Explosión de torpeza

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Ella no dijo nada por el camino, su suave sonrisa y la mirada cálida que me dirigió me hizo hundirme en el asiento hasta que todos bajaron del tren. No sabía qué hacer con mis manos, o dónde meter la cabeza cuando siguió unos pasos al frente en dirección a mi apartamento.

'Boruto, por si no lo has notado la culpa siempre ha sido compartida. Tuve muchas oportunidades para decirte cómo me sentía y sin embargo mi orgullo pudo más'. 

Sus palabras quedaron grabadas en mi mente y seguían haciendo un eco ensordecedor en mi cabeza.

Fui yo el responsable de que ella sufriera en silencio por culpa de mi indecisión. Incluso si la magnitud de nuestros sentimientos era diferente y Sarada temía ser rechazada, era Boruto Uzumaki quien tenía la última palabra. 

No había nada que me detuviera, no tendría por qué callarme por más tiempo ahora que el peso de mis palabras estaba libre de toda atadura, se lo diría aquí y ahora sin importar las circunstancias.

—Sarada, hay algo importante qué decirte antes de que todo vuelva a la normalidad entre nosotros —reclamé a pesar de las miradas curiosas de los transeúntes. —Es necesario que lo haga ahora, no le puedo dar más largas.

—Boruto, no es necesario —respondió ella parando en seco y girando su cuerpo en mi dirección —, siento que esto es demasiado por procesar. Además, tenemos mucho tiempo para darnos explicaciones.

—Pronto se nos asignará una misión, no estoy seguro de cuando podremos disfrutar de este tiempo a solas —. Mis misiones terminaban en desastre siempre, en especial si había un Otsutsuki involucrado. Tenía el presentimiento de que tomaría algo de tiempo antes de regresar a la aldea.

—¿No ha sido así siempre? —preguntó ella poniendo sus manos en la cadera —. Somos Shinobi, no olvides que esperé por más de diez años para conocer finalmente a mi padre. Qué son unos meses más por tan solo hablarte sin interrupciones por cinco minutos.

—No se repetirá —Sarada endureció su mirada sin comprender —, me refiero a guardarme las cosas para mí mismo. Espero sea igual para ti, y no solo hablo por la cicatriz en tu espalda.

—No hay nada qué cambiar. Estos sentimientos siempre han estado aquí, no se irán de la noche a la mañana. No me importa el tiempo que estemos separados siempre y cuando regreses a mí; estoy segura de que seguiremos siendo los mismos a pesar de todo.

—¡Pues me niego a que las cosas sigan siendo igual! —exclamé al ver que estaba ignorando mis preocupaciones. Entre más ella evade las cosas, más hay razón para preocuparme. Siempre he odiado esa reticencia. —¡Nos gustamos, eso tiene que cambiar en algo!

Ella bufó exasperada y yo rascaba incansablemente mi cuello, caminábamos lado a lado y la gente a nuestras espaldas siguió en sus propios asuntos como si nada. Por suerte no conocía a ninguno, de otra forma a muchos tendría que darles alguna explicación por armar un alboroto público. Sin embargo, me daba igual, casi tanto como a Sarada y todo lo referente a nuestra situación.

Yo hablé desde el fondo de mi corazón, había insinuado de la forma más descarada mis sentimientos. Ella podía confiar en que cuidaría de ella, no solo como Hokage sino como compañera de vida, quería ser egoísta y tenerla solo para mí. Y si, Sarada Uchiha era una mujer libre e independiente, pero ella me había atado a este juego inevitable. Hizo despertar en mí el lado más débil e ingenuo con el cual un hombre se siente atraído a una mujer, dónde las acciones hablan más que las palabras y los deseos se vuelven ambiciosos.

¿Ella se robó mi corazón y se supone que acepte que las cosas sigan igual? ¡Ni loco, que se haga responsable por lo que me ha hecho y sienta lo mismo que yo!

[Borusara] JalousieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora