The Villainous Shizun Is As Beautiful As A Flower

CAPÍTULO 50

Abrazado de nuevo, Shen Liuxiang dejó escapar un suspiro relajado, sus cejas se alzaron ligeramente mientras miraba la tenue luz. Zhou Xuanlan se destacaba en la tenue luz.

Su juventud se había desvanecido y sus rasgos se hicieron más profundos y tridimensionales. Tenía los labios ligeramente húmedos y la nariz alta y recta. Los ojos de Shen Liuxiang escrutaron palmo a palmo el rostro que tenía delante.

Como si percibiera la mirada, Zhou Xuanlan bajó ligeramente los párpados, revelando unas cejas y unos ojos más afilados que los de su juventud. Al percibir la mirada de fénix clavada en él, las cejas de Zhou Xuanlan se relajaron y un atisbo de sonrisa brilló en sus ojos.

-Shizun, ¿puedes ver con claridad? Tengo piedras espirituales que pueden iluminar los alrededores-.

Atrapado, Shen Liuxiang desvió rápidamente la mirada, escaneó alrededor, y cuando vio la pared de piedra detrás, de repente se congeló.

-Eso no puede estar bien. No hay salida por tres lados. ¿De dónde vienes?

Zhou Xuanlan: -Esta formación puede alterar el terreno. Soy experto en formaciones, así que cambiar de posición dentro de la formación no es difícil-.

Shen Liuxiang pensó por un momento y ensanchó los ojos. -Si es así, ¿por qué no me sacas directamente en lugar de cruzar este charco de agua?

Los pasos de Zhou Xuanlan se detuvieron sutilmente. -El discípulo se olvidó-.

Shen Liuxiang: "..."

Pensando que si Zhou Xuanlan no se hubiera olvidado, no tendría que preocuparse por los insectos del estanque de agua, un escalofrío recorrió su corazón. Sin embargo, no se atrevió a moverse imprudentemente y sólo pudo dejar que Zhou Xuanlan lo sostuviera, acurrucándose en su abrazo.

Después de que pasara un tiempo desconocido en la atmósfera excesivamente silenciosa de la cueva, la somnolencia se apoderó de Shen Liuxiang y bostezó. -¿Hemos salido ya del estanque de agua?-.

-Sí-. La profunda voz de Zhou Xuanlan resonó en la oscuridad. -Shizun está cansado. Descansa un rato-.

Durante los últimos tres años, Shen Liuxiang se había dormido cada noche escuchando esa voz. Ahora, sin distancia entre ellos, el melodioso sonido llegaba a sus oídos con una claridad inigualable, intensificando su somnolencia.

Murmurando, dijo: -Cuando encuentres el camino, acuérdate de buscar a Xu Xingchen. Viste túnica púrpura, parece digno y lleva un aire de arrogancia impoluta-.

Zhou Xuanlan respondió con un sonido de reconocimiento.

Con las preocupaciones resueltas, Shen Liuxiang movió ligeramente la cabeza y encontró un lugar cómodo en el hombro y el cuello de Zhou Xuanlan.

En poco tiempo, su respiración se volvió uniforme y constante. Cuando volvió a despertarse, le molestaron unas voces clamorosas. -¿Quién eres? ¿Por qué retienes a Shen Liuxiang? ¡Suéltalo!-.

-No se mueve. ¿Le has drogado? ¡¿Qué quieres hacerle?! No le toques. Si vas en mi contra, prepárate para las consecuencias. ¡No escatimaré con mi Espada Xuanhuang!-.

Shen Liuxiang abrió los ojos somnolientos, y los gritos se detuvieron bruscamente.

Se volvió para mirar y vio a Xu Xingchen sosteniendo una deslumbrante espada, frunciendo el ceño y observando a Zhou Xuanlan con recelo. Xu Xingchen estaba en actitud defensiva.

Sintiendo la amenaza de Zhou Xuanlan, pero también preocupado por Shen Liuxiang que tenía en sus manos, Xu Xingchen dudó. Durante un rato, se encontró en un dilema entre la acción y la inacción, recurriendo a los ataques verbales.