Zedric creía que conocía su hogar, a su gente, a sus costumbres. Sentía que pertenecía y tenía un amplio sentido de patriotismo que siempre le había llenado de valentía, orgullo, y fé.
Entonces, regresó a su pueblo después de mucho tiempo, y todo había cambiado. Sentía el odio y resentimiento en cada uno de ellos. Su poder estaba fuerte, y la vergüenza que le traía el haber abandonado a todos se acrecentaba al leer sus sentimientos.
Las elecciones estaban muy cerca. El pueblo ya había elegido a Zedric una vez. Sin embargo, al desaparecer, toda la confianza se fue con él.
La mayoría de las personas creían en todos menos en él, y era bastante difícil ir de pueblo en pueblo, predicando sobre una salvación que se sentía casi imposible de lograr. Sin embargo, reunió personas de varios reinos que le seguían siendo fieles, con poderes útiles como los de Piperina, (que cada vez eran más comunes, como si un flujo nuevo de poder, de pronto, hubiera aparecido), y ellos le hicieron compañía en una nueva campaña que él no sabía que se necesitaba.
El reino sol era bastante elitista. La gente que tenía poder conseguía los mejores puestos en el mismo, las grandes casas se heredaban entre sí poder, influencias, y riquezas. Necesitaban dar visibilidad también a los grupos menos favorecidos, entre ellos los que tenían el poder con otros elementos, pero no solo ellos, sino los grupos de extrema pobreza.
Zedric y su padre habían estado conscientes de esto durante años. Sabían que era difícil y usaban sus poderes para crear más fáciles vías de transporte, (exportando carbón, oro, y otros materiales), sin embargo, no era suficiente. Por primera vez, él se estaba dando el tiempo de escuchar a su gente, y esto parecía estar funcionando.
Sin embargo, esparcir la voz parecía difícil.
El tiempo pasó, y el poder de los gigantes crecía. Eran buenos para crear una fuerza de credibilidad a su alrededor. La fé de todos parecía ciega, y aquello se volvía cada vez más preocupante.
De Raniya y su séquito no se sabía nada. De Piperina tampoco. Adaliah y Skrain, desaparecidos también.
Zedric comenzó a alzar la voz. Fue todo lo honesto que pudo dónde lo aceptaron, e incluso encontró la forma de crear un escrito donde su historia se contaba en todo Erydas. No quería un aprobación vacía, quería que la gente supiera su historia, como tal, y sin vacilar en ningún detalle si alguna duda llegaba a presentarse.
Entonces, los ataques comenzaron. Ahí donde había algo de luz, de rebelión, o poder, también había oscuridad, buscando absorber la poca esperanza o prosperidad recién surgida.
—Es bastante inusual —murmuró Nathan aquella tarde de otoño, mientras exploraban. Zedric apenas si podía concentrarse, ya casi llegaba el invierno, y, después de eso, un año nuevo. Al comenzar la primavera, un nuevo rey sería elegido—: Nunca había sentido semejante poder. Es oscuridad, y sí, las bestias la tienen, pero esto es diferente. De alguna manera, me recuerda a...
—La de los lobos. La energía oscura con la que usaban su poder —completó Calum, con un rostro impaciente y para nada saludable. Tenía ojeras, su cabello ya no existía, se había cansado de él, y cada que si acaso se le veía un poco largo, él iba y se lo cortaba—, sin embargo, estos destrozos son casi... —se detuvo, como no queriendo aceptar lo siguiente— planeados.
—¿A qué te refieres? —respondió Nathan. Él, a diferencia de Calum, se veía sano. Aún así, si lo conocías bien, notarías que había algo diferente en él. No había luz. Simplemente era él, impasible, sin motivación aparente. Desde que Piperina no estaba, era como si una parte de él se hubiera esfumado con ella.
—Todo está muy ordenado. Atacaron cierta parte del pueblo, pero no toda. Dejaron suficiente gente como para que pasara la voz, y las dejaron escapar como si nada. Además, sino mal recuerdo, estos pueblos, si bien no estaban de nuestro lado, habían escuchado a Zedric, tenían una opinión bastante dividida, no había nada seguro respecto de su posición en la elección.
ESTÁS LEYENDO
Murmullos de Skrain
FantasíaLa guerra entre dioses y humanos está en su punto más alto. Las tropas se preparan, los reinos enemigos se unen para defenderse de un poder al que apenas pueden entender. Zedric vive en un reino dividido. Algunos prefieren elegir a un nuevo y pode...