Primero Muerto

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- Ya terminamos con los postres, gracias por acompañarnos Rhaenys -agradeció mi madre mientras que mi abuela se levantaba de la mesa y antes de irse la mayor deposito un beso en mi melena.

- Nos vemos en la cena- añadió la abuela antes de irse. Me levante de la mesa junto a mi madre y ambos escogimos los postres que iban a estar por mesa.

- Y eso seria todo..- mencionó mi madre mientras tachada la última cosa de nuestra listas.

- Así que ya todo está listo..- murmure asombrado como habíamos dos días antes de la fiesta. Mi madre sonrio y poniendo su mano en mi mejilla llamó mi atención.

- Tienes estos dos últimos días para ti, prepárate y relájate, en dos días las cosas se pondrán estresantes -mencionó mi madre mientras acariciaba mi mejilla, asenti de acuerdo con sus palabras.

- Aun es temprano, que tienes en mente?- pregunto mi madre mientras caminábamos por los pasillos de la Fortaleza Roja y mirábamos por los ventanales, el sol aún no estaba en su picó más alto, probablemente sea un poco menos del mediodía.

- No se, quizás salga a dar un paseo con Arrax o me quede en mi cuarto leyendo los libros-
- Ve a dar un paseo con Arrax- interrumpio mi madre, contuve las ganas de reírme a carcajadas y antes de despedirnos mi madre me detuvo.

- Llega antes de la cena, Daemon te estará esperando en la sala del trono- asentí inconscientemente,sin embargo, por que Daemon me iba a estar esperando?.

      Me coloque mis guantes de cuero y acomode mi abrigo del mismo material. Caminando por Pozo Dragón me encontré con varios maestres a los cuales tuve que saludar y mientras llegaba a la jaulas de los dragones, observe a lo lejos un guardia y a un hombre sin camisa.

    Su cuerpo tenía cada músculo definido y por cada vena que se le marcaba en los brazos pude sentir como una gota de saliva salia por la comisura de mis labios. Sus hombros eran anchos y su espalda era enorme, tan palida y recta que a cualquiera le gustaria dejar marcas en ella. Mire con sumo cuidado cada movimiento se cuerpo esculpido por los dioses y apesar de que tuviera pantalones, era capaz de imaginármelo sin ellos.

Espera..que!?
Lucerys Velaryon que carajos te está pasando?!

   Mordí mi labio inferior y golpee mía mejillas. Debo estar volviendo me loco. Pasé por el lado de ambos hombres intentado controlar mi nerviosismo.

- " A donde vas a tan rapido?"- me detuve al escuchar una voz bastante familiar, mire de reojo en dirección de donde vino la voz.
Un hombre sin camisa,piel pálida y músculos definidos, con su cabello platinado recogido.

- Aemond?..- mi voz salio casi temblorosa casi con un poco de emoción. El maestre a su lado se despidió de él y de mi, sin embargo lo ignore por completo, Aemond tenía toda mi atención.

- " Porque últimamente me estoy encontrando tanto contigo?"- pregunto el hombre mientras se detenía enfrente mio, obligándome a mirar hacia arriba.

- " Quizás el destino lo quiere así, que nos veamos las caras hasta que uno de los dos se muera"- ante mi respuesta el mayor bufo con burla.

-" No te quiero muerto Lucerys...pero tienes algo que yo deseo"- musito el mayor mientras tomaba un mechón de mi cabello.

- Pues lamento decepcionarte pero no hay nada que te pueda dar- con nerviosismo deje de hablar en alto valirio, pero antes de que pudiera huir de Aemond el mayor me empujó contra la pared, poniendo ambas manos, en atrapandome entre sus brazos contra la pared, impidiendome escapar.

- " Tu me arrebataste el ojo, ten por seguro que yo te arrebatare algo muy preciado para ti"- aquel murmuro fue casi un gruñido, que hizo que algo en mi vientre se calentara, me mantuve cabizbajo y mordí mi labio inferior, no queria decir nada vergonzoso pero en mi mente ninguna oración coherente era capaz de formarse.

𝓑𝓵𝓪𝓬𝓴 𝓢𝔀𝓪𝓷  || 𝕷𝖚𝖈𝖊𝖒𝖔𝖓𝖉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora