𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧𝐟𝐥𝐲 -Yumark

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—Está casi todo listo joven Lee, solo hay que esperar al presidente, aunque el secretario Jun me ha dicho por el comunicador que pueden empezar sin él si así lo desea — Jungwoo se acerca al omega apenas lo ve entra por la puerta, con una sonrisa y una paz en el rostro que hace a Mark lo envidiarlo unos segundos.

—Está bien Jungwoo-ssi. — el omega levanta su mano colocándola en el hombro del beta en un signo amistoso que logra hacer al pelinaranja agrandar su sonrisa — Esperaremos al presidente unos minutos más, si para entonces no llega,comenzamos.

—Entendido. Su asiento es ese— Jungwoo asiente mientras apunta con su dedo el lugar en medio de la larga mesa de madera negra. Mark le agradece a su subordinado cuando esté se retira con una reverencia y lo observa caminar hasta el otro extremo de la sala donde Minho y DongHyuck pelean contra una computadora, un cable para conectar dicha computadora a la televisión de 65' pulgadas que hay en un extremo de la sala y el puerto HDMI de la misma, que se niega arduamente a dejar entrar al cable y transmitir alguna imagen en ella.

El rubio ríe por lo bajo ante la pequeña pelea de un beta y dos alfa contra un cable de señal y gira el rostro para localizar su lugar, sus ojos se cierran levemente fastidiado al notar que es el mismo lugar donde del lado contrario se encuentra el hijo del Aoi Cho, demasiado absorto en su teléfono como para darse cuenta de lo que pasa a su alrededor, hay un omega joven de pelo castaño sentado a su lado con su silla girada a tres cuartos hacia la izquierda y platicando animadamente con el más joven de los tres hombres que se encuentran de pie y detrás del alfa en la silla. Los otros dos alfas a su lado se encuentran en posición de descanso, no haciendo algo con exactitud pero observando, analizando y hay algo en el rostro del hombre de cabello corto y negro que le parece familiar.

Su cerebro trabaja rápido para identificar al hombre y aunque recuerda haberlo visto en uno de los informes entregados por Jaehyun hace algunas semanas, su memoria lo lleva dos años atrás en el norte de Italia.

El omega bufa antes de caminar la corta distancia entre la puerta de entrada y el sillón en la mitad exacta de la habitación y toma asiento. El Jefe Nakamoto lo nota enseguida, moviendo sus ojos del aparato en sus manos hacia su persona y a pesar de que Mark le sonríe en cortesía, el alfa vuelve a lo suyo ignorándolo por completo.

Es cuando el rubio rueda los ojos al mismo tiempo que saca su celular del bolsillo del pantalón para mandarle un mensaje a su guardespaldas que escucha al omega más joven hablarle al hombre frente a él, y ahí es cuando Mark se arrepiente de haberle negado las clases de japonés a Jaehyung cuando se las ofreció.

—¿Dónde está Tae-san? — Shotaro pregunta, en voz baja y picando el brazo del alfa para llamar su atención. Yuta deja de mirar el aparato en sus manos y le dedica una mirada rápida al asiento vacío en su lado derecho antes de mirar al omega. Bloqueando la pantalla de su teléfono en el proceso.

—Yo...olvide los papeles que tenían la localización de algunos de los almacenes de Wang en el auto — El alfa exteinde una sonrisa apenada al mismo tiempo que Shotaro se ríe mientras niega con la cabeza.

—Te va a regañar.

—Ya lo hizo.

—Oyabun enserio... — Taro vuelve a reír mientras extiende su brazo y revisa la hora en aquel reloj que el alfa a su lado le regaló en su cumpleaños número 18 — Aun así, ya tardo ¿no crees?

El alfa imita la acción de su Kobun, estirando la manga del saco negro y revisando la hora en el Rolex negro que llevaba en la muñeca. Hacia 20 minutos que el omega se había marchado y su ausencia comenzaba a incomodarle.

—Tienes razón cachorro. Voy a llamarlo.

Yuta desbloquea su teléfono, más el pequeño golpe que siente en el corazón lo hace detenerse antes de que pueda llegar siquiera a buscar el contacto del omega. El alfa frunce el ceño y se mantiene quieto, mientras escucha la voz del menor llamarle desde la lejanía, una ola de calor le invade y la ira entra en su sistema de repente , su lobo se altera y Yuta hace todo lo posible por tranquilizarse, pero es cuando decide agudizar sus sentidos que logra percibir y escuchar la voz y esencia de Taeyong lo que lo hacen levantarse de su lugar y prácticamente corre a la entrada, ignorando por completo las voces extrañadas de sus subordinados.