BEATRIX
Sabía que, sin importar la decisión que tomara, alguien saldría herida. Era una realidad que pesaba en mi pecho, constante y aplastante.
Por un lado, estaba Taylor, la chica que había ocupado mis pensamientos desde que era una adolescente. Mi primer amor. Y aunque intentara racionalizarlo, ese amor seguía ahí, persistente, arraigado en lo más profundo de mí.
Pero, por otro lado, estaba Dua.
Dua.
Dua.
Dua.
Su nombre resonaba en mi mente como un eco insistente. Ella era mi refugio, la luz cálida que había iluminado mis días más oscuros. La persona que había sabido amarme cuando yo no podía encontrar la manera de amar ni siquiera a mí misma. Siempre había estado ahí, sin reservas, sin condiciones. Me había dado su ternura, su apoyo incondicional y, lo más importante, su corazón sin ninguna promesa de retorno.
Y aquí estaba yo, con el poder de destruirla, de arrebatarle esa seguridad que me había ofrecido. Sabía que tenía que tomar una decisión, y que cualquiera de ellas tendría un precio. Pero si me lo preguntaban, preferiría mil veces cargar con mi propio dolor antes que lastimarla a ella.
Dua merecía tener su final feliz. Había sacrificado tanto por mí que me era imposible no estar en deuda con ella. No podía dejarla, ni siquiera si lo deseaba. No lo merecía, y yo no tenía el valor para hacerlo.
¿Me hacía ver como una completa cobarde? Probablemente. Al menos eso me hacía sentir. Cobarde, terriblemente cobarde.
Quizá por eso que me encontraba parada frente a la puerta, con Taylor aún durmiendo arriba, debatiendo si debía irme, si debía renunciar a todo lo que sentía por ella para no lastimar a Dua. Incluso si eso significaba ignorar lo que sentía.
La realidad era que mi decisión no era racional, y lo sabía. Pero lo que había pasado anoche entre Taylor y yo lo complicaba todo. Los besos, las caricias, las promesas susurradas, la sensación de volver a estar completa, aún seguían presentes. Pero esa burbuja de felicidad era frágil y la realidad ya se encargaba de hacerla estallar. Taylor no había cambiado, lo sabía mejor que nadie. No era justo para ninguna de las dos fingir que las cosas eran distintas solo porque compartimos una noche.
Y no se me podía culpar por sentir miedo o arrepentimiento. Realmente fui muy clara, honesta y sincera. Dije que nada cambiaría entre nosotras, que le daba esa noche y nada más. No la engañé prometiendo algo que sabía, no podría cumplir. Esa fue mi despedida, ahora era tiempo de volver a la realidad. La cruda y dura realidad, donde ya no había espacio en blanco para nuestra historia.
Antes de que mis pensamientos siguieran desbordándose, toqué el pomo de la puerta decidida a irme, pero fui detenida por la voz de Taylor.
—¿Te vas?— su tono era tan suave que me causó escalofríos. Mis dedos se aferraron al metal frío, buscando apoyo. No te gires, me repetí. No la mires.
—Es lo mejor, Taylor— suspiré, sin dejar de mirar la puerta frente a mí.
—Pero... pero, no puedes hacer eso— su voz se quebró ligeramente—. Ayer... nosotras... tú dijiste que...
—Ayer fui muy clara— dije, sin atreverme a girarme para mirarla—. Te dije que no podía ofrecerte nada más. Tómalo como lo que fue, una despedida.
—¡No!— la desesperación en su voz era palpable, y sentí sus pasos acercarse—. No puedes hacerme esto. No puedes hacernos esto.
Mis dedos apretaban el pomo con fuerza, luchando por mantenerme en control. Taylor siempre había tenido esa capacidad de desmoronarme, de hacerme cuestionar cada decisión.

ESTÁS LEYENDO
Champagne problems | Taylor Swift
FanfictionTaylor ha tomado malas decisiones en su vida, ha confiado en las personas equivocadas, sin duda ha cometido muchos errores... ¿El peor de ellos? Dejar ir al amor de su vida Pero no esta vez, la vida le había regalado una segunda oportunidad y estab...