invisible smoke

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BEATRIX

[FEBRERO 2015]

Nerviosa era quedarse corta. Aún no podía creer que iba a tener una cita con Taylor. Llevaba días contando las horas para verla.

Ella también parecía emocionada, al menos eso indicaban los mensajes diarios llenos de emojis y fotos de gatitos que me enviaba, haciendo que me derritiera más por ella. Era tan tierna.

Justo ahora me había llegado un mensaje suyo.

>>Tay💜 
«Ahora ya puedes confirmar que tengo un ombligo🙀»

>>Tay💜
«No soy un alien, lo prometo😽😽😽»

Había enviado una foto suya frente al espejo mostrando su abdomen, lo que me hizo sonrojar. No es que fuera la primera imagen que veía de ella, pero esta era exclusivamente para mí.

No pasó mucho tiempo para que recibiera una llamada suya. Dejé pasar trece segundos antes de responder. 

—Hola— saludó—. ¿Y qué te parece? Después de todo, sí tengo ombligo.

No sabía dónde estaba, pero podía escuchar mucho ruido de fondo.

—Bueno, no estoy segura, pudiste haber editado la foto— seguí el juego y ella rio divertida.

—En ese caso tendrás que esperar a que te lo muestre en vivo— dijo en tono juguetón.

—¡Qué honor!— respondí en el mismo tono.

—¿Sabes cuántas personas se mueren por ver mi ombligo? Es algo así como el santo grial— dijo divertida.

—¿Debo sentirme especial?— pregunté marcando aún más mi acento.

—Ya lo eres Bea, eres especial por sí sola.— No podía verla, pero casi podía jurar que estaba sonriendo. Era una jugadora profesional.

En el pasado ya me había enfrentado a muchos chicos y chicas como ella. Pero esta vez era diferente, me sentía diferente cuando ella lo decía.

—¿Esto es algo que siempre te funciona?— pregunté sarcástica.

—No lo sé, tú dime. ¿Está funcionando?

—Tal vez— me cubrí el rostro aunque no me pudiera ver.

—¿Tal vez? ¿Solo tal vez?—dijo con fingida incredulidad—. Tengo que mejorar mi juego entonces.

—¿Siempre eres así de encantadora?— le pregunté, tratando de mantener mi voz neutral.

—Solo con personas especiales—respondió suavemente—. No puedo evitarlo contigo, Bea.

—Eres todo un caso, Swift.

—Lo tomo como un cumplido— contestó con una risita.

Escuché risas y comentarios de fondo. Parecía que alguien se estaba burlando de ella.

—¡Oh, cállense!— dijo Taylor, cubriendo el teléfono—. Estoy hablando con Bea.

—¡Oh, Taylor está enamorada!— se escuchó a alguien decir entre risas. 

—¿Está todo bien?— pregunté, sonriendo.

—Sí, claro, solo son mis amigas. Les encanta fastidiarme. Estoy contando las horas para nuestra cita— dijo Taylor, ignorando las burlas.

Champagne problems | Taylor SwiftDonde viven las historias. Descúbrelo ahora