Cap 7: Fantasía

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Al llegar al hogar de Amenadiel, Jill se sintió bastante cómodo en aquel ambiente pero también confundido. Ese lugar le recordaba a aquella habitación donde descansaba.
Mira a su alrededor e incluso sigue mirando y caminando cuando Amenadiel había dejado de caminar, estaban en silencio hasta que...

-...

Jill ve a alguien en uno de los grandes sillones de la sala. Era un muchacho de tez blanca, cabello largo y ojos morados, tenía algunas cicatrices en su rostros y rasgos que notoriamente mostraba que se trataba de un ser infernal.

Jill: Conozco a ese chico...

Dice al mirarlo, recuerda que era quien lo guio en el mundo mortal. No fue mucho pero tiempo el que compartieron juntos pero para Jill fue suficiente para no olvidarse su buen gesto.

Amenadiel: Es mi mano derecha. Al ser un mortal y hermano del Diablo, debo tener un escolta infernal

Jill: ¿Fue quien te... advirtió de los seres celestiales aquí?

Amenadiel: Algo así. Se debilitó cuando el Trono que debíamos capturar apareció cerca de él. Tal vez no lo sepas, pero lo seres como él en el mundo mortal pierden fuerza cuando un ser celestial de semejante rango se acercan o tienen contacto con ellos. Por desgracia no todos resisten y son eliminados. Ahora ha quedado atrapado en este mundo y me ayuda con todas mis labores...

Apenas sonriendo, Amenadiel le hace un gesto haciéndole entender a su compañero que podía retirarse y este asiente.

Amenadiel: Ven un momento a mi habitación Jill

Una vez ahí, se mira al espejo mientras le da una orden.

-...Siéntate en la cama

En lo que Jill lo hace, siente que las sábanas se mueven.

Amenadiel: En verdad es encantador...

-...Sabía que te gustaría~

Escuchan a Belfegor salir de las sábanas y hablar. Aquello sorprende a Jill, quería decir algo pero de inmediato se cubre la boca con una de sus manos.

Belfegor: Relájate Jill, no estamos en el infierno, aquí no tengo tanto poder y sólo puedo alimentarme de la energía de simples mortales. Y tú obviamente no lo eres

Jill: Entonces... ¿Puedo hablarte?

Aquel demonio principal se le acerca y pone sus manos en los hombros del muchacho.

Belfegor: Por supuesto, aquí podemos hacer muchas cosas juntos...

Mira con una leve sonrisa a su amante y Jill, al mirarlo también, lo ve acercarse con el torso desnudo y se iba desabrochándose su pantalón.

Belfegor: ...Como esto...

Lo toma delicadamente del rostro con sus manos y lo besa. Aquello asombra a Jill quien se vio inmóvil por la repentina acción del rubio. Mientras los miraba, el oji violeta no se perdía ningún detalle y se daba suaves masajes en la entrepierna. Se sonroja cada vez más, se muerde el labio inferior mientras oía como aquel beso se iba saliendo de control.

-¿...?

Al ver como Belfegor desliza su mano a la entrepierna de Jill para acariciarlo, Amenadiel nota el tatuaje de rosa que este tenía en un costado de su abdomen. Puede ver como empezaba a brillar débilmente.

Amenadiel: Jhaddiel, espera...

Sin dejar de mirar a Jill, el rubio, de manera brusca, deja de besarlo.

Jhaddiel: ¿No puedes esperar?

Amenadiel: No es eso, mira

Sonrojado, ve aquella rosa que no dejaba de brillar débilmente.

Jhaddiel: Oh, parece un sello...

Amenadiel: ¿Un sello?

Jhaddiel: No fue creado por ningún ser infernal, es una especie de sello que... aparece cuando un alma pura fue corrompida. Pero...

Sonríe.

Jhaddiel: ...Sólo le quedó como un lindo tatuaje, ya no cumple la función de sello

Amenadiel: ¿Cómo explicas ese tenue brillo entonces?

Jhaddiel: Mmm, tal vez el amo lo haya querido aprovechar para que no puedan tener sexo con él. Si es así no podrás penetrarlo~

Responde con un tono burlón.

-Pero...

Tras decir eso le levanta bruscamente la prenda superior de Jill, dejando a la vista su pecho.

Jhaddiel: ¡Mira qué lindo par! ¿Por qué no haces con ellos lo que tanto te gusta?

El oji violeta se sonroja aún más.

Jhaddiel: ¿Recuerdas lo que había dicho antes? No opondrá resistencia, y son tan suaves... vamos~

Presionando los dientes, Amenadiel no se demora en poner su miembro en aquel pecho, su amante tampoco se demora y les hace presión para poder satisfacerlo y apenas se oían suaves quejas de Jill quien cierra sus ojos y mira a un costado.

Amenadiel:
...Tendré que conformarme con esto. Pero aun así es increíble, se siente... realmente increíble y suave

Jhaddiel: ¿Verdad? ¿Te gusta este regalo mi amor?

Amenadiel: Si, me encanta. L-Lo amo. Llevas tiempo queriendo cumplir con mi fantasía

Jhaddiel: Debía llegar el indicado, y aquí lo tenemos. Jill, haz un poco de ruido para nosotros. Apuesto a que tus gemidos son hermosos

Sonriendo, Amenadiel le presiona sus pezones con mucha fuerza. Oyen un largo y suave gemido.

Jhaddiel: ¡Ah~ tenía razón!

Vuelve a besarlo y aquello hace aumentar la velocidad de Amenadiel, quien comienza a quejarse y a presionarlo con más fuerza, apartando las manos del rubio avisa que iba a terminar.

Jhaddiel: Jill ,sé bueno y no apartes la mirada de mi querido Amenadiel

Ellos se miran fijo como le dicen hasta que se vienen tanto en el pecho como en el rostro de Jill. El rubio aparta suavemente al chico de ojos plateados para contemplar el miembro de su amante y masajearlo.

Jhaddiel: Te has venido mucho y aun sigues duro Amenadiel ¿Quieres continuar?

Amenadiel asiente entre suspiros.

Jhaddiel: Déjame... limpiarlo primero

Comienza a lamer aquel miembro, un poco lento al principio, y luego más deprisa. Con una mano tomaba su pecho y con la otra su entrepierna.

Jill: ...Ustedes... son amantes...

Los dos lo miran, y el rubio sonriendo se lleva su índice derecho a sus labios, en señal de que guardara aquel secreto.

Amenadiel: Jhaddiel. Tengo una idea...

Jill: ¿Jhaddiel?

Jill mira sorprendido y confundido al rubio quien no apartaba la vista de su amante, se lo veía atento a lo que le estaban pidiendo.

-...

El infierno estaba tranquilo para los recién llegados. Jacket mira sorprendido al igual que Uriel, pero Miguel estaba serio, eso no le pareció normal.

Miguel: Demasiado tranquilo. Estén atentos... ¿...?

Puede sentir la escasa energía de su espada provenir de una parte del infierno, donde el rojo y el fucsia abundaban.

Miguel: Eso de allí. Es la entrada al infierno de uno de los demonios principales

Uriel: No pensaras ir... ¿O sí?

Miguel: Mi espada se encuentra en ese lugar. Descuida, iré solo

Uriel: ¡¿Qué?! ¡P-Pero Miguel...!

Miguel: Estarás bien. Tu llave y el Trono te protegerán

Tanto Uriel como Jacket se miran. Detrás de ellos comenzaban a dejarse ver muchos demonios esperando atacarlos. Los gruñidos se elevan cada vez más.


-¡...!



Capítulo 7

Seventh Heaven 4 Special (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora