La habitación era austera y con poco inmueble. Era muy diferente de lo que esperaba, pero al menos no tenía que preocuparme por dónde dejaría mis cosas después de desempacar.
Tiré mi maleta con desgana y revisé de nueva cuenta el exterior al ver las ya acostumbradas brisas de arena que azotaban la ventana. El repiquetear del vidrio era molesto, sin embargo, no pensaba cambiar de habitación. Tenía la vista perfecta de Sarada Uchicha en mi balcón, intentando inutilmente limpiar la arena que ensuciaba sus lentes. Iba a reclamarle su falta de delicadeza al maldecir por los aíres, pero me fulminó con la mirada antes de siquiera decirle algo.
—Ni una palabra, Boruto. ¡No tenías por qué acercarte tanto cuando habían personas descendiendo del tren! Voy a ser Hokage, no puedo verme en medio de actos bochornosos como ese.
—Define actos bochornosos, solo me empujaron y terminé por invadir tu espacio personal. Estás exagerando, ni siquiera vienes aquí a menudo —No pude evitar poner los ojos en blanco. Mujer orgullosa —. ¿Y qué si hubiera querido hacer algo más? Eso solo nos incumbe a los dos.
—Tsk, no bromeabas con lo de jugar bajo las mismas reglas —murmuró por lo bajo antes de inspeccionar sus lentes con el ceño fruncido —. Me confundes, Boruto. Nunca habías sido tan directo sobre tu promesa de ser mi mano derecha.
—¿Tienes algun problema con eso? —pregunté algo confundido—. Es mi camino Shinobi, Sarada. No voy a negar mis responsabilidades, ni desmeritar el peso de la promesa que te hice. Si él quiere impresionarte, que lo haga de otro modo.
—Nunca dije eso —bufó graciosamente, volviendo a ponerse sus gafas—, a lo que me refiero es que nunca habías sido tan... explicito sobre tu deber conmigo y la aldea. Nunca lo habías hablado con tanta seriedad, ni siquiera cuando lo prometiste en la cabeza de los Hokage.
—Nunca preguntaste al respecto —agregué con sorna, sin embargo, ella se quedó meditabunda para mi sorpresa —. ¿Dudabas de mi palabras?
—No, tienes razón. Nunca tuve el valor de preguntarte sino hasta ahora —se dio la vuelta, abriendo con demasiada fuerza el cristal del balcón —. Tal vez, sobrepensé el significado detrás de esas palabras.
Y sin más desapareció antes de poder preguntarle a qué se referia. La desazón de sus palabras no me dejó tranquilo en toda la tarde, caminamos juntos hasta el área de entrenamiento y le patée el trasero a Shinki como era de esperar, pero siempre que giraba ella seguía en su mundo.
—¿Sarada, estás bien? ¿Hubo algún problema con el hostal que les asignó mi tía Temari?
—No, es solo que estaba pensando en una forma más eficiente para que puedas extender tu barrera de arena —dijo ella con el mismo tono ausente con el que salimos esta tarde —. ¿No has pensando en utilizarla también en tus marionetas?
—Esa siempre fue la especialidad de Araya, pero puedo intentarlo —señaló con una sonrisa de agradecimiento antes de levantar su rostro al cielo —, pero ahora me duele todo el cuerpo por tu culpa, Boruto. Debo reconocer que te has vuelto mucho más fuerte de lo que esperaba.
—Tú tampoco te quedas atrás, tu control de la Arena fue muy díficil de sortear —Y no mentía, me escocía el costado izquierdo debido a uno de sus golpes. Estaba distraído por culpa de la actitud renuente de Sarada, pero no iba a forzar la situación sino hasta después.
—Por otro lado, tu Genjutsu es tan letal como esperaba, Sarada. Superó todas mis expectativas, sumado a tu control de Chakra y ese devastador Jutsu de elemento rayo: 'Nagazora'. Serás una gran líder, superando incluso al Séptimo. No puedo evitar sentir un poco de envidia.
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[Borusara] Jalousie
RomanceUzumaki Boruto está pasando por la peor de las crisis que un hombre enamorado podría tener. Los celos hablaban por él, y hacía el ridiculo ante la mirada extrañada de Sarada Uchiha, la responsable de meterlo en situaciones humillantes sin que ella l...