F1 One-shots |Male Reader|

Checo Pérez Pt.2

Agustín

Los días después de nuestra pelea habían sido una tortura emocional. El ambiente entre Checo y yo se había vuelto incómodo y cargado, y mi trabajo en el paddock no era más que una distracción temporal de una realidad dolorosa. Cada vez que veía a Checo, sentía una mezcla de añoranza y culpa que me era difícil de soportar. El silencio entre nosotros hablaba más que cualquier palabra.

Una tarde, mientras ajustaba el equipo para un evento de medios, Lucas, un amigo cercano y colega en el equipo de comunicación, notó que algo estaba mal. Su percepción aguda y su sentido de la amistad hicieron que no pudiera ocultar mi angustia.

—Agustín, ¿te pasa algo? —me preguntó, con la mirada fija en mí mientras yo trataba de concentrarme en el trabajo.

Intenté mantener una actitud profesional, pero mi sonrisa era una fachada que no podía sostener más tiempo. Sabía que Lucas no se contentaría con una respuesta superficial, así que finalmente decidí soltarlo todo.

—Es Checo —comencé, la voz cargada de emociones que no podía controlar—. Lo que pasó entre nosotros… no puedo sacarlo de mi cabeza. Me siento completamente perdido.

Lucas dejó el equipo que estaba ajustando y se volvió hacia mí con una expresión de preocupación genuina. —¿Qué quieres decir con "perdido"?

—Después de nuestra última conversación, no sé qué hacer. Mi mente está llena de dudas. Quiero estar con él, pero también tengo miedo. Miedo de lo que pueda pasar si nuestras vidas se cruzan de manera más profunda. Tengo miedo de lastimar a mis hijos, de lastimarlo a él, de arruinarlo todo —confesé, sintiendo que mi voz se quebraba.

Lucas asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. —A veces, enfrentarse a la verdad es más difícil que simplemente vivir en el miedo. ¿Qué sientes exactamente por Checo?

Sus palabras me hicieron reflexionar sobre lo que realmente estaba en juego. No solo era el miedo a lo desconocido, sino también la desesperación por resolver mis propios sentimientos. Me sentía atrapado entre el deseo y la responsabilidad, entre la esperanza y el temor.

—Lo amo, Lucas —dije finalmente, el peso de las palabras saliendo de mis labios con una sinceridad que no había permitido antes—. Pero no sé cómo reconciliar esos sentimientos con mi realidad. Me duele verlo y no poder estar cerca de él, pero también me duele pensar en las posibles consecuencias para nuestras familias.

Lucas me miró con una mezcla de empatía y determinación. —A veces, la verdad es dolorosa, pero también es liberadora. Si sientes lo que dices, tal vez sea hora de enfrentarlo directamente. No puedes vivir en la incertidumbre, especialmente si eso te está matando por dentro.

Decidí que tenía que actuar, que no podía seguir evadiendo la situación. Aquella noche, preparé un mensaje para Checo, pero a medida que lo escribía, me di cuenta de que las palabras no eran suficientes para expresar todo lo que sentía. Decidí que una conversación cara a cara era lo único que podía brindar claridad.

Checo

La decisión de enfrentar a Agustín fue difícil, pero inevitable. Sabía que teníamos que hablar para resolver la situación, y la perspectiva de esa conversación me mantenía en un estado de ansiedad constante. Me encontraba en una cafetería cerca del circuito, el lugar elegido para nuestra charla, esperando a que llegara. Mientras miraba el reloj, las dudas sobre si esta conversación nos acercaría o nos separaría me invadían.

Había pasado mucho tiempo reflexionando sobre nuestra última conversación y las emociones que había desatado. Había intentado mantenerme ocupado, concentrado en el trabajo, pero el pensamiento de Agustín seguía regresando a mi mente. Me preguntaba si mis sentimientos eran una carga o una oportunidad. La noche previa, me encontré dando vueltas en mi habitación, sumido en una profunda introspección. ¿Estaba actuando con valentía o simplemente estaba dejando que el miedo dictara mis decisiones?