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Yuta maldijo en voz baja, tomando el vasito de shot que tenía a un lado de su bebida actual tomándolo todo de una sola intención con cierta frustración. En teoría, se suponía que vería al presidente hasta dentro de un par de días en la oficina central, bien arreglado y con el reporte de lo que sucedió esa noche listo para ser entregado, sin embargo aquello tiraba todos sus planes de arreglar el pequeño desastre de hoy a la basura.

Por el rabillo del ojo, el alfa divisó a su mano derecha hablando con la mujer rubia de hace un rato, tal vez avisándole de la llegada del líder de la organización al recinto, para cuando el omega había regresado a la barra el pelinegro ya se encontraba un poco más estable, por no decir medio borracho.

Veinte minutos después, la llegada del presidente fue anunciada y su hijo no pudo hacer más que resignarse a la reprimenda qué tal vez le esperaba. A pasos pesados Yuta se acercó a la puerta de entrada con Taeyong casi pisándole los talones, observo a dos de los guardaespaldas de su padre atravesar la puerta y colocarse a cada lado de ella, segundos después el líder del Aoi Cho atravesó la puerta, a su lado el presidente de la prefectura de Osaka charlando cómodamente junto a él.

El alfa se reverencio enseguida ante la presencia de su padre junto a todos sus subordinados que se mantuvieron en una posición casi de noventa grados en señal de total respeto hacia él. Cuando regresó a su postura normal admiro a su padre expectante, el presidente Nakamoto observó a su hijo con complacencia reflejada en sus ojos invitándole a acercarse.

—Hijo — El alfa mayor lo saludo, apretando sus hombros en señal de afecto — ¿Ya conoces al presidente cierto?

Yuta asintió mientras agachaba un poco la cabeza y saludaba al hombre de edad mayor frente a él.

—Es bueno volver a verte muchacho. Tú padre me ha comentado sobre lo que has estado haciendo últimamente para nosotros, mi equipo y yo tenemos nuestra confianza puesta en ti para ganar las siguientes elecciones. 

El alfa sonrió apacible mientras siente cómo su progenitor estruja cariñosamente su hombro — No se preocupe Ito-san, su campaña está en buenas manos.

Entusiasta, el hombre mayor dejó que la beta rubia, por órdenes del presidente, lo guiara hasta la habitación privada del bar. Cuando el alfa mayor se aseguró que el hombre se había alejado lo suficiente se acercó a su hijo.

—Pensé que nos veríamos hasta el Lunes — susurro Yuta hacia su padre. El alfa lo examinó un par de segundos antes de contestarle en el mismo tono de voz

—Tendremos que adelantar la reunión para mañana, hay algo importante que tengo que decirte. —Aviso, saludando a un grupo de personas qué pasó a su lado, sonriendo falsamente— Por lo pronto Daichi apresuró la reunión de este mes, las estadísticas dicen que va perdiendo en las votaciones de reelección y está angustiado. Estoy casi seguro de que nos hará intervenir antes de seguir dejando que utilicemos la ruta de comercialización del opio.

—¿Nos vemos mañana en la mañana en tu casa?

—Señor, Ito-san pregunta por usted — Yuta observó a su padre asentir a la mujer rubia. El presidente Nakamoto se despidió rápidamente de él después de acordar la hora de su encuentro y el alfa menor vio con detenimiento la espalda de su padre perderse en el pasillo que llevaba a la zona VIP.

—¿Crees que lo de mañana será muy importante? — Taeyong preguntó a su lado cuando regresaron a sus anteriores asientos.

—Mi padre no suele adelantar las reuniones a menos que sea algo serio. — el alfa soltó un pequeño suspiro pesado. — Tendremos que esperar a mañana.

—Al menos te salvaste del regaño de Satō-san — se burló el omega. — No lo vi por ningún lado.

—Cierra la boca Tae — el omega río dando un sorbo a la nueva bebida que habían puesto frente a él




𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧𝐟𝐥𝐲 -YumarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora