the first date

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OMNISCIENTE

[FINALES DE FEBRERO 2015]

Beatrix observaba el perfil de Taylor mientras ésta se concentraba en la carretera, sus manos firmemente sujetas al volante. Había algo tranquilizador en su manera de conducir, como si cada movimiento estuviera perfectamente calculado. Pero a pesar de esa aparente seguridad, Bea sentía la tensión en el aire. Estaban de camino al restaurante y la ansiedad de la primera cita las envolvía a ambas.

Bea seguía sin creer que Taylor hubiera volado hasta Londres solo para pasar tiempo con ella. Y ahora, aquí estaban, compartiendo un coche en una noche que parecía sacada de un sueño. Se sentía surrealista.

A sus 20 años, Bea nunca había salido con alguien de forma romántica. Siempre había sentido una especie de barrera cuando se trataba de relaciones, tal vez por miedo al rechazo o por su intensa timidez. Aunque había tenido pretendientes en el pasado, simplemente no estaba interesada en ellos. Claro, eso a los medios no les importaba y no se cansaban de inventarle relaciones por doquier.

El camino era bastante silencioso. Taylor solo miraba a Bea de reojo cada cierto tiempo y luego volvía su vista a la carretera sin decir una sola palabra, lo que comenzaba a poner nerviosa a la británica.

—Así que... ¿nerviosa?— preguntó Taylor, rompiendo al fin el silencio incómodo.

Bea sonrió tímidamente, sintiendo un calor subir por su rostro. —Un poco. Es... raro.

Taylor soltó una risa nerviosa. —Sí, lo es. Pero es un buen tipo de raro, ¿no?

Asintieron en silencio, sin saber qué más decir. La radio, que había estado sonando suavemente de fondo, de repente comenzó a tocar una melodía familiar para ambas. Bea reconoció la voz de Taylor al instante y, antes de que pudiera detenerse, se encontró sonriendo ligeramente.

—Lo siento, te juro que no fue algo intencional— Taylor se sonrojó, alcanzando rápidamente el botón para apagar la radio.

—No, no, no— Bea le detuvo la mano suavemente—. En serio, me gusta. Es algo nueva en la industria, pero creo que tiene futuro— dijo divertida.

—Ohh, ¿de verdad lo crees?— preguntó Taylor, siguiéndole el juego.

—Sí, su último disco es bastante bueno. ¿Taylor? ¿Taylor Smith?— fingió no recordar su nombre—. Sí, creo que ese es su nombre.

—No he escuchado hablar de ella, tal vez no es tan buena como piensas— respondió Taylor.

—Lo es. Muchas personas la subestiman, pero yo creo que es la mejor. Es bastante impresionante— dijo con seguridad.

Taylor la miró, un brillo de gratitud y diversión en sus ojos. —Eres demasiado amable.

Al llegar al restaurante, Taylor demostró ser una perfecta dama, bajando rápidamente del coche para abrir la puerta de Bea. Justo cuando estaban por entrar, notaron la presencia de unos paparazzi al otro lado de la calle. Taylor se tensó, claramente incómoda con la situación. Bea sintió el ligero apretón que Taylor le dio en la mano. Se volvió hacia la rubia, que tenía una sonrisa nerviosa.

—Beatrix...

—No te preocupes— dijo Bea con una sonrisa tranquilizadora—. Si a ti no te importa, a mí tampoco. Y en cualquier caso, tengo esto— le mostró una pequeña linterna que llevaba siempre con ella.

—Está bien para mí— respondió Taylor.

—Está bien para mí también, entonces— Bea agarró su mano y caminaron rápidamente hacia la entrada del restaurante, tratando de esquivar las cámaras, pero sin preocuparse demasiado por ello. Una vez dentro, Taylor dejó escapar un suspiro de alivio.

Champagne problems | Taylor SwiftDonde viven las historias. Descúbrelo ahora