Tanto Amenadiel como Jill se terminaron conociendo, el prometido del Diablo había sido traído por Joan.
Joan: Bueno, aquí esta. Amenadiel, él es Jill y debe quedarse contigo mientras resolvemos un problema de "plagas" celestiales. Jill, él es Amenadiel, es el hermano del Diablo
Jill: Él es... muy grande
Aquello sonroja al hermano del Demonio quien de inmediato se cruza de brazos.
Joan: ¡Oye! ¡¿Esa es tu manera de presentarte?!
Jill: ¡L-Lo siento...!
Amenadiel: Descuida, lo dejaré pasar solo su inocencia y... abundancia
Lo mira y recuerda lo que su amante le había dicho de ese muchacho.
-...
Se despiden con un beso y aquel demonio principal regresó a su infierno. Cubriéndose por completo en las sabanas de aquella cama, y al salir ya estaba en su lugar. Donde casualmente el Demonio se asoma, allí a Jhaddiel lo conocían con el nombre Belfegor.
Belfegor: Oh, amo ¿Qué lo trae a mi infierno...? ¿...?
Ve que detrás de su amo se asoma Jill. El Demonio responde.
-Es un recorrido para enseñarle a Jill como será su hogar y él tenía curiosidad por saber a qué se debe tanto azulado en esta parte del infierno. Jill, él es Belfegor, es el Demonio principal de la Pereza. Belfegor, él es Jill, has oído hablar de él y será mi pareja para toda la eternidad, mi Lilith
Belfegor: Ah~ es muy atractivo. Es un verdadero placer conocerte Jill...~
Antes que el peli negro pudiera decir algo, el Demonio se lo impide.
-...Lamentablemente Jill, si interactúas tan solo un poco con él, te debilitaras. Belfegor se alimenta de quienes le prestan atención
Belfegor: En verdad cuidas a tu pareja. Y llegas en un momento perfecto
Ambos se miran.
Belfegor: Entre mis tantos susurros oí hablar de que tendremos la visita de seres celestiales y creo que vienen con intenciones de limpiar esto. Será mejor que cuides de tu Lilith~
-...Entiendo, tendré que ocuparme de ellos. Jill, este Demonio principal es quien alerta o predice si cosas como esas sucederán para así alertar al infierno y alzar la guardia. Es bueno contar con él
Belfegor:...Es un honor servirle...
-...Aunque hayan ocasiones en las que no avisa, como cuando bajó aquel Serafín
Belfegor: A veces le piden mucho a la Pereza, que puedo decir...
Dando una risa por lo bajo, el Diablo se retira de aquel lugar con su Lilith, este último y Belfegor se miraron fijo hasta que salieron de aquel azulado lugar.
Cuando se agrietó la llave que Uriel debía cuidar, este se vio muy alterado y su hermano lo sujeta para intentar calmarlo.
Miguel: ¡Uriel, tranquilízate!
Uriel: "¡Me castigarán, no pude cumplir con lo que padre me encargó, no quiero desaparecer, ayúdame Miguel!"
Miguel: ¡Te ayudare, pero ahora debes calmarte! Escúchame, necesito que vuelvas a usarla para ir al infierno. Por favor hazlo
Uriel: ¡No, no, no quiero continuar con esto!
Miguel: Confía en mí, solo será un momento. Puedes hacerlo Uriel
Aun nervioso, Uriel se inclina y pone la llave apenas tocando el suelo. Este empieza a brillar como queriéndose abrir una puerta y mientras sucedía escuchan.
Jacket: Iré con ustedes
Los hermanos lo miran.
Lele: ¿Qué? Oye, yo debería decir eso, pero mi nivel de aprendiz no me dejara pisar ni con un dedo ese infierno
Jacket: Me entregare como se lo encargaron a Joan. Solo así el Demonio lo dejará en paz, y él podrá tener la vida de tranquilidad que esperaba
Camina hacía los hermanos quienes lo miran confundido. Aquello que parecía un portal, una puerta al infierno brilla más y apenas se podía ver a los tres muchachos.
Jacket: Cuiden a Joan por favor...
Sin responder, Lele mira como desaparecen y en ese instante, entre quejas, se despiertan Joan y Derrian.
Derrian: ¿Qué sucedió?
Lele: Creo que vinieron dos ángeles y por eso de desmayaron ustedes
Joan: Ugh, es probable, mientras que a los seguidores del cielo les debe pasar lo mismo con los demonios... ¿...?
Se percata de que Jacket no estaba.
Lele: Si buscas a tu novio se fue al infierno con esos ángeles
Joan: ¿Qué?
Lele: Sí, así como suena. Te hizo un favor
Mientras oía eso, Derrian se da cuenta que su compañero tampoco estaba. Él rubio mira sorprendido a donde estaba Jacket y luego da un suspiro.
Joan: ¿De verdad... él sentía algo por mí?
Lele: ¿Dijiste algo?
Joan: N-No, yo...
Su teléfono suena y despidiéndose de sus compañeros con prisa sale del lugar.
Al contestar, escucha a Amenadiel.
Amenadiel: Ve cuanto antes a la salida del Club Nocturno, habrá alguien ahí y mi hermano espera que lo recibas. Los veré en una hora en las puertas de mi hogar
Joan: ¿Ahora qué? Ese Trono ya bajó...
Amenadiel: ¿Tu lo hiciste?
Joan: Eso quisiera, pero al parecer bajó con dos ángeles...
Amenadiel: ...Eso no se oye bien. Aun así ve a donde te dije. Y será mejor que por esta noche no nos veamos, ve a un hotel con quien te enviaran. Los veré mañana a primera hora
Le cuelgan al momento que terminan de decirle que hacer y preocupado. Joan sale corriendo. Lo primero que pensó que le enviarían era a su hermano, pero no.
-...
Llega, sorprendido y tomando aire mira a quien debía llevarse.
Joan: Tú... ¿Quién eres tú?
-Me llamo Jill...
Responde tomándose de uno de sus brazos.
-El Diablo me dijo que espera aquí. Sé que puede oírse raro pero...
Joan: N-No, yo soy quien debe venir por ti...
Fueron al hotel más próximo, uno que Jill reconoció. Y al entrar a la habitación el rubio no dejaba de ver su celular.
Joan: Bueno, aquí estamos. Primero piso, habitación siete. Solo pasaremos aquí la noche y luego te llevare con... ¿...?
Nota a Jill mirar por la gran ventana de aquel lujoso hotel. Sin dejar de mirarlo, se acerca al peli negro.
Joan: Qué ¿Acaso olvidaste como luce una ciudad? No es como si esto fuera una "gran vista". Créeme, de donde vengo era mucho mejor y notoriamente un lugar decente
Jill: Solo recordaba las veces que venía a este lugar y el motivo. ¿Tú no eras de aquí?
Ambos se miran y el rubio se sorprende pensando en voz alta.
-...Lindo...
Jill lo sigue mirando y Joan se sonroja demasiado, mira a la ventana con los ojos muy abiertos.
Joan: ¡Q-Quiero decir...! ¡Tú aspecto, debería ser como cualquier ser infernal! No lo sé, al menos unos cuernos más grandes que tu cabeza o algo así
Jill: El Diablo no permitió que eso suceda en mí, porque quiere que sea su Lilith
Joan: ¿...Qué?
Se asombra, pero también se molesta.
Joan: Conocí a cada seguidor del Diablo en esta maldita ciudad. Y ninguno fue capaz de llegar al rango de ser Lilith. Y tú...
Lo toma del rostro con fuerza.
Joan: ...Ninguno tenía un aspecto como el tuyo
Nota el color de sus ojos.
Joan: Tienes ojos plateados ¿Acaso... eras un ángel?
De inmediato retira su mano y se aparta del muchacho, Joan no les temía a los ángeles, solo les producía desagrado y repulsión mientras más bajo era su rango en el Cielo. Lo supo al saber de la existencia de personas con ojos plateados, el cual era una forma de identificar ese tipo de ángeles.
Serio, y aun mirándole, señala a otra parte de la habitación.
Joan: Será mejor que me cuentes de ti...
Y tras pasar la noche hablando más de lo que se permitieron descansar, llegó el día siguiente, donde tal y como acordaron, se reunieron con Amenadiel.
Joan: ¡Oye! ¡¿Esa es tu manera de presentarte?!
Jill: ¡L-Lo siento...!
Amenadiel: Descuida, lo dejaré pasar solo su inocencia y... abundancia
Dando un suspiro Joan ve como Jill se acerca a aquel sujeto.
Joan: Oye, ya es suficiente ¿No? Ya te traje a este chico, ese Trono bajó al infierno. En verdad quiero largarme de esta ciudad...
Riendo por lo bajo el sujeto de ojos violetas responde.
-...Le avisare al Diablo sobre eso, espera un mensaje directo de parte de él. Ahora, si nos disculpas... ven conmigo Jill
Tras alejarse, Joan toma su celular para comunicarse y organizar con sus compañeros una reunión.
Siente que debía contarles de los que habló con Jill, y quizá debían hablar de algo más.
Capítulo 6
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Seventh Heaven 4 Special (+18)
Short StoryUn retirado seguidor del Diablo conocido en su ciudad como Oráculo del Descenso regresa. Su último ritual resultó ser un desastre en donde casi muere. Fue salvado por el Diablo pero con una condición...