-...
Se escuchaba a alguien suspirar agitadamente, escondido detrás de un par de alas de ángel.
-Sí, todo estará bien, hare que Uriel esté al tanto de ello...
Aquellas alas se relajan y se deja ver al mencionado Uriel. Era quien suspiraba.
-¿Estas bien hermano?
Uriel: Lo estaré. Gracias Miguel...
Aquellos dos llamados Uriel y Miguel eran dos arcángeles. Si bien Miguel no era el arcángel favorito de Dios, era el más respetado y alabado hasta por los seres celestiales de más alto rango. Fue quien debilitó al Demonio y es el causante de que este último haya quedado con un muy cuestionable infierno.
Luego estaba Uriel, un arcángel que era considerado como la oveja negra por el simple hecho de no poder hacer nada bien. Fue castigado muchas veces por ello y dichos castigos le han dejado un cuerpo débil, uno donde ahora le cuesta mantener sus poderes suprimidos.
Y cuando eso sucedía, su cabello brillaba al igual que las cicatrices en su cuerpo. No solo eso, si se encontraban que no podía controlarse iba a ser desterrado y eso no lo iba a permitir Miguel, por lo que se la pasaba cubriéndolo o apartándolo de los demás antes que lo notaran.
Miguel: Debemos ir al infierno Uriel
Uriel: ¡¿Q-Qué?!
Miguel: Perdí mi espada y aún puedo sentir su fuerza
Uriel: ¿Y por qué debemos ir... allá abajo?
Miguel hablaba poco y pensaba mucho, recuerda cuando pasaba entre los seres celestiales de más alto rango, como un serafín lo observaba. Recuerda sus azulados ojos mientras que el resto lo cubrían sus grandes alas. También recuerda como este no daba su canto a su creador por mirar la espada que este traía y aquella mirada le fue suficiente. Estaba tramando algo.
Casualmente aquel serafín desapareció y su espada también, pero sentía esa energía débil en el infierno.
Miguel: ...Le arrancaron sus alas, está pidiendo ayuda...
Uriel: No, no te entiendo Miguel...
Miguel: Vamos a bajar y tu vienes conmigo. También debo cuidarte
Uriel: ¡No puedo! Recuerda que me encomendaron esto
Le enseña una llave que tenía colgando de su cuello. La conocida como llave del abismo. Una muy protegida por el cielo y muy buscada por el infierno
Uriel: Es mi responsabilidad cuidar de ella y mi última oportunidad de estar en el cielo ¿Tienes idea de lo que me hará padre si se entera que algo le sucede?
Le ponen una mano en uno de sus hombros.
Miguel: Lo mismo que te hará si sabe que representas un peligro para todos al no poder controlarte. Cuidare de ti y el Diablo no tocara la llave. Ya le vencí una vez, será sencillo vencerlo de nuevo. Iremos por mi espada y volvemos
Él sabía que no solo iban por la espada. Pero no debía alterar a su hermano.
Tomándose de las manos ambos brillan y desaparecen.
Eran de noche en la ciudad del pecado y en un callejón, ellos aparecen. Uno con ropa, el otro no.
Miguel: ¿No sabes generar tu propia ropa de mortal? Está bien, buscare algo para ti mientras ocultas tus poderes
Uriel: ...Lo siento...
Le responde apenado mientras rasca su cabeza. Miguel, el muchacho de cabello castaño, mira a todas partes con desagrado. Aquella ciudad no le dio una buena impresión.
Mientras tanto, Joan tanteaba su ropa, buscaba algo que creía tener.
Joan: Elegí un mal momento para dejar de fumar ¿D-Dónde está mi billetera?
Jacket: Tal vez... se haya caído allá cuando... ya sabes
Joan: Agh, mi dinero...
El rubio se tapa la cara con ambas manos.
Jacket: ¡Lo siento mucho! Ha sido mi culpa, intentare controlarme para que pueda...
Joan: ...Hablaremos de eso luego. Ahora necesito conseguir dinero...
Comienzan a caminar. Joan estaba de brazos cruzados mientras oía como algunos le pasaban por al lado y le decían cosas obscenas dándole a entender que querían tener sexo con él. No respondía, solo miraba hacia otro lado sonrojado.
Joan: Esto no debería sorprenderme, digo, me veo como un trabajador sexual y... mi maldito hermano se ganó una muy notoria reputación aquí. Mientras que yo... ¿...?
Nota que Jacket no dejaba de mirarlo sonrojado y al verse, este aparta la mirada, pero el rubio se molesta.
Joan: ¿...Disfrutas que me digan todas esas cosas?
Jacket: Y-Yo, eeh...
Joan lo mira bastante sonrojado e incómodo.
Jacket: Descuida, no dejare que vuelvan a decirte algo
El rubio deja de caminar al ver el café bar donde suelen reunirse los Oráculos sea de día, o de noche, o de madrugada. Dudaba si entrar en compañía de aquel muchacho hasta que otro sujeto le pasa por al lado y le da una nalgada. Apenas se queja y mira molesto al responsable, pero antes que pudiera decir o hacer algo, ve como Jacket va y le da un muy fuerte puñetazo al sujeto; dejándolo en el suelo con la nariz destruida y sangrando exageradamente. Joan se impresiona y ve a Jacket sin expresión alguna, luego este voltea para verlo y el rubio da unos pasos hacia atrás.
Jacket: ¿L-Lo hice bien ahora?
Joan: E-Eres demasiado fuerte ¡¿...?!
El sujeto en el suelo comienza a gritar y se movía de un lado a otro por el dolor y el no poder respirar bien. Y Joan toma a Jacket de uno de sus brazos y decide entrar al café bar.
Joan: ¡Jacket te excediste!
Jacket: ¡Pero yo solo...!
-Cerramos en diez minutos Joan. Dime ¿Vas a beber algo?
Joan: Oh, sí, eeh, y me quedare luego del cierre
Tras decir eso, quien lo atiende asiente. Con eso dio a entender que era un Oráculo y ellos podían quedarse el tiempo que deseen con o sin personal allí. Los Oráculos solo llevaban a cabo reuniones allí o se quedaban leyendo o susurrando rezos. No llevaban ningún tipo de ritual a cabo o conjuro, y si no había otra opción, se debía hacer lo más discreto posible. Más que una regla del lugar, era una regla básica entre los Oráculos ya que no se interrumpen entre ellos ni les interesa saber si habían del Ascenso o del Descenso.
Ambos se sientan y les preparan sus bebidas.
Joan: ...Lo de siempre por favor. Uh, respecto a podértelo pagar...
Jacket: ¡Yo creo que puedo hacerlo!
Joan: ¡Qué?
Jacket: ¡Si, mira!
El muchacho cierra sus ojos y de las mangas de su ropa salen varias monedas de oro. Joan se asombra y de inmediato lo toma de las muñecas exclamando.
-¡¿Qué crees que haces?!
Jacket: ¿N-No dijiste que necesitabas dinero? Si me concentro puedo hacerlo aparecer
Joan: Idiota, eso no es...
Le traen la bebida y sin sorprenderse el bartender toma esas monedas.
-Bueno, con esto quedaría saldada la deuda de tu hermano
Joan: ¿Jean?
-No ha vuelto desde que pidió su último trago, y no lo pagó. Pero descuida, con esto estará saldado y por la cantidad tienes bebidas gratis por dos años
Joan: E-Espera yo...
Jacket: Se ve delicioso
Responde el peli rojo sonriendo y Joan, molesto se pone a beber mirando a otro lado y piensa:
-Con lo despistado que era Jean no me sorprendería que haya invitado tragos y decir que luego lo pagaría. Pero lo más importante ahora... ¿Este chico puede hacer esto? Debe ser uno de sus extraños poderes de Trono. De verdad no entiendo a estos seres celestiales. Definitivamente es un mundo que no conozco. A pesar de que mi padre era un...
Jacket: Joan ¿Te salve cuando estábamos...?
Joan: N-No digas esas cosas aquí. Estoy pensando que hacer contigo...
Jacket: ¿A qué te refieres?
Joan: Mira, tu eres un ser celestial, y no tienes idea de lo que eso significa
Jacket: Te escuchare. Digo, desde que estoy contigo puedo escucharte sin que me susurren esas extrañas voces. El problema es cuando me aparto de ti...
Joan: Yo... soy un Oráculo del Descenso retirado, es el nombre que nos han puesto por nuestra labor la cual es ayudar a las personas a que vayan al infierno, esas personas que de verdad quieren caer en los brazos del Diablo
Jacket: Oh, ya veo ¿Y vienes por mí?
Pregunta ingenuamente.
Joan: Lo tuyo, fue un encargo...
Dando un suspiro, Joan decide contarle. Después de todo, aquel muchacho intervino en que el Diablo lo manipulara.
Joan: Mira, te lo diré. Antes de retirarme iba a ayudar en un último ritual para el Demonio. Pero no ha salido bien y... he muerto allí...
Jacket se sorprende.
Joan: ...Pero al servir al Demonio por tanto tiempo me dio la opción de vivir y seguir con lo que hacía. Al aceptar ese trato, lo primero que hice fue abandonar esta ciudad. Sabía que tenía algo pendiente con él y que en algún momento me llamaría de regreso. Y aquí estoy, con el pedido de llevarle a un ser celestial específico para que se alimente de su poder y poderse recuperar. Pero tu...
Ambos se miran.
Joan: ...No lo sé, me esperaba a alguien con intenciones de matarme, o a alguien insignificante y que terminaría mi labor rápido. Tu resultaste ser un poco de ambas cosas, y no sabes lo que realmente eres, y andas por la ciudad usando tus poderes como si nada por el simple hecho de no poderte controlar porque ni siquiera tienes idea de cómo hacerlo. Todo esto es tan extraño y...
Se sonroja.
Joan: Las veces que en las que hemos tenido sexo, fue como si me estuvieras salvando del Demonio. Sé que no lo haces de manera consiente a veces, de momento sabes lo que haces, y luego no. Tampoco sé si eras consciente cuando él dejo de manipular mi cuerpo, pero si así fue, gracias...
Jacket: No te preocupes, tú también me ayudaste antes ¿Recuerdas?
Se sonríen levemente y cuando el rubio da su último sorbo escucha.
Jacket: Eres muy lindo cuando sonríes
Sonrojándose mucho más, el rubio tose un poco y lo mira sorprendido.
Joan: ¡H-Hey! ¡¿Qué acabas de decir...?!
Jacket: ¡Lo lamento! ¿No debí decir eso? ¡Es que, es lo que pensé y, creo que no debí hacerlo en voz alta, pero me vi con la confianza suficiente para decirlo! Y no es que solo cuando sonríes eres lindo. De hecho, me pareces muy atractivo en todo sentido. Ya sabes, t-todo
-¿Y no quieren una habitación para tocarse un rato?
Ambos miran a la izquierda del peli rojo y ven a Ukelele y a Derrian. Tenían varios tragos terminados lo que indicaba que llevaban mucho tiempo ahí y no los habían notado.
El rubio se les acerca.
Joan: ¡¿Por qué no me avisaron que estaban aquí?!
Lele: ¿Ese es tu novio? ¡Oye! ¿Así que quieres robarte a mi Joan quien quieras que seas?
Lele va hacía Jacket y este intentaba explicarse.
Derrian: ¿Y tú? ¿Por qué nunca me dijiste que Jean estaba muerto? Puedes ver a las almas condenadas y aun así no dijiste nada
Joan: ¿...Cómo sabes que él...?
Derrian se cruza de brazos, Joan no se estaba dando cuenta que al lado del peli rosa se encontraba Jean, el cual lo miraba muy serio.
-...
En el hogar de Amenadiel, tanto él como Jhaddiel estaban recostados. Habían terminado su encuentro sexual y el muchacho de cabello rubio platinado se pone muy cerca de su amante diciéndole con calma y con una voz baja y suave.
-Sé que aun tienes energías. Pero antes de continuar, quiero pedirte algo...
Ambos se miran y tanto los ojos de uno como del otro comienzan a brillar.
Capítulo 4
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Seventh Heaven 4 Special (+18)
Short StoryUn retirado seguidor del Diablo conocido en su ciudad como Oráculo del Descenso regresa. Su último ritual resultó ser un desastre en donde casi muere. Fue salvado por el Diablo pero con una condición...