez más, esta vez con una confianza renovada.

Y así, en medio del bullicio del paddock y la emoción de la próxima carrera, dos corazones encontraron un nuevo camino juntos, uno lleno de aventura, pasión y, quién sabe, tal vez incluso amor.