Antes de perder(te) | Enzo Fernández

CAPÍTULO 3

Enzo pov:

Volví a entrar a mi casa completamente atravesado por sentimientos confusos. Si había algo que no esperaba que pasara en mi cumpleaños, era que mi mejor amiga apareciera en el comedor de mi casa con un regalo y la sonrisa que siempre había amado, diciéndome que me había extrañado.

Y su pelo suelto y con rulos...

Jose dejándose su pelo natural era algo que no creía poder superar aunque los años siguieran pasando. Desde que tenía memoria, ella había odiado sus rulos porque decía que, pese a sus esfuerzos porque quedaran lindos, siempre terminaba haciéndose una colita para que no se notara lo horribles e inflados que le estaban. Pero para mí, era simplemente perfecto su pelo rubio oscuro, con reflejos pelirrojos y con los bucles que le caían desordenados al costado de su cara. Parecía que por fin se había conciliado con la idea dejárselos y no planchárselos más y había encontrado la manera de que quedaran definidos, haciendo que fuera casi hipnotizante verlos bailar y resaltar su cara cada vez que se movía.

No era capaz de contabilizar la cantidad de veces que había soñado, literalmente, con el momento en que nos reencontrábamos. Después de ganar el mundial y empezar a jugar para el Chelsea, esos sueños se empezaron a hacer más recurrentes y vívidos pero cuando me despertaba, tenía que seguir con mi vida sabiendo que ella no estaba al lado mío como cuando éramos chicos y yo tampoco podía estarlo para ella. Cada vez era todo más complicado, mi agenda no me permitía viajar a Argentina tan seguido y no podía pedirle que viajara hasta Inglaterra solo para verme porque lo consideraba bastante egoísta teniendo en cuenta que Jose también tenía una vida y de los dos, era la que menos plata tenía como para gastarla en un viaje por mí. Pero una vez más, me había sorprendido y se había tomado un avión para verme. Lo menos que podía hacer era evitarle el gasto en el hotel y ofrecerle que se quedara en mi casa. Así íbamos a estar más cerca...porque ahora que la había vuelto a ver en persona, no quería separarme de ella.

Todo estaba siendo perfecto...hasta que me dijo que tenía novio y por eso no podía quedarse conmigo, en mi casa.

—Epa, ¿qué pasa que tenemo' esa cara? —preguntó Ota ofreciéndome una cerveza.

Todos seguían festejando pero yo ya no tenía ganas de seguir haciéndolo. Estaba cansado, me sentía raro y solo quería que fuese mañana para volver a verla. A ella y a su novio el cual ya no me acordaba su nombre. Debía ser por el alcohol...o porque no me interesaba acordármelo.

—Se puso triste porque se fue el amor de su vida —me jodió Julián riéndose.

—Callate, boludo —dije irritado y los dos me miraron con intriga.

—En serio, ¿qué pasó? —repreguntó Nicolás.

No tenía ninguna respuesta concreta porque no entendía lo que me pasaba ni por qué me sentía así tan repentinamente.

—No lo sé. —Al menos estaba siendo sincero—. Creo que fueron muchas emociones juntas el verla a Jose después de tantos años, hablar con ella como si el tiempo no hubiera pasado y después darme cuenta de que aunque quisiera negarlo, cada uno siguió con su vida y hay más cosas que no sé sobre ella que las que sé.

—Wow. —Juli me miró intentando procesar lo que acababa de decir—. El alcohol te puso muy pensativo.

—Y sentimental —agregó Otamendi.

—¿Pueden creer que tiene novio y que viajó con él? —les pregunté incrédulo.

—Y...es linda, se viste bien, parece súper simpática, copada, buena piba, decidida, graciosa. —Mi mejor amigo empezó a enumerar todas sus cualidades, irritándome todavía más.